ASSOCIATION MONDIALE DE PSYCHANALYSE

Conversación sobre la Escuela

el 26 de febrero de 2000 en Barcelona

 

J.-A. Miller: Les doy la bienvenida en esta Conversación de Barcelona de la AMP. Continuación de la conversación electrónica. Habría que pensar lo que cambia cuando se conversa electrónicamente y cuando se conversa de viva voz. Seguramente algo cambia, que no ha sido totalmente conceptualizado, la relación entre la existencia electrónica, muy fuerte, y la existencia corporal conocida hace mucho tiempo. Permite intervenir más rápido, responder inmediatamente al otro, aunque eso se puede hacer también con el CHAT. Hay algo más en el ver, no solamente ver su propio ordenador sino ver las caras. El ser humano es como un ordenador más una cara o algo así. El medio esencial para conversar hasta ahora ha sido Internet, AMP-Varia y debajo de AMP-Varia como pivote de la misma, está Oscar Ventura, aquí presente, que me ha dado la sorpresa de venir. Sabía solamente que había enviado un mensaje de que no podía hacerlo durante el fin de semana, que pasaba la responsabilidad a Miquel Bassols pero no sabía que era para venir aquí, creía que se iba de vacaciones, lo ha hecho creer. Debemos reconocer en Oscar Ventura el que nos permite comunicar no solamente en España, también en Argentina, y en toda Latinoamérica con la excepción de la lista más pequeña INES, que funciona en Caracas pero que algunos mensajes pasan en AMP-Varia y hay muchas personas de otros países también, hispanohablantes que están inscritos en la lista. De tal manera que conversamos con O. Ventura, a quien felicité por su DIGEST –que ahora va por el nº 3 con sus editoriales tan bien escritas y divertidas, tan lúcido–, de la transformación posible de la lista VARIA en la lista de la ESCUELA UNA. Normalmente, a la Escuela Una le debería corresponder una lista Una que se podría hacer solamente poco a poco, mezclando las lenguas. Hay cosas por inventar, tengo en mi mesa el último mail de O. Ventura que describe muy bien cómo, poco a poco, se podría hacer esa transformación, con tacto, sin grandes anuncios, etc. Es una perspectiva muy importante para la futura Escuela Una. Entonces, estoy encantado de que esté en la mesa con nosotros, agradeciéndole el trabajo que hace día a día, hora tras hora, con arreglo muy preciso de las cosas. Además, hemos descubierto un escritor desde hace tres semanas.

Continuamos. Sabemos lo que hemos pensado ayer a la noche, no hay grandes novedades inmediatas. Las novedades que veo es que, a la noche, finalmente releí los últimos Estatutos que habíamos compuesto para la EEP-ECFB. Le pedí a Antoni Viçens que me enviara la última versión. Me parecen muy bien, muy adecuados para la nueva Escuela que se trata de hacer, menos lo que se refiere al Consejo y al Directorio. Para el resto todo puede seguir, no hemos perdido el tiempo con respecto a eso. Más bien, el artículo sobre el Consejo con la fórmula famosa de Jorge Sosa puede perfectamente seguir; pienso yo al releerlo en la nueva perspectiva. Creo que el centro de la cuestión es el Directorio, como lo señaló finalmente Estela Paskvan en su comunicación privada –ahora pública. Finalmente, es el Directorio, la fórmula que se puede encontrar para darle más peso. Por eso propuse el More Geométrico ayer. He tratado de dar todos los elementos del argumento para poder probar con vosotros si los argumentos son válidos o si hay una línea que no es tan válida, de manera de poder argumentar con vosotros. Entonces, los Estatutos son bastante válidos, hay que modificar lo referido al Directorio. El Directorio ampliado, si esta fórmula conviene, que integra la propuesta de Mercedes de Francisco, de dar una presencia a los Presidentes dentro del Directorio. Esto no le gusta a Claudine Foos, que aún no ha llegado pero tenemos sus argumentos. Un artículo más sobre las comunidades locales: pienso que no vamos a precisar demasiado sobre eso. Lo que hay que pensar es un modelo-tipo de Estatutos de comunidades locales, con las modificaciones posteriores que se necesitaría en cada lugar. Ahora tenemos un campo mucho más amplio que antes, porque son asunto de la Escuela que cada comunidad tenga los Estatutos que le convienen y que convienen también a la Escuela. Por eso redacté ayer a la noche algo como:

–La Escuela constituye comunidades locales (no es que invita, sino que constituye) para llevar a cabo actividades concurrentes a la realización de los fines de la Escuela.

–El Consejo Estatutario de la Escuela decide los Estatutos o reglamentos que rigen la vida institucional de cada una.

–Los Estatutos y/o reglamentos de una comunidad deben ser aprobados por los que pertenecen a dicha comunidad.

(El Consejo no puede imponer, se responsabiliza pero no puede imponer) Con la mayoría simple de los votos expresado por Sí o No.

En mi opinión no sería necesario decir más en los Estatutos. Después tener un modelo-tipo de Estatutos, a discutir qué convendría adaptar en cada situación local. No es lo mismo cuando, efectivamente, una comunidad local puede ser unificada o está unificada y si no lo es como en Valencia, que es notorio, ¿qué forma dar a la comunidad de manera que puedan trabajar bien sin molestarse los unos a los otros, es decir, sin unificarse en el lugar? Puede ser una comunidad desde el punto de vista de la Escuela que, en el lugar, si no quieren trabajar juntos…, en fin, será cosa a discernir en cada lugar.

Otra cosa del desayuno de esta mañana, dije que pensaba que era mejor poder tener un nombre de esta Escuela para fijar un poco las ideas. La propuesta de la mesa del desayuno, que era una mesa Barcelona-Madrid+Sagrario García. La propuesta era tomar el mismo nombre que los italianos pero en castellano. Sería una lógica porque es al mismo tiempo dos Escuelas nacionales que se desprenden de la EEP, conservando su pertenencia a nivel federal. Sería Escuela Lacaniana de Psicoanálisis del Campo Freudiano. Es decir, que se llamaría en el trato habitual: la Escuela Lacaniana, la EL, (curioso, parece transexual). No hay que olvidar que Alouche ha creado la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, en el momento de la disolución, pero "del Campo Freudiano", no hemos empujado a Alouche a utilizar el nombre de Lacan, espero que no lo haga. Pienso que correspondería, como lo menciona bien Rosa Calvet, al siglo XXI. ¿Por qué Lacan dijo Escuela Freudiana en el '64? Para no ser ubicado como un disidente de la ortodoxia. Estamos a 35 años después, la supuesta ortodoxia ahora, en toda Latinoamérica se convierte a Lacan, trata de absorber a Lacan; no estamos en la posición de deber dar nuestras credenciales freudianas. Más bien en la posición de afirmar nuestras credenciales lacanianas. Además, como ya se ha hecho en Italia, hacer lo mismo en España en castellano. Ellos dicen Scuola Lacaniana di Psicoanalisi del Campo Freudiano. Escuela Lacaniana de Psicoanálisis de Campo Freudiano, la gemelidad latina queda reflejada. ¿Les parece sólido? Veremos si hay otras ideas o si terminaremos con esto.

Sobre las Comunidades locales, lo que aparece en varios mails, para los Estatutos de comunidades locales, no prever un Consejo. El Consejo será el de la Escuela, que le da inmediatamente una fuerza pero considerando que este Consejo debe trabajar, porque si va a tomar los miembros debe funcionar. Como lo menciona E. Paskvan la experiencia de la EEP no ha sido totalmente positiva porque, también, se extendía demasiado la EEP para poder hacerlo.

Como estamos en Barcelona, está también la cuestión local de la Sede de la Escuela en Barcelona, o como hacer los Estatutos de Barcelona en el marco de la nueva Escuela. Son cuatro puntos por el momento.

Luego están los que he llamado Temas subjetivos. Me parece que este binarismo corresponde bien a las dos vertientes que se han desplegado estos últimos días. Por una parte, hay reflexiones sobre los Estatutos, el nombre, los mecanismos, cómo crear sobre el papel la Escuela que responda a lo que se quiere. No es la misma Escuela, exactamente, que la ECFB. Los Estatutos pueden quedar, la diferencia esencial es la concepción del Directorio, lo que es la voz de la Escuela, su posibilidad de actuar. Esto hay que pensarlo bien, aprovechando todo el trabajo realizado anteriormente. Hay una vertiente de la correspondencia que está de este lado: pragmatismo, mecanismo, lo jurídico, invenciones, ideas y propuestas que continuamos. Hay otra vertiente que no se superpone a este: hubo una experiencia subjetiva que acompaña a todo eso –no hay que olvidar que Lacan emplea la palabra "experiencia" con referencia a la Escuela, no toma la pertenencia a la Escuela, eso es una cosa institucional como tomar una tarjeta de crédito, olvidarla. Cuando es una Escuela, una Asociación de Psicoanálisis es una experiencia. Emplea el mismo término que para la experiencia analítica, no la superpone pero el AE, supuestamente, está para analizar la experiencia de la Escuela. Es divertido que durante años se ha leído "Analista de su propia experiencia de analizante" cuando claramente el texto muestra que es "Analista de la experiencia de la Escuela" que, sin ser una experiencia analítica justifica una interpretación por analistas. De tal manera, que es así que creo se justifica el término de experiencia subjetiva con la distinción de varios tiempos. Hubo la experiencia subjetiva de la crisis que ha sido aguda en Barcelona aunque la gente, a diferencia de otros lugares donde se han dicho cosas mucho más fuertes que aquí, en Brasil, en Francia también. Finalmente, en comparación aquí hubo intercambios más civilizados. Monseny, por lo que sé, nunca hemos sido mejores amigos que en el momento de separarnos, porque me envió una carta tan hermosa que aún la recuerdo. Joan Salinas fue menos, pero no era una cosa odiosa, contaba la nueva interpretación que le había salido a partir de su juicio, la certeza: "Este hombre miente" y a partir de esto había resignificado todo, desde el almuerzo que habíamos tenido en mi casa, etc., era una experiencia subjetiva de él. Hubo una experiencia de pérdida, de duelo, eventualmente una complacencia también en el duelo. Después hubo una experiencia subjetiva de la Escuela del Campo Freudiano de Barcelona.

Está la lógica que nos expone Enric Berenguer en su última contribución, una tesis que es: existe el narcisismo escondido de Barcelona, tanto más fuerte por estar escondido, y en el momento que se lo explicita como la excepción Barcelona, desubica, aplasta y, finalmente, hay un alivio cuando se quita la excepción para volver al narcisismo secreto… algo así. Es una teorización también en términos analíticos tales, que he respondido a alguien que decía que todo el tiempo que se habla de política, no es psicoanálisis, pero al contrario, creo que eso se mezcla y que estamos en cómo nos organizamos en tanto que practicantes del psicoanálisis y pensando nuestra experiencia. Estamos acostumbrados a pensar nuestra experiencia cotidiana en términos analíticos. Para nuestra experiencia institucional sería impensable no conceptualizarla en términos analíticos, cuando lo hacemos para cosas triviales de la vida cotidiana. No me parece una pérdida de tiempo para nada, me parece hacer parte de lo que Lacan llama "la experiencia". Tiene toda su dignidad y merece todo nuestro cuidado. No soy de Barcelona, no vivo en España y no pienso perder ni un minuto en estudiar eso como estudiarlo en otros países.

Por eso, hay varias tesis que se han expuesto. ¿Por qué hablar de eso, por qué ahora? Pienso que no se engaña a nadie poniendo las cosas debajo del tapete. Se puede engañar en algunas cosas pero después de dos años se pone tantas cosas debajo del tapete que no se puede andar más. Posiblemente después de San Sebastián habría podido decir: está terminado, todo se vacía. Pero no, el tema del dos continuaba. Pensaba que se iba a desvanecer pero no fue así, y hay textos para mostrar que el tema del dos, "hay dos esto y dos cosas y dos y dos"… Creo que lo he demostrado en respuesta a Enric Berenguer, lo hice ayer muy rápidamente. Pienso que conceptualizarlo, expresarlo públicamente, será moderarlo. Por supuesto lo que se dice públicamente no es lo que tira no públicamente, si no, no habría la diferencia entre público y privado. Pienso que hacer pasar a lo público una parte de esto y conceptualizarlo, tomarlo en serio, modificará el juego.

Yo mismo he hablado del superyó de la institución en mi texto "Después de San Sebastián". Que estaba permitido cambiar los Estatutos, etc., estaba a favor de la dinámica y no de parar la dinámica. Esa expresión vuelve en un texto de E. Paskvan, en un texto de Shula Eldar, quizás en otros. Designa una sensibilidad a la cual se reprocha el pedir más y más, siempre, por la Escuela. ¿Quién es el superyó de la institución? Yo lo entendía como una función pero a la vez se encarna, las funciones no están en los aires así como los dioses de Homero, se encarnan, se lo propuse a Rosa Calvet. Le escribí si no sería más simple decir: Rosa, el superyó de la institución y me dijo que no quería tener para ella sola la gloria del superyo y que podía compartirlo. Es verdad que hay algo en Rosa de "más y más", recuerdo cuando la cotización "se iba a comer todo el dinero de España" y, a la vez, si no hubiera sido por su exigencia quizás hubiéramos tenido una cotización muy baja y finalmente se acordó sobre una cifra soportable. Entonces, hay un tema que algunos, Rosa, otros, piden demasiado en nombre de la institución y hay que frenar eso porque desconoce algunas necesidades. Demasiado absoluto, radical, voraz, demasiado goloso, sí, como el superyó.

Eso da para un dos, si es voracidad, radicalismo, incondicionalidad, versus, sabiduría, moderación, realismo, de un lado la conjunción de todo a nivel intenso, del otro lado, saber moderar para durar. No es orden ni progreso pero voracidad –estaría bien tomar dos palabras peyorativas de los dos lados. Voracidad y…

 

Rosa Calvet: Anorexia.

 

J.-A. Miller: Anorexia es algo radical, justamente algo peyorativo pero no radicalismo. ¿Burocracia? Buscaremos la otra palabra…

Puede dar para reproches mutuos que se apoyan los dos en frases de Lacan. Creo que necesitaremos que se hable respetando el affectio societatis. Creo que todo el mundo se ha arriesgado a decir que si esto continua así terminaremos con dos grupos. Creo que de toda España ha venido un grito de horror, desde afuera, desde Argentina me han enviado un mail preguntándome cómo yo podía decir cosas así, debía estar muy cansado para decir cosas así. Contesté que estoy muy descansado, sí, tengo la precaución de dormir bien antes de esas cosas. Quería mostrar una figura de horror: si uno se deja ir en una cierta dinámica, si no lo toma un poco con "grano salis", un poco con un cierto humor, por favor, una cierta ironía en esto; si no toma un poco de distancia con respecto a un pequeño decalage que hay; si cada vez que ocurre, algo se repite, la cosa terminara mal. Si la lógica es: vamos a fondo, vamos a toda velocidad, el resultado es una fractura o una escisión. Por eso agregue "Resignificar la historia del C.F. en Barcelona". Ya hubo algo así, un tiempo de la Biblioteca creada por Massota. Hubo una ruptura interna que podemos estudiar. Fue un episodio muy importante, positivo en muchos aspectos pero cargante también. La salida no fue el cuarenta por ciento, sino el sesenta por ciento de la Biblioteca. Germán García mismo hizo una Aufhebung continuando algo de lo que se había hecho pero de otra manera. Propongo pensar en este pasado. Conocí a varios de vosotros en esa circunstancia, conocí muchos. Me parecía la Biblioteca un grupo de guerrilla. Germán construía la cosa sobre: hay una posición radical y la posición de los demás es falso lacanismo. No digo que nada de hoy repita exactamente esto porque los resultados de la intervención de Germán fueron muy buenos también: elevar las exigencias, y primero para él mismo. Pero no quiero entrar en los detalles que no conozco bien. Invito a tomar sobre la historia en Barcelona una perspectiva larga. La dinámica de la división del '99: en qué momento empezó, sobre qué temas y porqué eso se mantiene. También la dinámica de esto el año pasado. Quizás métodos de conceptualizar y de salir de esto. Se puede salir con frenar, que es solamente cuantitativo, o se puede salir de manera más profunda que lo cuantitativo. A ver, por ejemplo, lo que hay en este binarismo, los dos términos se apoyan, finalmente, son cómplices. También situar con respecto a este binarismo lo que E. Berenguer presenta como una fragmentación. Pero es siempre difícil porque cuando hay un binarismo sería demasiado simple si de un lado y del otro hubiera la misma estructura, si fuera simétrico. Jamás es simétrico. Finalmente, al leer los mail, hay dos sensibilidades aunque una sensibilidad pueda ser precisamente que no se percibe como una sensibilidad pero no le impide ser. Es algo a considerar. No lo hacemos para estudiar la historia, no lo hacemos para castigarnos, lo hacemos para salir de esto y además, como lo mencionó Vicente Palomera, para no pasarlo al resto de España. Es interesante entender, conceptualizar y matematizar el pathos y también poner un poco de emoción en los mecanismos porque elegir un Directorio así o no, o tener un Presidente y un Director o solamente un Presidente, es una cosa de mucho peso.

Esta era mi improvisación.

Había aludido a Claudine Foos y a sus objeciones a la propuesta de Mercedes sobre la integración de los presidentes en el Directorio. ¿No estaría bien comenzar por Madrid y después que mediten esto? Quería preguntarle si Ud. ha leído mi ultimo "More Geométrico", si mi manera de integrar la propuesta de Mercedes no cambia algo de su objeción.

 

Claudine Foos: Sí, su mail lo leí anoche y efectivamente cambia mi opinión, me he hecho un pequeño diagrama de lo que Ud. propone.

 

J.-A. Miller: ¿Es posible ponerlo en la pizarra?

 

C. Foos (dibuja un diagrama)

 

J.-A. Miller: Como Ud. esta a favor de mi propuesta no quiero modificar su esquema. Dentro del Consejo que son doce miembros, mi primera idea es 3 hacen el Directorio y los otros 9 son todo esto, pero hay una parte que es el Directorio y además este Directorio se supone que goza del respaldo de los otros miembros y están presentes cuando se reúne el Consejo, además tienen peso; por otra parte, este Directorio puede reunir los Presidentes y este conjunto se llama el Directorio ampliado. El hecho de tener un Directorio restringido y un Directorio ampliado lo tenemos en Brasil. Esto no funciona mal, lo que no funciona bien es que el Directorio este separado del Consejo. La idea es fortalecer mucho este Directorio. Eso no resuelve todo. Por ejemplo, ¿quién va a elegir el Presidente? Les he escrito sobre esto a Estela y a Ubieto, y pensaba el Presidente elegido dentro del Consejo pero he leído después lo que Claudine Foos escribía y que ponía mucho acento en que la Asamblea eligiese el Presidente, y se veía la importancia que podía dar a cada miembro de la Escuela que pueda elegir al Presidente. Pensé que quizás hay que evaluar eso. En mi texto había puesto: "se elige al Presidente", sin precisar la instancia que lo va a elegir para poder discutirlo. Pero este concepto implica que sea dentro de los miembros del Consejo que se elija al Presidente, sea por el Consejo mismo o por la Asamblea. Se puede decir que aparte de la elección del Consejo hay la elección del Presidente por la Asamblea y que el Presidente integra el Consejo. Hay varias maneras de concebirlo. También hay varias de concebir a los otros dos: o son también miembros del Consejo o se dice: el Presidente puede nombrar a dos miembros que sean del Consejo o de afuera que colaboran con él con la aprobación del Consejo. Es lo que pasa en la AMP, se elige solamente al Delegado General y después él propone dos nombres de colaboradores al Consejo. Se puede dar esa latitud al Presidente o también hay que ver si además se piensa útil –yo tengo una cierta tendencia a pensar en lo útil– conservar una cierta administración permanente de nuestros asuntos en Barcelona, tal como se hace en Italia. Allí está Di Ciaccia en Roma que cuida una continuidad administrativa. De tal manera que esos tres no serían Presidente, secretario y tesorero, serían casi Presidente y dos Vicepresidentes dirigiendo la Administración permanente, por ejemplo. Es decir, que este esquema no resuelve todo. Es una orientación y después hay que trabajar sobre muchos funcionamientos, pero la idea es que si no tenemos una cierta concentración de poderes en un lugar, eso se va a disolver, se va a diluir. Creo que es un problema moderno que no teníamos hace 20 años. En esa época, las Escuelas eran pequeñas cosas. Ahora son burocracias importantes, hay muchos asuntos y si no se concentran en un punto claro donde unos se responsabilizan… –la cuestión en un sistema permutativo no es la dictadura, la cuestión es la dilución de la responsabilidad, que en un determinado momento no se sabe quién es responsable. Es por eso que la EEP no se podía sostener sin una llave, un punto llave. Lo mismo para la AMP y creo que se aplica también a España a Italia y a Brasil por lo menos y que se debe saber a quién dirigirse durante dos años. Si efectivamente eso es débil en dos años todo el mundo lo verá. Eso seria la opción.

 

C. Foos: No tengo mucho que agregar, salvo que el hincapié que hacia yo era en el tema de que los presidentes de las Sedes locales que yo proponía que formaran parte del Directorio no coincidiera con el cargo de Presidente de la sede local, sino que ese Delegado, ese cargo fuera elegido en una Asamblea.

 

Mercedes De Francisco: Cuando yo hice la propuesta fue casi como una intuición que rápidamente la plantee en el papel y me quedaba claro que no podía ser el Directorio esos presidentes de las comunidades locales. No lo explicaste por escrito. Esta forma de conjuntar las dos cuestiones me parece bien. Aparte, creo que es verdad que se necesita los lugares de responsabilidad claros. El otro día, hablando con colegas en Madrid planteaba lo mismo: que aunque las estructuras se hicieran mucho más livianas en cada lugar y aunque la comunidad en Madrid también, no se podían diluir tanto, tanto, que no quedara una referencia de responsabilidades durante dos años en equis personas. Esa es mi idea y que comparto también para el tema de la Escuela. Además que no se trata tampoco de "la Escuela muy fuerte y las Secciones débiles" o a la inversa. Si tenemos esta idea de que la Escuela se encarna en las sedes tenemos tienen que ser fuertes entre todos.

 

J.-A. Miller: No creo que se debe conquistar la fuerza de la Escuela con la debilitación de las secciones, para nada. La cuestión que quería plantear es: cuál es la sensibilidad sobre la elección del Presidente ¿una elección directa por la Asamblea o una elección por el Consejo? Eso es importante.

 

Maria Jesus Segura: Podría ser una formula que el Consejo propusiera tres o cuatro y la Asamblea eligiera sobre estos tres o cuatro.

 

J.-A. Miller: Desagradable. En mi opinión, lo primero es, si lo hacemos en dos pisos, es decir, se elige el Consejo y después el Consejo elige el Presidente. O si lo hacemos por elección directa, es decir, si es más presidencialismo o menos presidencialismo. Por el momento no he logrado ver todos los argumentos.

 

Marta Davidovich: A mi me parece suficiente con que se elijan los doce miembros del Consejo y este elija al Presidente.

 

J.-A. Miller: Es la formula menos presidencialista que deja cocinarse algo dentro de un ámbito más restringido. El otro es más personal, más campaña personal. A ver…

(Desde la sala una colega propone: puede hacerse una formula intermedia: elegir la Asamblea a los miembros del Consejo y el más votado que sea el Presidente.)

 

J.-A. Miller: Sí. Pero creo que se debe elegir a alguien que quiera ser Presidente porque si es alguien que lo va a hacer por azar, o para hacerle un favor a la Asociación, no va. Será trabajo por dos y que por lo menos la gente muestre su deseo. Lo pueden mostrar dentro del Consejo y a la Asamblea. No hay que decidirlo justo ahora, quería acumular argumentos para ver la lógica.

 

Horacio Caste: Por ese argumento que acaba de decir, deseo del que quiere ser Presidente, puede haber varios, y por lo tanto yo creo que la decisión de la Asamblea en la elección del Presidente me parece muy importante que el Presidente tenga una capacidad ejecutiva, regulada por el Consejo, integrada en el Consejo pero autónoma también. Por lo tanto, que la elección sea directa a través de la Asamblea.

 

J.-A. Miller: Es verdad que la elección directa da autoridad administrativa y política. Se ve en la AMP. El problema especifico en España es si no va a favorecer excesivamente a Madrid y Barcelona. Si no sería para compensarlo, la elección del Consejo, pero seria discutible. A la vez, se puede agregar –no en los Estatutos sino como reglamento– que el Presidente no proviene dos veces de la misma comunidad local. De manera que no tendríamos, por lo menos, todo el tiempo Barcelona, todo el tiempo Madrid. Eso ya será una precaución. Se podría decir también una vez Madrid, una vez Barcelona, una vez los otros, pero seria mucha regulación. En la IPA para su Presidente dicen: una vez America del Norte; otra vez América latina, tercera vez Europa y el resto del mundo. Ahora, en la AMP hemos dicho: una vez Europa, una vez América. Entonces, no seria absurdo considerar que lo dividimos en tres.

 

Susana Carro: Quería preguntar si va a haber un Consejo de doce miembros pero según se había planteado en la primera vez eran dos miembros que estaban establecidos desde la AMP, seis que eran los que había que votar, por lo tanto, seis que se proponen y cuatro miembros que elige ese Consejo, es decir, ocho miembros que eligen cuatro. Con lo cual ya el Consejo esta eligiendo y supongo que esos cuatro miembros corresponden a los miembros o personas que se hayan propuesto también. ¿Pero y de dónde surgen los miembros propuestos?

 

J.-A. Miller: Estamos para ver como se hará. No hay una obligación. Los miembros propuestos surgen de los otros seis. Los dos surgen por la AMP y ya el Consejo de la AMP reunido en enero, si Ud. ha leído los comunicados, ha otorgado poder a los miembros del Consejo de la AMP, estando yo presente el 6 de mayo, de en el lugar mismo decidir en nombre del Consejo. Estarán Hebe Tizio, Vicente Palomera y yo mismo. Además Briole va a estar, los cuatro podrán actuar como miembros del Consejo y decidirlo en el lugar mismo de manera de terminar la composición del Consejo. Podemos repensar esta composición pero al releerla me parecía que podía muy bien pasar a la nueva Escuela. La cuestión es el Presidente: si antes de elegir el Consejo se elige personalmente al Presidente que integra el Consejo pero como Presidente. Se quedaría dos años después; es complicado. A la vez, en la AMP, finalmente hubo cada vez un solo candidato. Hace dos años hubiera podido tener dos pero no los hubo. A ver cómo seguirá en la AMP, si tendremos otro tipo de candidaturas. Ya Carlo Vigano me dijo que hace dos años había pensado presentarse contra mi para divertir un poco la Asociación. Le dije: Bien, hubiera sido interesante. Esta es quizás la decisión más importante que podamos tomar: cómo formar el directorio.

 

Beatriz Garavelli: Yo propongo que en la medida que el Consejo puede elegir el resto de los miembros que lo terminan de componer, a mi me parece, me gusta más que para ser Presidente se propongan varios y lo elija la Asamblea. Es mi propuesta.

 

J.-A. Miller: Daría más claridad, por supuesto.

 

Jorge Sosa: Ahora que tu has recordado cómo se elige el Consejo, cómo se compone, lo modifica un poco porque yo no lo había tenido en cuenta. Al principio pensaba que era mejor apostar por algo no presidencialista y que el Consejo eligiera al Presidente pero teniendo en cuenta, –que no lo había tenido en cuenta–, como de los doce miembros del Consejo hay seis que no son directamente elegidos por la Asamblea, quizás la elección del Presidente por la Asamblea o bien por los seis miembros del Consejo que han sido elegidos por la Asamblea me parecería más adecuado, más representativo.

 

J.-A. Miller: No hay que olvidar que su propuesta era para dar más representatividad el Consejo. No hay que considerar que los miembros agregados quitan representatividad al Consejo. Era, al contrario, para compensar el menor numero de colegas que otros lugares.

 

J. Sosa: Me refería a que la mayoría se sintiera representada por el Presidente. En lo que me parecería que introduciría una dificultad o un cierto problema sería que, por ejemplo, el Presidente fuera alguien elegido por la Asamblea de una manera directa o bien a través de los seis miembros del Consejo que la Asamblea ha votado. Que alguien elegido por la AMP fuera Presidente introduciría una distancia entre el conjunto de la Asamblea…

 

J.-A. Miller: Me decepciona que sea Ud. quien dice eso porque si se considera que hay dos o tres categorías de miembros del Consejo que no son iguales, su propuesta no es valida. Usted mismo destruye su propuesta, la idea era que iba a fortalecer el Consejo, darle más representatividad. Si se considera que esos no son validos debemos repensar la composición del Consejo.

 

J. Sosa: Bueno, si no es válida, no es valida. Mi propuesta sería que, o bien se elija el Presidente por la Asamblea, o bien se elija el Presidente entre los seis miembros del Consejo elegidos por la Asamblea.

 

J.-A. Miller: Lo que se podría hacer es ofrecer los doce miembros del Consejo a la votación de la Asamblea. Eso se podría, una vez elegidos los doce, volver a la Asamblea para que elijan al Presidente. Lo que no va es que le quita la responsabilidad a uno de decir: soy capaz de asumirlo, puedo asumirlo y pido a la Asamblea darme esta responsabilidad. Es un momento hermoso e importante. Asumir su deseo y no solamente: estoy preparado a servir a la Patria porque es lo que se me pide.

 

J. Sosa: Entonces, me gusta más la idea de que la Asamblea elija al Presidente entre los que se proponen para Presidente.

 

J.-A. Miller: El problema es que vamos a tener campaña electoral en el Campo Freudiano. Seria una novedad. ¿No es un riesgo?

 

Javier Garmendía: Yo soy partidario de que el Presidente sea elegido por el Consejo y entre los doce miembros del Consejo, no entre los seis que son votados sino entre los doce. Me parece que es suficientemente representativo un Consejo para la Escuela y que, por lo menos en este momento va a poder funcionar mejor un Presidente consensuado en el Consejo que un Presidente elegido por Asamblea. No sé muy bien qué experiencia daría el hecho de que en un régimen más presidencialista el Presidente fuera votado por la Asamblea. Marcaría, me parece, una diferencia entre el Presidente y el resto del Consejo que me parece que en este momento no es lo más interesante. Creo que es mejor tener un Consejo que pueda realmente velar por el funcionamiento de la Escuela y que ese Consejo que ha sido votado por el conjunto de los miembros elija a su Presidente. Creo que ese procedimiento, por el momento, para el funcionamiento de la Escuela sería más practico que un proceso donde ahora tendría que haber candidaturas personales para votar, etc. Creo que además marcaría una diferencia entre los miembros del Consejo y el Presidente.

 

J.-A. Miller: ¿Dentro del Consejo los miembros se propondrían para esto? Pero dentro de doce si cada uno hace el modesto será finalmente decir: tú lo vas a ser. Temo un poco el fenómeno: "lo hago para rendir servicio". Es la ideología más funcionario que la idea empresarial, pero a la vez es verdad que es una experiencia decir que cada uno se puede proponer como Presidente. No sabemos qué puede desencadenar. Puede ser que la prudencia, ¿dice lo mismo M. Davidovich?

 

M. Davidovich: Mi idea era que se formara el Consejo y que entre los doce del Consejo dijeran quién quería o quién no quería o que incluso quienes se presenten para el Consejo que digan ya si estarían dispuestos a ser el Presidente. A mí no me gustan las campañas políticas, me parece que este no es el momento, que sería un poco irritante. Quizás tendríamos que ser más prudentes.

 

J.-A. Miller: Si es el Consejo que elige podría hacerlo en su propio seno o ir afuera y en este momento el Presidente se suma a las reuniones. En esa hipótesis se puede no poner si es la Asamblea que elige, el Presidente integra el Consejo. Es el primer miembro elegido. Si es el Consejo el que elige al Presidente los Estatutos pueden ser mudos sobre si es un miembro del Consejo o un miembro de afuera. Es menos presidencialista, por supuesto, es una elección a dos, es como se elige un Presidente del Consejo de Ministros y no un Presidente de la Nación.

 

Miquel Bassols: Antes de pasar la palabra, yo señalaría que en el caso de que sea el Consejo quien elige a un Presidente, no hay que olvidar que es la Asamblea la que luego refrenda esa elección.

 

J.-A. Miller: Esas son cosas a estudiar porque existe la renovación del Consejo también.

 

Xavier Giner: Yo quería decir más o menos lo que se ha dicho. A mí me gustaría la elección a dos niveles y con la posibilidad que el Consejo lo elija de entre sus miembros o, si así lo considera, que fuera dentro de los doce primeros miembros elegidos. Eso por un lado. Por otro lado, me gustaría que en una cuestión de terminología, me parece que Presidente de la Escuela hay uno y lo que hay en las comunidades locales que sean coordinadores, no presidentes, porque me parece que la función ejecutiva de un Presidente en ese sentido…

 

J.-A. Miller: Si tenemos Estatutos legalizados, los términos clásicos es Junta directiva y Presidente. Pero es verdad que dentro del Campo Freudiano podemos utilizar la palabra coordinador si quiere quitarle presidencialismo. ¡¡¡Esta conversación es muy antipresidencialista!!!

 

X.Giner: De todas maneras lo decía porque yo estaba en la lógica de unos Estatutos legales de marco español y las comunidades se integran en esos Estatutos legales y que el Presidente de la Asociación es el Presidente de la Escuela, de todos. Cada comunidad local se integra mediante los procedimientos que están por ver aún.

 

H. Casté: Creo que siempre ha habido en las Escuelas tres poderes, el Consejo, el Directorio y la Asamblea. Creo que ésta debe tener un poder que estatutariamente siempre es el decisivo final y que en este caso que el poder se manifieste en la elección del Presidente, que luego se integraría en el Consejo, a mí me parece que da a la Asociación una representatividad mayor. Creo que las funciones del Directorio y del Consejo son bien distintas, se contrapesan, pero que el Presidente del Directorio tiene que tener un poder ejecutivo autónomo del Consejo, aunque luego se integre en el Consejo, pero que debe estar en función de su decisión de llevar adelante esa tarea y refrendado o elegido por la Asamblea que es lo que le daría la autoridad, precisamente. Quizás en este momento podría haber cierta sensibilidad en contra de eso, pero de cara al futuro al funcionamiento de la Escuela en marcha eso no representaría un problema.

 

J.-A. Miller: Sería la primera vez en el Campo Freudiano porque la AMP, estatutariamente es el Consejo que elige. Finalmente, no hemos salido aún de un período inicial, he sido reelegido, etc. Después entraremos en otro régimen. Si lo hacemos ahora será la primera experiencia en el Campo Freudiano de dar este poder a la Asamblea y que sean campañas electorales, varios candidatos. La cuestión es si lo desencadenamos ahora. Quizás sea necesario ser audaz. No digo inmediatamente. Es una experiencia que no sabemos qué va a dar, puede dar lo mejor o lo peor, no estoy en contra de los riesgos. Solamente es interesante entender bien lo que hacemos. La seguridad y lo conocido están del lado de elegir el Consejo y que el Consejo elija, de los dos niveles y de contar con la sabiduría que tiene un grupo de sus negociaciones internas. La novedad es presidencializar totalmente esta elección porque una vez que el Consejo ha elegido, se puede decir, como señalaba M. Bassols, se presenta a la Asamblea y algún otro se puede presentar. Es tener un candidato oficial y otro posible, rebelde, de una oposición, etc., y eso obliga al Consejo a no proponer cualquier persona como Presidente, debe pensar que eso deber ser presentable a la Asamblea. Eso puede necesitar ver cómo hacer las permutaciones del Consejo de manera de permitir esto. Es una manera. La otra manera es abrir la mano y ver qué pasa. Lo que pasará es que será campaña nacional, quizás no para la primera vez porque no tendremos tiempo pero después será una campaña que durará. La cuestión es qué se va a prometer: que me elijan y ¿qué?, ¿todos AME?, ¿disminuir las cotizaciones?…

 

Montserrat Puig: Respecto a las campañas electorales. Me parece que si hubiera la posibilidad de que el Consejo eligiera al Presidente fuera del Consejo como sabría quién tiene deseo y ganas de poner a hacer de Presidente, quizás entonces simplemente con esto produciríamos las campañas electorales a los que se proponen. Es decir, que alguien quiere ser Presidente y ha de hacer campaña electoral con los que están en la lista de posibles miembros del Consejo. No sé si reduciría porque cómo iba a saber el Consejo quién fuera de su propia composición quiere y puede. Si hubiera esta posibilidad ¿cómo lo iba a saber? La única posibilidad sería que quien quisiera ser Presidente redujera su campaña electoral a los posibles miembros de ese Consejo, es decir, los que se propusieran a la Asamblea… aunque me parece que esto no reduciría, no nos sacaría de encima… a ver, la cuestión es que tal como está ahora el esquema, si se está pensando en que el Presidente sea elegido por Asamblea es porque cae la misma figura en lo que ahora conocíamos como Presidente y como Director y el Director era elegido por Asamblea, ratificado por Asamblea bajo propuesta y votado por Asamblea. Ahora con estos Estatutos que proponemos ahora son votados por Asamblea. La cuestión es ahora que en la misma persona recae Presidencia y las funciones de Director, esa es la cuestión, por eso estamos divididos si es el Consejo o es la Asamblea. Es decir que fuera la Asamblea. Es verdad que la integración de este Presidente en el Consejo mismo le da un lugar muy distinto al resto del Consejo, entre otras cosas, porque…

 

(Hay voces que replican)

Montse Puig: No, no, no, lo digo para pensar, es distinto en el sentido que va a ser este Presidente el que va a elegir los colaboradores. Entonces, es verdad que lo de las campañas electorales hay que pensarlo bien, cómo podría ser esto de una Escuela, no solamente de una Asociación sino de una Escuela, pero yo me inclino más por la Asamblea.

 

J.-A. Miller: Se puede elaborar rápidamente la composición de los miembros de la Escuela. Cuántos son de Barcelona, de Madrid, y cuántos son de los otros. Si se puede escribir en la pizarra.

 

Enric Berenguer: Con respecto a la cuestión del presidencialismo no creo que sea tan simple. Pienso que el presidencialismo no solamente tiene que ver con el tipo de elección sino con las atribuciones concretas del Presidente dentro de Consejo. A mí me parece realmente que es preferible que haya candidaturas para presidencia y que sean votadas en Asamblea porque creo que eso le da al Presidente una posición de más uno con respecto al Consejo del que forma parte que puede ser importante. Yo, francamente, no sé a qué se alude cuando se dice que una campaña en este momento puede ser irritante. No creo que tengamos que retroceder ante esto. Si el funcionamiento da al Presidente unas atribuciones de alguna forma equilibradas dentro del Consejo yo, francamente, no tendría ningún miedo ante esto, en absoluto en este momento. Creo que la función del deseo de postularse y que eso sea reconocido por toda la comunidad del territorio español me parece muy importante en este momento, precisamente. A mí, que el Consejo elija al Presidente me suena un poco a cónclave, cuando se elige el Papa, están ahí encerrados y hay la fumata bianca o fumata negra. Es algo que no me parece adecuado y hay este espíritu de comité que de entrada me parece que se puede moderar con esta función de más uno que puede tener el Presidente elegido.

 

J. Garmendía: Los argumentos en contra ya los he dicho antes. Quería añadir en cuanto al nombre que se ha comentado si serían coordinadores, me parece que los de las comunidades locales podrían ser directores de las mismas. Tengo la impresión que la palabra coordinador se usa cuando no se sabe qué nombre…, me parece que la palabra Director puede ser adecuada. En cuanto a la otra cuestión, es verdad que hasta ahora funcionábamos con Consejo, Directorio y Asamblea. Ese era el modo habitual de funcionamiento en cada lugar. Pero también es cierto que esa lógica va a ser distinta a partir de ahora. Es decir, si estamos planteando un Consejo que incluye un Directorio a nivel…

 

J.-A. Miller: Lo incluye pero el Directorio de tres se puede reunir fuera del Consejo. El Consejo no se reúne sin esos tres. Entonces, da un lugar pivote al Directorio pero no hace desaparecer del poder ejecutivo pero es reforzado por ser necesariamente incluido en el Consejo.

 

J. Garmendía: Por eso digo yo que esa lógica va a ser en parte distinta, obviamente, sin eliminar el Directorio pero en las Comunidades locales, no sé cómo esto terminará siendo, pero se comentaba y parece que había acuerdo, que no hubiera Consejos. Así que de alguna manera la lógica que había en cada comunidad local de Consejo y Directorio no va a existir. Es decir, que la referencia va a ser este Consejo a nivel nacional. Entonces, como estaba hasta ahora establecido en cada comunidad local eso va a cambiar, es decir que la referencia de cada comunidad local va a ser un Consejo que no opera exclusivamente en su Comunidad sino a nivel nacional. Me parece que esto es muy importante.

 

J.-A. Miller: Eso hace más necesario el asegurarse que en el Consejo esté representada la gran mayoría de las comunidades locales. Hay que vigilar esto bien. Pienso también que si se va en la dirección de una elección por la Asamblea hay que prever una regla de que no sea elegido dos veces una persona de la misma comunidad local. Si es por el Consejo se cuenta con la sabiduría del Consejo, si no hay intermedio debemos poner algunas reglas que por lo menos divida la asociación en tres partes, una vez Barcelona, otra Madrid, otra fuera de los dos. Es decir, que serán competencias locales, decididas por el conjunto. Es lo que pasa en la IPA, antes era Echegoyen o Badaracco, dos de Bs.As. y la decisión tomada por el conjunto internacional. Entonces, cada vez será dos o tres de Barcelona se presentan y es el conjunto el que decide sobre ellos, a ver las cifras. Hay algunos más desiguales que otros. Cómo se divide bien, hay que componer tres conjuntos iguales. La cuestión es si tomamos interés en la procedencia de cada uno, seguramente en lo jurídico hay métodos para sacar una decisión de eso pero es difícil a un solo nivel.

 

J. Garmendía: Lo que se está planteando de dividir en tres para que no se repita el Presidente de la misma comunidad tiene sus ventajas y sus inconvenientes también, porque al mismo tiempo puede que toque a alguna de esas tres partes elegir Presidente, tampoco sabemos hasta qué punto ese Presidente es realmente representativo cuando tiene que ser elegido porque le toca esa vez. Hasta qué punto ese Presidente va a ser representativo en el mismo Consejo cuando ha sido elegido porque no queda más remedio y tocaba uno de esos tercios.

 

S. Carro: Cuando estuve haciendo los estudios de los Estatutos en las distintas secciones y grupos. En Barcelona el Presidente era elegido por el propio Consejo, en Madrid el Presidente siempre ha sido elegido por Asamblea y hay una propuesta más de que el Presidente sea elegido por Asamblea. Hago esta especie de balance. A mí me gusta mucho la idea de que ese Directorio esté conjuntamente dentro del Consejo y matizaría a H. Casté reforzando más la idea de que surja del conjunto del Consejo. Este tiene también cierta fuerza ejecutiva también.

 

J.-A. Miller: Tiene en tanto que el Directorio forma parte de él. Pero hay que ver que se trata de doce personas en el Consejo que los Estatutos hemos puesto 3 reuniones al año y este Consejo tendrá dificultad para reunirse más veces. Puede comunicar por Internet cada semana pero no es lo mismo, puede responder a propuestas pero se necesita más fuerza de parte de un miembro del Consejo para hacer propuestas. Quizás dejará que el Directorio proponga. Un poder ejecutivo debe ser más concentrado. Es lo que tratamos de obtener. Hay que mirar las cifras, el peso de la pertenencia local respecto a otro aspecto. Hay ponderaciones, compensaciones que se pueden hacer en un grupo pequeño como un Consejo. Es algo salvaje la elección por Asamblea, es decir, sí o no y ya está. No digo que esté mal, también estaría mal tener un organismo cansado inmediatamente, pesado, un Presidente pendiente de los otros once miembros del Consejo. Nunca va a tener la opinión de todos, uno se va de vacaciones, otro no tiene Internet, etc. Un Presidente debe tener un espacio y un elegido de la Asamblea lo tendrá. Depende de cómo se evalúa a los susceptibles de ser elegidos: si se piensa que hay una sabiduría colectiva, si tenemos una transferencia hacia la comunidad que conformamos como Escuela, podemos pensar que finalmente esa Escuela no va a elegir medio locos que van a destruir la Escuela. Cuando hay un poder que se impone, a la Asamblea le gusta enviarle medio locos.

 

Mª. J. Segura: Me doy cuenta de la dificultad de elegirlo por Asamblea y los efectos que esto puede tener. Quizás una propuesta intermedia sería poderlo elegir entre el Consejo y el Directorio, en los que quedarían representadas todas las Asambleas porque estarían los presidentes locales –elegidos por Asamblea en cada región– de toda España, y los seis miembros del Consejo elegidos por Asamblea. Con lo cual quedaría suficientemente representada toda la Asamblea sin ser una cosa tan directa.

 

Sagrario García: Me preguntaba si no sería un problema que la Asamblea eligiera primero al Presidente, si eso no restaría algo a la elección de los seis miembros del Consejo o ¿uno se puede presentar a Presidente y miembro del Consejo?

 

(Descanso)

B. Garavelli: Suena muy democrático lo de la Asamblea pero lo veo complicado por los números de la pizarra. Quiero plantear que sea el Consejo junto con el Directorio ampliado quienes a través de un consenso eligieran al Presidente.

 

Rosa Mª. Calvet: En la misma línea yo no veía cómo la soberanía de la Asamblea se sostiene porque está sesgada y dado que vamos a elegir al Consejo y que el Presidente va a tener el apoyo del Consejo, me parece una elección de éste un poco extraña, elegirlo y decirle al Consejo que no creemos en sus Consejos. Me parece que hay algo que trastabillea un poco.

 

H. Casté: Hay propuestas para modificar las Secciones, nuevas sedes en España. Si eso se lleva adelante y se cambia el estatuto de las Secciones ¿es previsible que estas cifras se modifiquen? En Madrid, por ejemplo, hay 47 miembros pero si la Sección pasa a ser una Sede es posible que entre más gente.

 

J.-A. Miller: No vamos a pescar, la gente pide pero también una instancia de la Escuela puede aceptar o no. No sé si debemos contar con esto. Es verdad que yo mismo he escrito que vamos a reconsiderar los pedidos en función de la nueva situación pero a la vez no es para ofrecer la calidad de miembro a cualquier persona. Sabemos que hemos doblado el número de miembros. Lo ha hecho esa Comisión de Admisión de manera responsable y no hay que olvidar que hubo 10 años de EEP con poca aceptación de miembros pero tampoco vamos a decir: queremos producir miembros. Ud. Nilda Estrella me dijo en la pausa una idea que creo que es mejor que dividir en tres partes: solamente como regla que el Presidente no proviene de la misma comunidad dos veces. Es muy simple y abre posibilidades mejores. Es una regla para la elección por Asamblea, no para la elección por el Consejo. Es decir, son cosas pequeñas pero son las soluciones que buscamos.

 

Elvira Guilañá: A mí me parece que ambas opciones tienen sus pros y sus contras. Me decantaría más por que lo elija el Consejo, de acuerdo con la opción que introdujo Jorge en su momento: el Consejo está elegido por seis miembros por la Asamblea, dos AMP y cuatro por estos ocho. Ya hay una representatividad, ya hay una apuesta. También me parece que hay una apuesta de confianza por el Consejo que se va a renovar y volver a votar y que van a ser capaces nuestros miembros presentes en el Consejo de pensar qué Presidente es el adecuado en cada momento histórico. Me parece que empezar así es importante, un cierto punto de confianza en relación a los miembros que van a estar en el Consejo. Le veo más pros a esta opción que a la otra aunque es muy bonito y tendrá su importancia el que sea elegido por Asamblea pero me parecen importantes dos puntos: uno, la confianza y dos, esta opción nueva que 6 miembros elegidos por Asamblea y luego 8 que van a volver a votar 4 más. Vale la pena apostar por este mecanismo porque es nuevo y válido para mí. Lo de Nilda si nos da más agilidad y posibilidades, muy bien, adelante.

 

J.-A. Miller: La elección por Consejo es por un cuerpo más reducido donde se evalúa diferentes opciones. La elección por la Asamblea no se evalúa, es voto secreto con diferencia de un voto entre dos candidatos, no es al azar, es que nadie calcula, es el S.s.S. del conjunto. Es algo que se calcula pero implica confianza en el hecho de que el espíritu del psicoanálisis está presente entre ustedes, como dice Lacan. Entonces, es otro tipo de confianza y, a veces, la gente puede tener más confianza en el se calcula que en las negociaciones bajo el velo de doce personas aunque las hayan elegido. Es otra relación a la cosa, o la brutalidad de la votación a mayoría simple, sin intervención de pensamiento, las racionalizaciones, etc., elegir doce sabios o doce hombres prudentes, según Aristóteles, y remitir la decisión a esos hombres prudentes. Interesante.

 

Myriam Chang: No estaba de acuerdo con lo que planteó Enric comparando con el cónclave porque los cardenales no son elegidos desde abajo sino desde arriba, desde una instancia superior. Aquí el Presidente se elegiría, entre quienes han sido elegidos por una Asamblea. En ese sentido estaría de acuerdo con Elvira.

 

José Rodriguez Eiras: Elegir Presidente por Asamblea ahora sería muy arriesgado y para mí la propuesta de Consejo más Directorio serviría de puente entre la Asamblea y el Consejo, habría más personas que elegirían y lo que propone Beatriz: que fuera por consenso. Consenso entre las personas del Consejo más el Directorio.

 

J.-A. Miller: No podemos fijar una regla de consenso para una instancia, se puede decir que es deseable pero siempre hay un mecanismo de votación a mayoría simple, de doce serían 7. A veces, el consenso da un resultado blando, a veces es más operativo ir a un sí o un no. Es el ejemplo de lo que varios pueden temer de una elección por el Consejo, que no se sabe qué cálculos y consideraciones van a entrar en eso. La cuestión es en qué punto de la Asociación los miembros se deben reconocer. Si se deben reconocer en el Consejo como cuerpo y por eso el método Sosa, –sigo sorprendido del comentario del mismo Sosa. La propuesta era según la idea de que una pura elección por Asamblea no daría una representación adecuada. Debo decir que hay que pensar que la Escuela ha cambiado desde que hablamos de esto, a finales ‘98, primeros meses ‘99 y ahora. Ahora la composición de la Asamblea ha cambiado. Ahora Catalunya es un tercio aproximado de 215 miembros en total. Felizmente Catalunya no es unidad. Quizás conservar la división en Catalunya sea lo mejor.

 

J. R. Eiras: Ahora no se está contemplando que sea el Consejo más el Directorio ampliado los que elijan, la propuesta de María.

 

J.-A. Miller: Creo que hay que elegir: o decimos 6 miembros elegidos por la Asamblea más los presidentes de las juntas locales. Porque ya la propuesta Sosa era para restituir una representación de las comunidades locales, pasar de 6 de la Asamblea a 12 y que esta ampliación sea dirigida por la idea de representación. Si se esta se obtiene de agregar los directores locales entonces nos quedamos con los 6 de la Asamblea. Podemos formar un Consejo de 6 miembros elegido en Asamblea más 7 Presidente, 5 por Asamblea más los presidentes, a mí no me molesta el 13 pero… Es la propuesta de Eiras. Era agregar a los 12, 7 más, 19, terminaríamos con toda la Asamblea.

 

J. R. Eiras: La propuesta es otra, que para votar al Presidente voten el Consejo más los miembros del Directorio ampliado, no aumenta el Consejo a 19, sólo para esta elección.

 

J.-A. Miller: Eso le quita a la Asamblea porque de los 19 sólo un tercio estaría elegido por esa Asamblea, el resto de otra manera, además, disminuye el poder del Consejo. La pérdida de confianza de Sosa en su propia propuesta es algo que destruye un pilar de la construcción anterior porque era lo más importante que se había conseguido en discusiones anteriores. Quizás otra solución sería conformar un Consejo con los presidentes de las comunidades locales más algunos miembros elegidos por Asamblea. Ya no sería más la propuesta de Sosa, porque ella es una hija renegada por su padre.

 

J. R. Eiras: Yo seguiría con la propuesta del Consejo como está ahora y no le quita fuerza que el Director sea elegido una vez, luego el Consejo funcionará con su propia fuerza. En una elección el Consejo no tendrá tanta fuerza pero para funcionar sí, no creo que esa elección le quite fuerza al Consejo. Le daría más fuerza a lo local que la gente local sepa que tendrá una voz para elegir al Presidente.

 

J.-A. Miller: Agregar todos los presidentes le da a los 8 de Aragón un peso desmedido porque si tomamos ya uno de Aragón en el Consejo para completar la representación y sobre los 19 ya hay dos de Aragón, quizás los 75 de Catalunya se encuentren oprimidos por los 8 de Aragón. Son fenómenos interesantes.

 

J. R. Eiras: Por eso yo proponía la elección por consenso y no el puro voto. Somos un número suficientemente pequeño y el número de elegibles es suficientemente pequeño y la responsabilidad que va a tomar esta persona…, me parece que el número de personas entre las que tendremos que elegir será de 10 ó 12.

 

J.-A. Miller: Hasta ahora las Asambleas generales se sostienen durante jornadas nacionales, será por la noche, se pasarán tres horas en Asamblea. ¿Cuánto tiempo necesitarán 19 personas para decidir sobre el Presidente y en qué momento la gente va a saber que tiene un Presidente? La famosa fumata blanca. Hay que prever un límite de hora para las 19 personas para decidirse porque si no, tendremos el nombre del Presidente 6 meses después. No debemos complicar demasiado la cosa con agregaciones y niveles especiales. Qué pasa si un Presidente falta, no puede delegar, no se puede votar. Hay algo práctico para considerar: no damos una semana entera para elegir por dos años. Si elegimos para cinco años podemos tomarnos dos días para elegir pero hay que alargar el tiempo de permutación. En Francia, normalmente, el Comité de gestión o la Junta directiva se elige por cinco años, para dos años hay que hacer algo ágil. Ya la antigua propuesta Sosa, 6 más 2 cada dos años, más dos de la AMP era algo que debía ir muy seguido y suponía la elección de la AMP por delegación a sus miembros porque si no, ir a la AMP, volver, sería imposible. Quizás se puede hacer de otra manera. Siempre la AMP debe delegar esto a 4 ó 5 miembros presentes, si no, no funcionará. Alargarlo con una larga deliberación… Normalmente, será a la mañana siguiente, antes de empezar la jornada, que se reunirá el Consejo y decidirá el Presidente. Tenemos dos días en Madrid, se hará el 6 a la noche, tendremos Presidente el 7, y ¿vamos a hacer la fiesta sin saber el Presidente? Salvo si hacemos la elección por Asamblea, entonces sí por la noche se sabrá el Presidente.

 

Daniel Cena: Mientras miraba las notas pensé Tyché y Automathon. Pensé cómo articular la cuestión elección de Presidente por el Consejo o por la Asamblea. Estoy de acuerdo con algunos compañeros que piensan que la elección por Asamblea no es pertinente por complicado. El conciliábulo es un fantasma que surge, yo pienso que el Consejo se elige por confianza; sino queremos el conciliábulo ¿cómo elegimos el Presidente?, a partir del Consejo pero utilizando el azar entre los miembros del Consejo. La función de la Asamblea refrenda esa elección o no. (Hay réplicas negativas en la sala) Ya veo que no les gustó, pero bueno…

 

Un colega: Yo soy partidario de hacerlo a través del Consejo por cuestión de confianza y más acorde con nuestros intereses. Miller ha nombrado dos modelos, el del empresario o el del funcionario, creo que en los tiempos que corren no hay que perder de vista el del empresario. Cómo saber quién quiere ser Presidente, alguien cuyo deseo está cuestión. Cuando elegimos al Consejo cada miembro sería un presidenciable. Creo que sería interesante que esto no se contaminara, que hubiera una forma de saber quiénes, –tanto si se presentan al Consejo como si no–, quieren ser Presidente para que después el Consejo pueda hacer esta elección partiendo de que haya alguien que quiera ocupar previamente este lugar.

 

Vicente Rueda: Yo quiero ir en la línea de R. Calvet, incluso Daniel Cena, en el sentido de no privilegiar tanto la figura del Presidente en detrimento del Consejo. Creo que éste debería elegir al Presidente pero bajo la condición de ser elegido por el 75 por ciento del Consejo, no la mayoría simple, para la coherencia interna del Consejo, privilegiar la fuerza del Consejo porque si no queda diluido por la función del Presidente. Sería una cosa más política y esta es una institución psicoanalítica que hay que reforzar, no tanto la política, aunque fuera necesario.

 

J.-A. Miller: Hay que elegir: si quieren dar poderes a una instancia que se va a reunir tres veces al año, digo que no se reunirá más porque en España resulta muy difícil. Será una instancia que tendrá dificultad de existir así que si no se sostiene con fuerza la existencia del Directorio y del Presidente van a tener una Escuela débil. Lo veo cuidando al Consejo. Este tendrá su papel, es el Consejo que va a tomar a los miembros, a decidir la pérdida de la calidad de miembro, que va a refrendar muchas de las decisiones del Directorio. Pero éste y el Presidente deben tener una figura porque si no hablan, si el Presidente personalmente no habla con frecuencia y regularidad a la Escuela, esta será débil y debe poder hacerlo sin tener que hacer aprobar cada palabra por las doce personas. Debe tener una voz, se debe elegir a una persona con voz. La experiencia de la ECFB murió por no haber tenido una voz y no la ha tenido porque la Administración provisional, nombrada solamente por mí, no tenía la representatividad y la fuerza popular para tomar la palabra con fuerza y murió por estar sin voz. Durante meses la ECFB no ha hablado y no se puede dirigir de manera silenciosa. Un Presidente que deberá temer a su propio Consejo porque le va a corregir las cosas no podrá hacerlo. Mi preocupación no es la autoridad, ésta está asegurada por el acuerdo general de no tener Consejos locales. Eso da una fuerza estructural al Consejo de la Escuela. La cuestión es tener un Presidente que tenga una voz y pueda regularmente hablar de lo que pasa a los miembros y en el momento en que está el silencio se pierde la Escuela. Es un fenómeno actual, con Internet se sabe que s puede comunicar, si la Escuela queda silenciosa más de 15 días no existe. Es así. ¿Por qué felicité a O. Ventura? por su Digest, es semanal, y cada semana, en la AMP-Varia que utilizamos como vehículo, el colega que manda las cosas, está presente, nos dice qué ha pensado y si la ECFB hubiera tenido una voz cada semana hubiera vivido. No estaba en San Sebastián, he debido recomponer la trama de informaciones de Judith Miller y algunas cartas que me han enviado sobre lo que pasó. No hubiera pasado si la Escuela de Barcelona hubiera sido una realidad viviente que hubiera hablado, ha hablado por listas, felizmente H. Casté mantuvo Interfaz que ha sido una pulsación que ha tenido en sus últimos tiempos una flexibilidad. El silencio que mató la Escuela es otra tesis además de todas las razones que se entienden après coup. No es un reproche a la Administración provisional, entiendo que ésta no sintió el poder, la fuerza de expresarse. Discúlpeme, pero quiero aclarar que la preocupación es que la Escuela tenga una voz, si el Presidente tiene una voz, otras voces ser harán oír, para entender, para contestar. La AMP tiene actualmente mi voz y no es una voz que silencie a las demás. He provocado, ahora, no sé cuántas discusiones, se envían diez mails al día en Caracas, España, Italia. Es un fenómeno que ya se ha producido acá con la AMP-Varia que se debe prolongar y será así si el Presidente tiene apoyo y habla.

 

Un colega: Estamos hablando de cómo representarnos unos a otros. Yo estaría de acuerdo con que el Consejo eligiera al Presidente y entonces el Consejo está formada por tres, si como miembro de la Escuela yo tengo algo que ver con la elección de seis, más algo que tendrá que ver como miembro de la Escuela con la AMP que nombra dos más. Pienso que es un ejercicio de confianza no sólo en el otro sino en uno mismo que cuando elige algo no elige mal del todo. No es tan difícil pensar que el Consejo elija entre una serie de miembros –cualquiera que se presente al Consejo puede ser Presidente pero sólo habrá algunos que lo deseen ser, allí podrá elegir el Consejo.

 

Estela Paskvan: Un pequeño inciso: ¿y si pusiéramos la condición de que deberían desearlo todos, es decir, que todo aquel que se presente al Consejo quiere también ser Presidente? La elección recae en el Consejo. Es lo que acabo de escuchar y que no me gusta, para terminar con la cosa funcionarial de pensar que algunos quieran estar en el Consejo y no quieran ser Presidente. Yo diría no, se puede estar en el Consejo y querer ser Presidente.

 

Vicente Palomera: Sí, pero no como condición.

 

Un colega: La variable que introduce Estela no sé si sería posible. Otro tema, por ejemplo, cuando se hablaba de que el Presidente fuera de comunidades diferentes, no sé si es tan importante elegir a alguien por lo que se le escucha o por si es de tu propia familia.

 

J.-A. Miller: La regla Nilda, después que he perdido lo de Sosa, es lo mínimo dada la composición de la Asamblea que da un tercio a Catalunya.

 

El mismo colega: No es para que la regla no esté sino que quizás es más importante otra cosa aunque la regla se respete.

 

S. Carro: Verifico lo que planteaba antes, creo que tendría que ser elegido por Asamblea, porque estamos en un momento histórico radicalmente diferente. El Presidente tiene que ser reconocido por toda la comunidad analítica, quiero jugar con lo local y lo global o lo nacional. Me parece que no lo podemos pensar desde las lógicas anteriores, es radicalmente diferente, me parece que ese Presidente para que tenga voz sea elegido por la Asamblea en conjunto. Otra cosa es que después me aclare.

 

J.-A. Miller: Dos votaciones, una primera vuelta y después la segunda con los dos primeros de la lista de la primera votación. Por lo menos dos vueltas. Los dos más votados se encuentran en la segunda vuelta, por entrar en detalles. Lo que hay que evaluar es el momento en que estamos y si consideramos que esta comunidad está tomando forma. Si consideramos que podemos entregar, lo que nunca se ha hecho, la elección del Presidente a la comunidad, sin intermedio de una elección previa de hombres prudente y de vivir con el resultado. Hay más voces que confían en el Consejo pero el mismo hecho de que digan que necesitan esa prudencia muestra la prudencia de muchos. De tal manera que cuanto más hablan a favor de la elección a través del Consejo más verifican que se puede entregar a la Asamblea. Es la paradoja. Ustedes mismos son una Asamblea prudente. La cuestión es estar acorde con los tiempos, no por conformismo sino para ir a la delantera. Pienso haber elegido bien mi momento de la AMP. Yo estaba preparado a irme en julio y acepté quedarme dos años más. Nadie me pide que me vaya, salvo Colette Soler que me decía: "hasta la muerte puedes quedarte", lo he escrito, pero no hay que esperar que surja la voz general que se pregunta cuándo se va a ir este tipo. El momento de irse es aquel en que me reconocen, el de ir más adelante y me pareció que pasarlo a América latina y a una mujer –algo que discutimos en el Consejo de la AMP, E. Laurent era partidario de mostrar la fortaleza al pasar a Graciela Brodsky a América latina, una mujer, lo que muestra que son nuevos tiempos. Quizás, después de estos dos años de trastornos, que también han hecho que todo el mundo reflexione sobre la Escuela y ahora hablamos de manera muy productiva. Quizás sería un poco de atraso no entrar en lo nuevo y ver qué pasa si se le da a la Asamblea, ¿será una locura? Será un alivio para mí que voy a tener un papel en elegir dos de la AMP. Voy a mirar cómo se hace la primera vez y encontraré qué problema he orientado yo. Sería un alivio, personalmente, decir que decida el espíritu del psicoanálisis. Es una comunidad, no está toda la comunidad de los que pueden votar. ¿Va a fracasar el barco? No sé si diría lo mismo en Italia porque allí los vínculos son más recientes, también son más jóvenes que aquí, en general. Puede ser más difícil en Italia, pero ahora son diez años del C.F., quince años, veinte años del C.F., en qué momento estaría bien. No estoy totalmente convencido, si no lo diría, pero no se debe descartar la idea de la elección por Asamblea. Debemos continuar.

 

Alejandro G. Franco: La elección por Asamblea me gusta por dos razones: una, porque creo que el voto directo siempre es mucho más vinculante para el votado y el votante, y la segunda, es la representatividad que tiene el Presidente de toda la comunidad. El voto directo es que uno se siente mucho más representado por el candidato aunque no sea el que uno ha votado, que en el voto indirecto a través del Consejo. Y no es quitarle confianza porque el Consejo tiene otras funciones, eso no le quita ni le pone confianza al Consejo. Es el valor simbólico que tiene el voto directo para la elección de Presidente y hay que subrayarlo totalmente en este aspecto si nos interesa que ese Presidente tenga voz y represente a toda la comunidad de España. No será cualquier Presidente, tendrá que ser alguien que tenga esas características de representatividad.

 

E. Berenguer: En la misma dirección de Susana Carro. Mi opinión es relativa a este momento histórico. Hay que pensar lo que han sido estos 18 meses, estos encuentros a nivel de toda la comunidad han sido siempre saludables, han producido efectos positivos para todos. Tenemos que introducirlo en este momento histórico y pensar que la elección de Presidente por la Asamblea puede seguir dando un peso suplementario a esta comunidad que se está construyendo y que por su novedad tiene una frescura que hay que mantener. Cuando yo propongo que se elija el Presidente en Asamblea no me parece en absoluto una desconfianza con respecto al Consejo. La Asamblea elegiría la mitad solamente, entonces no es exactamente igual que la Asamblea elija todo el Consejo y luego el Consejo elija Presidente, a que la Asamblea solamente elija una parte. En esta dirección, estaría decididamente en contra que lo eligiera el Consejo más el Directorio ampliado porque precisamente el Consejo y la Presidencia tienen que ser dispositivos elegidos de forma que estén lo más libre posible de las inercias de lo local. En la adecuada interacción de lo local y esa comunidad naciente tendremos el éxito que yo doy por supuesto de esta nueva experiencia. No me parece descabellado que el Presidente sea elegido por el Consejo pero apuesto por la elección por parte de esa comunidad que ha tenido para todos un efecto terapéutico. Estamos hablando cosas hoy que hemos visto que nos resulta mucho más difícil hablarlas en lo local. Eso define un momento histórico y esta comunidad tiene para mí un valor muy importante.

 

J.-A. Miller: Otra paradoja: usted habla a favor de tener confianza a la Asamblea en este punto pero quizás también, dejar a la Asamblea decidir en una dirección u otra. Habría que hacer una consulta a los 215 miembros, una vez expuestos los argumentos para que decidan qué fórmula. Porque si la Asamblea no se siente suficientemente para sostenerlo se puede decir que la gente está acostumbrada a que se decida en otro lugar y que para ser libres habría que forzarlos a ser libres. Van a tener miedo de esa responsabilidad, más miedo del que deberían, allí también hay una elección: entregar esa elección a la Asamblea o no.

 

Un colega: Desde la perspectiva de la Escuela Una, la elección del Presidente por parte de la Asamblea es más adecuado, esto no significa no confianza al Consejo sino que pone el énfasis no en los grupo o sus cantidades sino en el hecho de lo deslocalizado de la Escuela. Yo sería partidario de ese procedimiento

 

J.-A. Miller: Antes teníamos un Directorio localizado que hubiera tenido la fuerza de la localización. Ahora tenemos que darle otra fuerza que le podría venir de la elección por Asamblea. No veo la oposición, el Presidente es el primer miembro del Consejo, este se organiza alrededor del Presidente. A ver lo que implica renovar el Consejo, permuta por la mitad cada dos años hasta hora. Si decidimos que la elección es por Asamblea hay que revisar la renovación del Consejo para que sea adecuada a esa decisión. No es imposible.

 

J. Sosa: La alternativa es decidir la forma de elección del Presidente. No tiene nada que ver con la confianza, son dos métodos aceptables aunque a mí me gusta la elección por Asamblea. El problema de los atributos del Presidente se resuelve si sus poderes no son excesivos y el órgano donde se hace la política de la Escuela es el Consejo, no veo ningún riesgo de que el Presidente sea elegido por la Asamblea entre los que se presentan al Consejo. Más bien lo que me inclina a querer esta opción es que lo que se vota en el Presidente es un estilo y una manera de hacer las cosas en las que uno confía en que puede representar en lo social y una serie de cosas a la Escuela. Es un plus que yo pondría a cargo de la Asamblea para elegir a quien pueda hacer esta función y ser, como decía Miller, la voz de la Escuela. Por otro lado, hay que tener en cuenta que esto no significa que si el Consejo eligiera al Presidente sería reflexivo y calculado y que la Asamblea no calcula. Más bien creo que la experiencia que tenemos de la ECFB y de las reuniones de la Asamblea provisional es un lugar de reflexión de debate, donde se hacen cálculos, se puede argumentar y la elección del Presidente por la Asamblea no es asumir un riesgo que ponga en peligro el proyecto.

 

Rosalba Zaidel: Mi pregunta, después de San Sebastián y de lo que señala ahora Jorge, es cuál es el criterio electivo, de elección de un Consejo que no será territorial pero elegido por comunidades, que a su vez tienen números distintos entre sí.

 

J.-A. Miller: Ha quedado que el Consejo estatutario cada dos años salen 6 de sus doce miembros, la primera vez se deciden los salientes por sorteo y posteriormente por antigüedad. La Asamblea elige a tres de los entrantes a partir de las candidaturas presentadas. Otros dos son elegidos por los nueva miembros, los seis que permanecen del anterior Consejo y los tres elegidos y uno es elegido por la AMP.

 

R. Zaidel: Esta es la mecánica pero yo me pregunto a partir de que se dice y se hace eco sobre las sedes, el local, lo local: en esa Asamblea la representatividad de cada miembro será el sufragio universal. Yo pienso que no es cuestión de localidades sino de relación a la causa analítica y hay localidades que tienen menos miembros pero que se han significado respecto de la Escuela de manera diferente que Madrid y Catalunya. Me preocupa mucho que la Asamblea, que va a tener una responsabilidad sobre un territorio que no es el del país, es otro país, va a decidir la historia del psicoanálisis de orientación lacaniana en España mediante un número de miembros que yo valoraría. Propongo una cosa un poco brutal: ¿qué tipo de demandas de entrada a la Escuela ha habido en cada comunidad? Que se valore eso. El problema es que no sé quién lo evalúa, después de San Sebastián.

 

J.-A. Miller: Entramos en un círculo vicioso que es el S(A) tachado por sí mismo. Unos se pueden sentir más protegidos por elegir un Consejo que después va a elegir. Hay una diferencia cuando Sosa dice que se discute en la Asamblea. El discute ahora con la vecina. Es distinta a una votación donde cada uno no sabe lo que el otro vota y las cifras tienen algo de sorprendente y la negociación. Son dos modos distintos, la prudencia de dejarlo al Consejo puede ser falsas prudencia ya que ella estaría en el ir de acuerdo con los tiempos y que la persona elegida en una cierta transparencia. La brutal de la votación con la sorpresa, lo imprevisible y a la vez lo real que hay en eso. Estoy de acuerdo que todo puede surgir del sufragio universal. Grandes monstruos políticos surgieron del sufragio universal del siglo pasado, uno fue Adolf Hitler y el otro surgió del aparato burocrático, Stalin. No pienso que tenemos demasiado riesgo a pesar de los fantasmas de ver surgir de aquí. La cuestión es cuando uno se acerca al momento en que es posible la democracia directa. A mí me apetece el efecto de real que allí se produce en comparación con la labor de alquimia que hice durante 20 años. En la creación de la EEP nadie me decía dictador, hice cálculos alquímicos para todos los lugares de la EEP. En ese momento me necesitaban como instrumento, han empezado a llamarme dictador cuando ya no tenía yo nada de este poder. Es lo divertido. Era una labor de "mucho de Vicente Mira" compensado con "un poquito de Amanda Goya". Es verdad que ya no son los tiempos, ni el mío ni de esta comunidad. Me apetece el efecto de real que podemos producir. A la vez, cómo encuadrarlo pero se trata de un Presidente encuadrado por un Consejo. Quizás si se da el poder a este Presidente quitarle el poder de elegir a los otros dos y buscar otro mecanismo compensatorio para que no se crea que lo puede todo.

 

M. Davidovich: Parecen dos proposiciones: la de la prudencia que sería el Consejo, la de los audaces que sería la elección directa.

 

J.-A. Miller: O los irresponsables.

 

M. Davidovich: Los irresponsables. De cualquier manera ¿cómo hacemos nosotros para tomar una decisión respecto a cómo hacer esto? Se puede hacer una votación por correo de los 215. ¿Podemos votar nosotros aquí?

 

J.-A. Miller: Aquí es más interesante lograr el consenso que decía Eiras.

 

M. Davidovich: Yo veo división entre las dos proposiciones. Yo empecé diciendo elección por el Consejo me voy convenciendo…

 

J.-A. Miller: Hacemos un experimentum mentis. Pensar con qué sistema de los dos Marta Davidovich podría ser presidenta de la Escuela. Conocemos su dinamismo, conocemos su entrega a la Escuela, etc… Es mucho más posible la elección por la Asamblea que por el Consejo porque en la segunda opción se toma en cuenta desde cuándo es miembro… cosas que entran en juego que no tienen nada que ver con la posibilidad de actuar. No estoy haciendo una campaña electoral. Es decir, que entran muchos factores que no tienen nada que ver para los dos años que vienen. Lo que cuenta es la disponibilidad, la adecuación al momento. Los antiguos galones, para eso hay museos, agradecer a través del Consejo mediante una promoción a la AMP. Tenemos muchos lugares en el C.F. Es decir, abre la puerta a más posibilidades, a más sorpresa, pueden ser buenas, si son malas, en dos años no estarán impotentes. En esta hipótesis hay que dar el poder al Consejo para autoconvocarse para decir: Marta, no se puede hacer una cosa así. Abre más posibilidades a miembros recientes. La cuestión cómo permitir la elección eventualmente cínica de la Asociación que vela por su bienestar en los dos próximos años y que no considera la antigüedad, etc., para eso hay otros lugares. Para esta dedicación a la presidencia durante dos años, más los años posteriores en el Consejo, etc., cuál es la solución que permita eso. Quizás la Asamblea sea más respetuosa que un Consejo.

 

M. Davidovich: Los que son presidentes de localidades podrían o no presentarse a este Consejo. No estaba previsto porque antes era de otra manera.

 

J.-A. Miller: Hay un capítulo de incompatibilidades. Se considera incompatibles pase y garantía, Consejo y Directorio que se debe suprimir. Podría ser incompatibilidad entre responsabilidad local y nacional por un tiempo.

 

José Ramón Ubieto: Partiendo de la idea de que estamos pensando en la figura de un Presidente que no es presidencialista ya que lo estamos pensando en el marco de una orientación general que es la AMP. En una distribución en relación al Consejo, la Asamblea, el Directorio. Partiendo de la idea de prevención del riesgo que es siempre relativa, nunca es absoluta, hay que asumir el riesgo en cualquier decisión. Cualquiera de las fórmulas tienen sus ventajas e inconvenientes. Se me ocurría, utilizando un símil financiero, que la prudencia sería pensar en una diversificación del riesgo y estamos pensando en un Consejo que lo elegimos al 50 por ciento renta variable, 50 por ciento renta fija porque son seis personas elegidas por la Asamblea donde hay un cierto cálculo no calculado como grupo y después hay otras seis personas donde ya hay un cálculo posterior, política territorial, etc. Tenemos un Directorio ampliado que es casi renta fija porque allí sí que hay un cálculo. Yo creo que podríamos pensar en la elección del Presidente tomando un riesgo mayor, a partir de la Asamblea porque no es un riesgo total está moderado por una serie de reglas, dura dos años, tampoco es un tiempo tan largo. Además, no puede repetir por límite territorial desde una misma comunidad. Además, el procedimiento implica dos turnos, es decir, hay unas reglas.

 

J.-A. Miller: ¿Cuáles serían los riesgos? Elegir un incapaz, un perezoso, un tímido. Para presentarse delante de la Asamblea es difícil siendo tímido, es necesario tener una voz.

 

J. R. Ubieto: En lo positivo pienso que la elección por Asamblea permite esto que usted mismo decía: sostener una voz en lo social y en la Escuela con mayor autoridad que a través de la elección por el Consejo. En esta diversificación de riesgo creo que podemos y debemos asumir esa elección.

 

E. Guilañá: Yo entendía esta apuesta para el Consejo de seis miembros elegidos por la Asamblea como algo nuevo también y joven y con ganas de trabajar. Por eso decía que para mí había esta confianza en el Consejo por estas seis personas que se propondrían y darían mucha agilidad al Consejo, también. Además de la idea de la prudencia que es importante. Yo no lo veía por ese lado sino como un Consejo joven y con marcha, acorde a los tiempos. Me parece que esa idea de Consejo aunque se pueda pronunciar la Asamblea para elegir Presidente esta idea de Consejo hay que tenerla en cuenta porque está acorde a los tiempos también. No todos los que se presenten al Consejo tienen que presentarse para Presidente porque esto cargaría mucho al Consejo. Hay gente que se puede presentar al Consejo por unas ganas de trabajar y plantear su idea de orientación de la Escuela sin que sea el momento en que se puedan plantear como presidentes. Esto da una gran agilidad, el presentarse sin la idea de que todos sean presidenciables. Cuando he dicho la palabra confianza también tengo confianza con la Asamblea y si se elige un Presidente por la Asamblea, este Presidente será bien elegido. También estará bien orientado a partir del trabajo en común y del trabajo del Consejo. Son dos opciones que, quizás, vamos a construir una y otra, ver qué métodos tendríamos, más que por la cuestión del riesgo. No es tan importante el concepto de riesgo sino qué es lo que será más operativo y después si podemos nosotros sostener esto que elegimos.

 

J.-A. Miller: Pero el riesgo finalmente no es por la persona, el riesgo es anterior, por el procedimiento: si vamos a tener campaña o no. Esa es la inquietud.

 

E. Guilañá: Eso es, porque el que se proponga lo hará para tirar adelante la comunidad analítica.

 

J.-A. Miller: Serán capaces y serán todas buenas personas, supongo.

 

E. Guilañá: Se supone, al menos. Entonces la cuestión está en qué efectos va a tener la presentación de candidaturas, no que confiemos o no en la Asamblea. Somos una comunidad que confiamos en nuestros colegas y en nosotros mismos también.

 

J.-A. Miller: La diferencia es, –lo descubrí mientras hablaba–, el método alquímico anterior y el método brutal y sin pensamiento, sin rumiaciones, el efecto de real. Eso sería otro régimen distinto al que conocimos antes. Es el acontecimiento imprevisto. Eso tiene una atracción propia y pienso que es eso lo que hay que evaluar. Después están los mecanismos: si queremos introducir en la Escuela este efecto de real o si queremos continuar con la alquimia. Pero la cuestión de la alquimia es que necesita un alquimista, yo puedo hacerlo esta vez pero no puedo continuar. ¿Quién asumiria la alquimia?

 

H. Casté: El Director elegido por Asamblea es como ha quedado en los Estatutos. Ya ha habido una decisión previa así que esta discusión y esta alternativa que se plantea ahora ya…

 

J.-A. Miller: Tiene una limitación encarnada por el Presidente y es verdad que confundir los dos da una función realmente fuerte que es prueba del interés por la cosa.

 

(Descanso comida)

J.-A. Miller: Hay que fijar las ideas sobre la cuestión, que ha tomado mucho tiempo, de la presidencia. Me convencí un poco yo mismo hablando del efecto de real y además pregunté a Ventura al final cuál era su opinión y me dijo: "El efecto de real. Eso tiene peso de seducción, si se hace así tendrá un efecto sobre toda la AMP porque va a hacer envejecer todos los Estatutos de todas las Escuelas de la AMP". Veremos, pero me apetece también lograr transmitir algo nuevo, del nuevo siglo, a todas las Escuelas. Todas estarán obligadas a reflexionar por qué no podemos hacerlo así. Si vamos en esta dirección, lo vería así, con la idea que tuve en el corredor discutiendo con Toni Viçens y una corrección hecha discutiendo con Rosa:

 

Presidencia: los candidatos son autopropuestos y se presentan frente a la Asamblea. Cada miembro de la Asamblea tiene un solo voto, no tiene tres votos para elegir tres personas sino que cada uno puede votar a uno solo. Lo cual hace más difícil los cálculos. Dos vueltas, la segunda vuelta con los tres más votados de la primera vuelta. El más votado de la segunda vuelta es Presidente, los otros dos son miembros del Consejo por dos años, como el Presidente, por dos años. Después de dos años salen y son los que ser renuevan cada dos años.

 

Consejo: otra elección, y ellos se quedan cuatro años. A ver cómo se articula con la AMP. Es difícil organizar toda la mecánica.

Se conserva el derecho del Presidente de elegir dos personas para acompañarle como miembros del Directorio, refrendado por el resto del Consejo porque hay que pensar en un pobre Presidente que deber ser la voz que debe dirigir, responder a todas las incidencias, por lo menos, que le dejen elegir dos colaboradores de su región, de su ciudad, de su edificio para discutir la Escuela, si no, con Internet se puede mucho pero no todo. Hay que elegir un punto firme para construir esta parte de los Estatutos. El resto de los Estatutos está bien. Si se admite para las comunidades locales, decirlo en principio y después se desplaza a ser un modelo tipo que podemos discutir. Un estatuto tipo para comunidades locales, a ver si ponemos un número, tres a cinco miembros, con ideas sobre las comunidades locales no unificadas. El resto es solamente obtener la mecánica del Consejo y el Directorio. Como es una mecánica compleja que hay que pensar varias cosas hay que ubicar un punto firme y es lo que indiqué antes. La segunda vuelta con tres personas y no con dos, si está bien impide el enfrentamiento a-a', abre más las cosas, lo hace más incierto y suaviza más el enfrentamiento. Esto supone muchas candidaturas, si en la segunda vuelta hay solamente tres tiene que haber más en la primera, al menos 5 candidaturas a Presidencia. Que no sea tampoco asumir el papel de padre de la nación, madre de la patria. Hay que tener cinco candidaturas, proponer o nominar los autopropuestos, para tener una idea. Es bajo verificación que se puede armar un texto a partir de esto. Toni Viçens que ha redactado ya cosas estatutarias puede probar; Claudine Foos después puede criticar; Mercedes de Francisco puede hacer otra propuesta. Hay muchas posibilidades pero no quiero cerrar el debate. Es mi sentimiento que hubo muchas voces, quizás más, para la eleccion por el Consejo. La eleccion por Asamblea es una hipótesis para trabajar, no es para concluir ya; Ubieto trabajaría sobre el tema también, ver cómo armarlo.

 

H. Casté: Una hipótesis que ya ha sido trabajada.

 

J.-A. Miller: No, es lo que usted ha dicho al final. Habíamos dicho que esto correspondía al Director, ahora hemos afinado más, pero la absorción de Presidente y Director en uno, cambia algo eso, le da más peso. Entonces, el nombre de la Escuela, ¿consideramos ya que es algo resuelto? "No", dice Oscar Waisman, ¿qué propondría?

 

Oscar Waisman: Reconozco que para mí tiene un atractivo pensar en Escuelas que se llamen igual en distintos idiomas, que fue lo que usted mencionó. Eso me seduce, pero al mismo tiempo pienso en España, y pensando en España me parece que nos podría convenir, dado que también tenemos que existir en lo social, un nombre más simple, por ejemplo: "Escuela de Psicoanálisis de España del Campo Freudiano".

 

V. Palomera: Ahora justamente lo que estabamos hablando con Javier Garmendía era: "Escuela lacaniana de Psicoanálisis del Campo Freudiano". Vamos a ver qué ventajas tiene esta propuesta. Y la otra que surgiera: "Escuela de psicoanálisis", en cualquier caso sería, "Escuela de Psicoanálisis del Campo Freudiano". Era la otra que también se había considerado.

 

Un colega: "En España".

 

V. Palomera: Sí, "Escuela de Psicoanálisis del Campo Freudiano en España".

 

J.-A. Miller: La propuesta era: "Escuela del Campo Freudiano de España".

 

V. Palomera: La cuestión es "lacaniana en España", pues por primera vez, nosotros nos podemos presentar como lacanianos. Decir "somos lacanianos", que ya es una opción clara. Esta es una ventaja pues si no queda: "Escuela de psicoanálisis" o "Escuela del Campo Freudiano".

 

H. Casté: Seguimos siendo lacanianos como pseudónimo, porque nos conocen como lacanianos.

 

Mónica Marín: "Nueva Escuela lacaniana", porque va a ser la primera Escuela que tengamos nosotros, que tiene el reclutamiento del pase a la entrada. Esta es la propuesta que hacía: "Nueva Escuela lacaniana".

 

J. Garmendía: Sí, para lo de nueva, yo prefiero "Escuela lacaniana de psicoanálisis". Lo que me parece fundamental y es lo que conversábamos comiendo sobre si "Escuela de Psicoanálisis del Campo Freudiano" o "Escuela lacaniana de Psicoanálisis", yo creo que lo de que aparezca "Escuela lacaniana" es importante en este momento porque yo tengo muchas veces, la sensación de que somos "los lacanianos", siempre aparece como algo que está escondido. Por eso, uno tiene que decir: "sí, es una Escuela, pero es lacaniana, está en la orientación de Jacques Lacan". Entonces, me parece, que aparezca en el nombre "Escuela lacaniana" clarifica mucho las cosas. Yo creo que es una apuesta para decir, realmente, en qué orientación está la Escuela, y que esa orientación esté ya inscrita en el mismo nombre, que no tengas después que explicar: "Es una Escuela de psicoanálisis que además es lacaniana", sino: "Miren señores, somos la Escuela lacaniana de psicoanálisis del Campo Freudiano". Y el que se quiere acercar o no, ya sabe que es una Escuela lacaniana, no hay que estarle explicando después que sigue la orientación lacaniana.

 

J.-A. Miller: Ahora ya no es una disidencia posible del freudismo. Al contrario los otros vienen a Lacan. Me parece posible que se llame "lacaniana". Otro argumento es ser más simple, pero nunca se dirá, o solamente en los afiches, o quizás no, "Escuela lacaniana de psicoanálisis del Campo Freudiano", se dirá: "Escuela lacaniana"... ¿No? "De España" ¿qué agrega? ¿Si está en castellano, no es "de España"? "C'est pas partout" ¿cómo se traduce? Sí, pasa por más común, muchos podrían utilizar la palabra "Escuela psicoanalítica en España" o "Escuela de psicoanálisis en España", falta lo específico, lo cual podría ser una ventaja también.

 

O. Waisman: ¿Por qué no apropiarse de eso que no está en ninguna parte? Creo que no hay ninguna "Escuela de Psicoanálisis de España", y realmente, los que hemos hecho el psicoanálisis en España, somos nosotros, durante 20 años.

 

J.-A. Miller: Porque la Sociedad de la IPA ¿qué es? ¿Sociedad de Madrid?

 

O. Waisman: Asociación psicoanalítica...

 

M. Bassols: Asociación psicoanalítica catalana, etc. según el lugar.

 

O. Waisman: Durante toda la mañana tenía algo en la cabeza que se me ocurre contárselos, no puedo recordar el nombre del autor, pero es una pintura que toma Lacan y que representa la extracción de la piedra de la locura...

 

Hebe Tizio: Jerónimo Bosco.

 

O. Waisman: Realmente, después de un enorme trabajo y de muchos hechos, creo que hemos logrado sacarnos de la cabeza la piedra de la locura del goce local y tenemos: una Escuela española de psicoanálisis, que para nosotros no puede ser otra que ésta, y que es un resultado.

 

J.-A. Miller: ¡¡¡Oh!!!, pero dicen que en el País Vasco cuando se dice, o ven: "España", ponen una bomba.

 

O. Waisman: Ya, pero para nosotros no, ya está sacado esto, que ya está sacada esa piedra, ya está caída, ya no está más. Y si eso no existe y lo hemos hecho nosotros ¿por qué no apropiarnos del nombre? "Del Campo Freudiano", seguro, porque eso no está en duda.

 

Un colega: En El País se anuncia: "Escuela de psicoanálisis, Grupo Cero".

 

J.-A. Miller: Sí, pero ¿"Escuela de psicoanálisis de España"?

 

Varios colegas: "DE" no, en todo caso "EN".

 

J.-A. Miller: "Escuela psicoanalítica en España": "en" España, no tiene tanto interés, "De España" tendría interés.

 

O. Waisman: Sí, es verdad, tiene que ser "de España". Me sonaba como el resultado.

 

J. Garmendía: Yo creo que se puede prescindir, perfectamente, de decir "en España" o "de España". Es "Escuela lacaniana de psicoanálisis".

 

J.-A. Miller: Hay tal problema aquí con el nombre del país, cuando en Francia no hay esto. Ponemos: "Escuela de la Causa Freudiana"; en Argentina, Escuela de la Orientación lacaniana, que los propios italianos no pongan en el nombre el país, no hay ninguna obligación de ponerlo aquí y no atrae demasiado. Pienso que podemos cerrar sobre el "España". No estamos hablando en abstracto, estamos hablando aquí, ahora, en este momento, etc. Y la cuestión es: lacaniano o no, y parece que hay mucho más peso en "lacaniano". Entonces, consideramos, por lo discutido hasta ahora, que nos preparamos al nacimiento de la "Escuela lacaniana de Psicoanálisis del Campo Freudiano". Bien, ya son dos cosas. Un Presidente elegido de tal manera y el nombre. Quizás sería útil decir algo acerca de la sede en Barcelona, y a partir de discutir sobre la sede en Barcelona, discutir las sedes en las comunidades locales en todas partes. No Consejo. No hay nadie que esté por un Consejo local. Una Junta Directiva, ¿de cuántos miembros? ¿Ponemos un número entre y entre? Entre 3 y 5.

 

M. Davidovich: 6.

 

Varios colegas: Nooo…

 

J.-A. Miller: Un momento, hay que tomar el micrófono.

 

A. Goya: Lo que habíamos hablado el otro día, en Madrid, para más o menos respetar la peculiaridades de cada sitio, es que quizás se podía hacer un Directorio con un número de integrantes proporcional a los miembros de la Sección, que evidentemente, no es lo mismo una Sección que tenga 20 miembros, a una que tenga 75.

 

J.-A. Miller: ¿Hay colegas de Aragón? Actualmente no. Pero con 8, si deben estar en el Consejo que hay incompatibilidad con un cargo local, que debe permutar..., no, no llegan. Actualmente, ¿que hay en los Estatutos de Aragón?

 

M. Bassols: No tengo aquí los Estatutos, pero sé que, precisamente, habían reducido a algo muy simple, creo que habían reducido a tres.

 

J.-A. Miller: Podrían hacer una Junta de ocho, con permutaciones circulares sin incompatibilidades.

 

M. Bassols: Y sin admisión de nuevos miembros, por si acaso. Un momento, hay varias palabras pedidas: J. Sosa.

 

J. Sosa: Simplemente una cuestión. ¿No se podría dejar a decisión de la comunidad local el número de la Junta directiva y establecer, simplemente que cada sede tendrá una Junta directiva elegida?

 

J.-A. Miller: Pero será mejor si hacemos todo consensuado. Hablamos de un modelo tipo para ayudarnos: entre 3 y 5, ó 6, no sé, o no. Decir un porcentaje..., no lo vamos a redactar hoy y quizás tampoco inmediatamente, quizás 6 ó 7, según los Estatutos.

 

Fe Lacruz: La cuestión respecto al número de miembros y la proporción de miembros de Junta directiva me parece que choca con una cuestión que puede ser preocupante en algunos sitios. Respecto a la posición de las personas que son miembros de Secciones, actualmente, y que todavía no han tomado una decisión de pedir su entrada como miembros en la nueva Escuela, y aunque lo pidan, a lo mejor se les niega. Entonces, a nivel de proporción, en Galicia, actualmente los datos han variado desde San Sebastián, somos 28 miembros y 14 adherentes. A algunos de ellos se les podría estimular a que pasaran a ser miembros ya, porque por su tiempo, su trabajo, podrían serlo, y miembros de la nueva Escuela somos 12. Es decir, que según qué número se considere, y la cosa varía bastante, cabría esperar que en los nuevos tiempos hubiera peticiones de entrada o como miembros, pero es algo que se puede estimular, pero no se puede forzar.

 

J.-A. Miller: La cuestión es hacer los Estatutos que permiten funcionar, entonces, si no se puede permutar, pues no se puede permutar, no se puede poner incompatibilidades. No se trata de hacer algo imposible que haya que obligar a receptar más miembros o algo así. Hay que hacer algo a medida. Actualmente, ¿están bien los Estatutos de Galicia?

 

F. Lacruz: Los tenemos en suspenso a la espera de cómo evoluciona en lo nacional. Hemos funcionado con una comisión de transición en la medida en que hemos suprimido el Consejo. A nivel efectivo somos 6 personas.

 

J.-A. Miller: Pero, ¿cuál es el tipo de gobierno que conviene, como comunidad local de la nueva Escuela? Eso es lo que hay que pensar. Seguramente no es lo mismo decir 75 personas, que 47, o cuando estamos en la zona de 20. Entonces, ¿qué es lo más conveniente? ¿Una Comisión de tres o una Comisión más duradera? Mercedes propone sincronizar la asunción de poder de los directores de Junta directiva, de sincronizar todo con los movimientos de la Escuela misma. Si hay muchos lugares en suspenso no es demasiado difícil hacerlo, es decir, que se sabe que en el mismo trimestre se permuta en toda España. Quizás daría más fuerza a la existencia de la Escuela también.

 

M. Marín: A mi me parece que las sedes tendrían que tener o un Secretariado o una Junta directiva, con un reglamento tipo, ágil y reducido, para poder trabajar exactamente.

 

J.-A. Miller: Es lo que buscamos.

 

M. Marín: Y me parece que entre tres y cuatro personas es suficiente, pensando en las funciones de Biblioteca, Secretario, Tesorero.

 

J.-A. Miller: Estamos entre 3 y 5, ¿es una cifra buena o insuficiente para Madrid?

 

J. R. Ubieto: Se me ocurría una opción para conjugar las particularidades con el marco legal común, establecer que la Junta directiva estará formada por 3 personas: Presidente, Secretario y Tesorero. El Secretario sustituiría al Presidente si fuese necesario, hasta un máximo de 6, en el cual se incluiría 3 vocales. Cada comunidad puede decidir si sólo son los tres cargos únicamente, o los tres cargos más un vocal, o los tres cargos más tres vocales.

 

M. Bassols: Es la fórmula clásica, estaturaria, en España.

 

J.-A. Miller: Es como una Junta directiva propia o ampliada.

 

J. Garmendía: En la misma línea, una propuesta muy similar, yo lo que creo es que debe haber un mínimo de 3, Director, Secretario y Tesorero, que me parece que es un mínimo para mantener la estructura, y después, el máximo hasta ahora, clásicamente, eran 8, lo que funcionaba en los directorios porque había adjuntos. Entonces, se podría pensar entre 6 y 8, pero creo que el mínimo sí serían 3, es decir, el cargo de Director, Tesorero y Secretario, creo que es el mínimo. Y después, dependiendo de la comunidad local, si son 75 ó 47, se puede estipular un máximo de 6 u 8, como mucho.

 

Varios colegas: No, 8 es mucho.

 

J. Garmendía: 6.

 

M. Bassols: Un paréntesis tan solo, recuerdo que el mínimo de tres es lo exigible, legalmente, además.

 

J.-A. Miller: Parece que la fórmula Ubieto, refrendada por Garmendía, es la buena: 3, los clásicos, 3 vocales. Después pueden agregar miembros de comisión. Tres y tres vocales.

 

X. Esqué: Sí, esta era la cuestión que quería yo decir. Pensaba entre tres y cinco, entre 3 y 6, también, pero hay que pensar que no toda la carga de trabajo tiene que pasar por esta Junta directiva, que la Junta directiva puede encargar comisiones e iniciativas para tareas concretas, es decir, que el trabajo que se despliega en cada comunidad local no tiene que ser sostenido solamente por la Junta directiva, sino que la Junta directiva puede nombrar Comisiones y gente dedicada a una iniciativa concreta que cuando se termina pasa a otra.

 

J.-A. Miller: ¿Hay personas de Andalucía aquí? ¿No? No hay, esto un poco nos dice que es la Escuela del norte…

 

M. de Francisco: Quería plantear un problema un poco ad hoc, está el tema de las adjuntías. Hasta ahora todos los directorios tenían el papel del adjunto que trabajaba al lado del titular para hacerse con el manejo de la cuestión. Esto supone que si permutasen cada dos años las instancias –en la propuesta que yo planteaba– de las comunidades locales de la Escuela, esto pasaría a eliminarse de alguna manera.

 

J.-A. Miller: Hay la propuesta de E. Paskvan de que entren un año antes de la permutación. Hay otra solución posible que es la de no hacerlo en este sentido sino, por ejemplo, que el antiguo Presidente se puede quedar como consejero de la Junta siguiente, no sé si les parece bien. El temor que tengo es de que establezcamos incompatibilidades entre cargos locales y cargos nacionales porque en algún lugar hará imposible elegir gente.

 

M. de Francisco: Después, respecto al tema de lo que también planteaba Amanda, eso lo estuvimos discutiendo en Madrid, con el tema de la estructura mínima de 3 y máxima de 5 ó 6. Son 47 los miembros que han pedido la entrada a la Escuela, pero en Madrid entre miembros de Sección y adherentes somos en total 75, es decir, que somos un número amplio, que supongo que ahora la división sería de otra manera, de 47 miembros de la Escuela y los otros miembros, adherentes o suscriptores, se hablaba de distintas formas de nombrar esta diferencia. Creo que allí hay que contemplar el trabajo.

 

J.-A. Miller: Eso no es tipo, vamos a decir que es algo particular a Madrid. Creo que los de Madrid pueden proponer una fórmula. No veo con esos mecanismos que no puedan pensarlos. Hay una comunidad local y ahí los miembros de la Escuela tienen un estatuto dentro de eso, los no miembros tienen un estatuto también, se puede distinguir entre las dos categorías, si es de la manera más simple será mejor, pero corresponde a Madrid elaborarlo y proponerlo al futuro Consejo o a nosotros antes del 6 de mayo. Tranquiliza más tener los Estatutos ya hechos si puede ser. Es para estudiar. Si 47 son miembros, ¿cuántos quedan sin ser miembros de la Escuela? Dieciseis. Pero, ¿ustedes qué proponen?

 

B. Garavelli: Ahora son miembros de Sección, tienen categoría de miembros de Sección.

 

J.-A. Miller: ¿Cómo se van a llamar esas comunidades locales? ¿Secciones o no?

 

Varios colegas: Sedes.

 

J.-A. Miller: Sedes. Bien, dentro se puede distinguir la Sección. Será propio de Madrid, que dentro de la sede hay Sección. Son ustedes que deben vivir con esto.

 

Dos colegas: Tendremos que armar una propuesta.

 

J.-A. Miller: Bien, vamos a volver sobre el tema, no es nada intratable.

Alguien: Hay un primero de abril en Madrid.

 

J.-A. Miller: Sí, pero es un problema de Galicia también. Se trata de la misma cuestión: de poner significantes claros que no den a las personas el sentimiento de retroceder. Tenemos una sede, dentro de la sede hay los miembros de la sede, hay los miembros de la sección incluidos dentro de la sede.

 

S. Carro: No sé si recordáis que en la EEP, estaba la cuestión de los adherentes, que hubo toda una confusión, que se pensaba que eran adherentes de la EEP, y luego se planteó la coordinadora y que se era miembro adherente de la Sección o de la EEP-España, pero no de la EEP.

 

J.-A. Miller: No, la EEP-España no se va a mantener.

 

S. Carro: No, quiero decir como fórmula. Estaba pensando porque me parece bien lo que usted plantea. Lo que yo me planteaba es: primero, resolvamos los Estatutos de la Escuela y después, a posteriori, en un tiempo darnos ese plazo para ver cómo se podrían articular nuestros Estatutos locales con estos Estatutos. Qué modificación real. Pero dar un tiempo y en ese tiempo, tal vez, pensar que estos miembros pueden ser miembros de la Sección por ahora, y después ya buscaremos la manera.

 

J.-A. Miller: No hay que hacer de eso una cosa difícil, es una cosa fácil. Hay un conjunto que se llama "sede de la Escuela tal", dentro de la sede distinguimos dos categorías y punto. Hay los miembros de la Escuela, ¿se les puede llamar los miembros de la sede?, y los que no son miembros de la Escuela. Y terminado. Es lo mismo, no es un problema de ángeles y de sexo de ángeles.

 

M. Bassols: No sé si se me permite un paréntesis, porque se añade un nuevo elemento que es la posibilidad de miembros de la Escuela que no son miembros de la sede. Esto se ha planteado ya en Andalucía, y en Madrid también. Hay que pensar en eso ahora porque está empezando a ocurrir y es ahora un fenómeno en España, por lo tanto es mejor considerarlo todo en un mismo paquete, y ver cómo encontramos una solución.

 

J.-A. Miller: Este es un problema que lo ha planteado Mercedes, de miembros que prefieren no estar, ¿lo convertimos en una obligación? ¿hacemos que cada miembro deba pertenecer a su comunidad local o no?

 

M. Bassols: Exacto, es condición o no.

 

J.-A. Miller: Depende de si la comunidad local está unificada o no. No, lo primero que hay que decir es que es un problema simple y no complicado. Es un problema político, no es un problema jurídico. El problema es: ¿qué autorizamos o no? Autorizamos a Manuel Herrera y a Emilio Mármol que desde hace diez años quieren escaparse del Grupo Andaluz y ahora ven la Escuela de Barcelona y dicen: "es el momento de irnos", y ahora los retomamos y los ponemos de nuevo en el GEA, quizás es mejor dejarlos irse como pajaritos.

 

H. Casté: Yo tenía una idea de las sedes o comunidades locales más ligera, ahora con este problema de los miembros, parece necesaria una organización más complicada. Tenía la idea de una organización mínima que garantice el funcionamiento y luego, la comunidad que funcione de acuerdo a sus hábitos. En algunos casos, como en Andalucía, será necesario, no sé si hay que contemporanizar entre distintos grupos. Esto me llevaba a pensar una pregunta para la que no sé la respuesta, y es si esas comunidades locales van a tener un estatuto legal local o, ese estatuto legal será el de la Escuela y las sedes son de la Escuela.

 

J.-A. Miller: ¿Cuáles son las sedes que tienen actualmente marco legal? Catalunya, Madrid, País Vasco, Galicia, Andalucía, Aragón, todo el mundo. Yo lo había pensado solamente en Catalunya, después se añadió todo el mundo.

 

H. Casté: Catalunya ha desaparecido.

 

M. Bassols: Sí, si, se fue reproduciendo en cada lugar, sobre todo para la posibilidad de gestionar NIF y cosas de este tipo.

 

J.-A. Miller: Y, a veces, sin que el texto de los Estatutos sea, totalmente, compatible. Se ha hecho con liberalidad. Creo que es más fácil actuar, en cada lugar, con Estatutos legalizados que sin ellos.

 

M. de Francisco: Sobre este punto quisiera comentar que teníamos marco legal –y me parece que usted lo expresa en uno de sus comunicados– en cada Sección o Grupo porque el marco legal de la EEP era francés, entonces, eso era lo que nos permitía movernos en una estructura que nos permitiera ser legales, entre comillas, en el ámbito español. Pero realmente, si ahora el marco legal va a ser español no necesitamos un marco legal por comunidades, tenemos un marco legal español que nos representa a todos y después, un reglamento interno en cada comunidad.

 

H. Casté: Esa es también mi idea.

 

J.-A. Miller: Dudo de lo que me dice en la medida que, si es así, deberemos tener una Comisión central de control de finanzas porque toda la comunidad es responsable de cada cosa, de cada lugar, tenemos bienes importantes en algunos lugares: la biblioteca de Barcelona, etc. ¿Se puede gestionar todo eso con un solo marco legal? No lo veo. No se trata de independencia el tener un estatuto legal locales si están estrechamente vinculados a una Asociación Nacional. ¿Qué se hace en Francia? Se hace para las comunidades locales otra organización, adjunta, que controla las finanzas de todas partes. Pero no sé si eso es una tarea aplicable. La ventaja de lo que dice es que se trata de una Escuela, el acento está puesto sobre una Escuela.

 

M. de Francisco: No creo que hubiera problema, habría que tener en cuenta que los Estatutos incluyera que los patrimonios con los que parten las comunidades fueran de las comunidades.

 

J.-A. Miller: Pero si las comunidades no son entes legales resulta algo abstracto. No hay que olvidar que las cotizaciones nacionales lo regula la Escuela. ¿Quién va a regular las cotizaciones locales? No vamos a equiparar todas las cotizaciones, hay bienes de cada lugar. Creo que puede ser más pesado hacer Estatutos legales locales porque hay que vigilarlos, desde el Consejo Estatutario, pero que a largo plazo va a aliviar las Asambleas, sino en Asamblea general debemos aprobar las cuentas de toda España, lo veo muy pesado. Quizás habría que distinguir entre Catalunya y Madrid y los otros lugares. En Andalucía hay 29 personas pero están divididas, quizás un reglamento interno es suficiente. Pero con un reglamento interno significa que es la Escuela la que tiene que vigilar las finanzas.

 

J. R. Ubieto: Para este punto se me ocurría que quizás se podían estudiar fórmulas mixtas, por ejemplo, en nuestro país hay los consejos generales de Colegios profesionales, donde hay un marco legal común, mínimo y después hay los Estatutos particulares de cada Colegio, de cada Comunidad. Es una fórmula que permite, por un lado, responsabilizarse localmente de todo lo que tiene que ver con las finanzas y los Estatutos y tener un cierto marco común en la cual se regulan la relación entre las diversas Asociaciones. Es una posibilidad.

 

J.-A. Miller: Tanto más puesto que el Consejo será común. Ya corrige lo que he dicho, la responsabilidad de la Escuela está comprometida.

 

J. R. Ubieto: Un matiz sobre el tema de las adjuntías. Yo pensaría que en esta nueva época debemos aliviar mucho, pues me parece que las adjuntías nos hipotecan, alargan los periodos y nos dejan menos margen de maniobra. En Catalunya hemos tenido una experiencia y es que debido a la crisis hubo tres personas del actual Directorio, N. Estrella, A. Castell y yo mismo que tuvimos que incorporarnos y tener un margen de tres meses, yo creo que es un margen suficiente para solucionar estas cosas.

 

Marta Serra: Yo querría retomar un momento –no sé si lo que voy a decir es un poco duro– el tema de los adherentes. Porque, quizás, igual estoy confundida, pero me parece recordar que siempre que se hicieron Asambleas, –recuerdo alguna Asamblea en Madrid, por ejemplo–, que cuando se habló de adherentes para la ECFB había una argumentación muy sólida de que no tenía que tener adherentes y el peso de eso sólo recaía sobre Barcelona. Que el resto de España mantenía la EEP en cuanto mantenían su trabajo local, no había problema con los que eran miembros de Sección ahí, etc. Y tenían el otro nivel del grafo, que planteó Miller, para los que estaban más incómodos en la comunidad local. Pero para Barcelona, desde el primer momento, no hubo posibilidad de adherentes y eso fue algo duro para Barcelona. Y mucha gente que estaba de adherente o miembro de Sección no lo veía claro. Nosotros no tuvimos la posibilidad de tener adherentes y lo que no acabo de entender es por qué ahora que se plantea esa misma situación, para el resto de España, no se puede contemplar como se contempló para Barcelona. No es que esté en contra de que hayan adherentes pero no entiendo porqué en ese momento era clarísimo que no tenían que haber adherentes cuando solamente afectaba a Barcelona. Ahora afecta al resto de las comunidades y creo que para el resto de las comunidades es claro que es difícil que los que, en este momento, son adherentes o miembros de Sección ¿qué va a pasar con esta gente?

 

J.-A. Miller: Lo que va a pasar con ellos es muy claro, quizás en lugar de llamarse "miembros de Sección", se van a llamar "miembros de la Sede".

 

M. Serra: Y entonces, ¿por qué eso no era posible para la ECFB?

 

J.-A. Miller: ¿En qué fecha?

 

M. Serra: Creo que en toda fecha.

 

J.-A. Miller: ¿En qué momento?

 

M. Bassols: Al comienzo.

 

J.-A. Miller: Porque en este momento se pensaba en Barcelona como una Sección y que en Barcelona era puro Escuela, cuando en el resto de España había Escuela y Local. En Barcelona había algo así como una desaparición de lo local que finalmente no se realizó. Usted apunta a varias cosas que hemos tratado de llevar a cabo y que finalmente no ha funcionado, no por un error, sino porque no cayó bien. Ha sido un error pero no un error localizado sobre este punto, la dinámica no lo ha logrado y era difícil anticiparlo. Ha sido una tentativa de la excepción Barcelona. Ahora se ha evaluado la situación. Por el mismo hecho de haber sido lanzado así es que ahora hay una situación completamente diferente que hace dos años. No sé si usted percibe eso. También en el resto de España. Ahora se habla de la sincronización. Cada lugar responde a la Escuela y solo se evocan reglamentos internos, a tal punto que se le da la confianza a la Escuela de organizarlo todo. Es una novedad total que verificamos hoy. Eso forma parte de los trastornos del camino y de la tentativa de construirlo alrededor de la excepción Barcelona. En el momento en que desaparece la excepción Barcelona, se trata de la excepción Escuela. Constatamos que se asume la Escuela en todas partes y que lo que había dicho, que ha sido chocante para algunos, como Enric Berenguer, ¿que están los otros preparados a sacrificar? Y bien, sacrifican todo. Están preparados para entregar todo a la Escuela. Es decir, que el movimiento de Barcelona del 20 de noviembre se repite hoy. Cuando M. De Francisco, Presidente de la Sección de Madrid, puede proponer un reglamento interno para Madrid, esto es totalmente nuevo. Es como lo decía Ubieto en su texto, tan lúcido, es construir a partir de arriba. A partir de la Escuela recomponer lo local. Pero es asombroso, es el resultado de 20 años del Campo Freudiano. Y de los dos últimos años y de la experiencia última de intentar construirla alrededor de Barcelona. Pero el acto del 20 de noviembre ha sido un acto de entrega de bienes, etc., a una comunidad, con una cláusula de salvaguardia, como siempre, de inicio, y ahora, se realiza lo mismo en cada lugar. No sé si respondo a su pregunta. Si era un error ¿por qué no se lo percibió hace dos años? Es el carácter relativo de la verdad y del error.

 

M. Serra: No lo tomo a nivel del error, porque a mí, finalmente me pareció bien. Lo que pasa es que me pregunto si eso fue la causa de que surgieran problemas, creo que no. Por lo tanto, no entiendo porqué si para Barcelona eso era posible, por qué no es posible también para los demás. Y si se decide que haya adherentes me va a parecer fantástico.

 

J.-A. Miller: Eso no se cambia. La Escuela solamente tendrá miembros y los adherentes, asociados o miembros de sede serán de lo local. Creo que hay acuerdo sobre esto.

 

Nilda Estrella: Estoy de acuerdo con la propuesta de J. R. Ubieto de una Junta Directiva local. Me preocupa, ahora lo decía H. Casté, y ahora usted lo retomaba: Catalunya ha hecho un acto el 20 de noviembre, y está sin Estatutos. Era lo que me preguntaba un poco en estos momentos. Hay que reconstruir.

 

J.-A. Miller: Si hacemos para todos un reglamento interno, Estatutos legales, pero estrechamente vinculados al marco común, porque es el mismo Consejo.

 

N. Estrella: Entonces, pensaba que estamos en la discusión de lo deslocalizado o descentralizado, es decir, yo apuesto por Estatutos legales, un marco jurídico en cada una de las sedes, que sean acordes con los Estatutos de la Escuela, que no entren en desacuerdo, pero que haya un marco legal en cada sede.

 

J.-A. Miller: Eso si hay cotizaciones locales y gestión local de las cotizaciones locales es más simple tener una institución legal en el lugar, pero será el mismo Consejo, vamos a verlo con los abogados, si es mejor decir: "el Consejo de la sede tal es el Consejo de la Escuela" o decir: "El Consejo de la sede es tal o tales señores". Habrá que verlo, seguramente existen Estatutos especiales de filiales. Alguien nos lo va a dar así, pero hay que ir rápido y ver en qué ciudad se estudia todo eso. Normalmente, Barcelona.

 

Miguel Angel Vázquez: Yo quería introducir, ahora que se estaba hablando del marco general para plantear la gestión de lo local, introducir un poco también la cuestión de Valencia. Creo que es importante que dentro de las posibilidades de este marco general quepan las particularidades de los lugares y, en concreto, la de Valencia que es la que quiero plantear, en la que no hay una sede actualmente, pero hay 24 miembros de esta Escuela nueva por fundar ahora. Entonces, yo creo que hay algo comun entre nosotros y es que todos hemos tomado como referencia esta Escuela, hay 24, que es un número no despreciable. Creo que aquí estamos casi 10, casi el 50%, lo cual muestra, quizás, que no hay ningún grupo y por eso hay tantos, pero también que hay un interés

 

(Cambio de cinta)

M. A. Vázquez: (…) asunción, pero voy a introducir la cuestión, me parece que si no la introducimos no podremos tratarla después. Creo que debe haber una sede de la Escuela en Valencia, que no puede estar eternamente disuelta, y hay que contar con las particularidades. Y es que es verdad que lo que hizo que la disolución se efectuara, de alguna forma, sigue presente. Es decir, hay que pensar una fórmula que permita que no nos tropecemos y que podamos trabajar, porque de hecho hay un interés y se trabaja, que podamos trabajar sin...

 

J.-A. Miller: ¿Cuántos grupos hay actualmente?

 

M. A. Vázquez: Yo diría que hay, si se entiende por grupos más de una persona, hay dos grupos y no diría que son todos homogéneos. Los grupos son, en general, heterogéneos.

 

J.-A. Miller: Dos grupos no es muy complicado. Se nombra un presidente que provenga del grupo más importante y dos vice presidentes de cada grupo. Se hace constar en los Estatutos que los miembros son invitados a afiliarse a uno o al otro y se organiza a partir de eso. Y la Junta Directiva puede funcionar como una Coordinadora. Si hay más de dos es más complicado. Hasta con tres podemos. ¿Cuántos hay? ¿Se pueden conformar en grupos o hay algo que va a resistir a conformarse en grupos?

 

M. A. Vázquez: Yo diría que hay dos grupos, pero esto está sujeto a opiniones.

 

Teresa Ferrer: Creo que no, pues pedimos la entrada a la ECFB uno por uno, entonces, yo considero que hay 24 personas. Si cada persona es un grupo, hay 24 grupos.

 

J.-A. Miller: Si hay 24 grupos, eso permite hacer una sola comunidad.

 

M. A. Vázquez: Yo pienso que no hay 24 grupos porque cada vez que surge un grupo surge otra posición. Pienso que esta es la dificultad con la que nos encontramos, es decir, que nada se puede llegar a constituir sin tomar en cuenta esta particularidad, porque cuando algo se constituye surge lo contrario y neutraliza...

 

T. Ferrer: Hay una cuestión...

 

J.-A. Miller: El significante no puede atrapar un fenómeno así. Debemos encontrar un sistema.

 

T. Ferrer: Hay una cuestión que nosotros cogimos del trabajo propuesto por la Escuela de Barcelona, los GIE, cuando se lanzaron. No sé si hay más o menos, en toda España, pero nosotros organizamos un GIE y estamos trabajando con esta forma. Un GIE fue una propuesta que se hizo: Grupo iniciativa Escuela. ¿Nadie se acuerda?

 

J.-A. Miller: ¿Actualmente es una comisión de transición en Valencia?

 

Varios: No, no hay nada.

 

M. Bassols: Ni comisión, ni transición. Hubo la disolución y el punto de referencia es el Instituto del Campo Freudiano, que no es cualquier tipo de referencia, es el trabajo.

 

M. A. Vázquez: Es por esto que pienso que la solución pasaría por las actividades, por cuestiones vinculadas al trabajo y ver qué se puede encontrar para lo que son las instancias.

 

J.-A. Miller: ¿Pagan una cotización local o no?

 

Un colega: Nada, nada.

 

M. A. Vázquez: Bueno, hay una disolución absoluta. El hecho, es lo que decía Teresa, hay uno por uno vinculado a la Escuela.

 

J.-A. Miller: Antes había tres componentes: el antiguo Círculo, los amigos y amigas de Pilar Dasí y el tercio non grupo. Ahora, que Pilar se ha ido, hay dos componentes ¿o no es así?

 

M. A. Vázquez: Yo considero que sí, que hay dos componentes.

 

J.-A. Miller: Un grupo y non grupo, ¿es así?

 

M. A. Vázquez: Yo sí creo que es así. Es decir, es mi opinión y la contra opinión. Yo considero que son dos.

 

J.-A. Miller: Un grupo y non grupo, y usted es la tesis del otro lado, de este lado, es una secta y verdaderos independientes. ¿Es eso? ¿Cómo es? ¿Cómo describe la situación? ¿Veinticuatro individualidades?

 

E. Pascual: Yo creo que hay un grupo y gente que nos juntamos para trabajar.

 

J.-A. Miller: Traduce su experiencia subjetiva.

 

Margarita Bolinches: Desde el momento en que es verdad, como dice Teresa, que pedimos uno por uno nuestra entrada a la Escuela, yo creo que algo de la rectificación subjetiva se podría producir. Nos hacía falta un tiempo. Es verdad que por eso se produjo la disolución y hubo un cierto respiro y descanso. Me parece que trabajábamos todos unos, porque teníamos más afinidades en el trabajo alrededor del Instituto, otros por su cuenta también siguieron trabajando como dice Esperanza. Pero me parece que ahora sí hay una rectificación subjetiva. Si realmente, abogamos y apostamos por la Escuela Una, y que uno por uno, en Valencia, yo creo que realmente todos esos 24, estamos ilusionados con la Escuela, quizás nos podríamos reunir y empezar a hablar qué posibilidades tenemos de trabajar, como decía Miguel Angel, sin tropezar o hacernos tropezar. Primero comenzar a trabajar y después ya veremos con el marco que se está dando, algo organizativamente sencillo, a lo mejor algo podría cuajar de nuevo, pero primero démonos la posibilidad de reunirnos y ponernos a hablar.

 

T. Ferrer: No, no, no, ese fue precisamente el logro. El logro de la disolución fue, precisamente, dejar de hablar. ¡¡¡Hablamos muchísimo!!!

 

J.-A. Miller: Tengo una solución. Se me dibuja una solución muy simple. Se ve que hay todo un trabajo del alma, del corazón, del inconsciente que se debe hacer en Valencia, que está en curso de hacerse. Esa es una dimensión de la existencia, una dimensión del ser. Del nivel de la Escuela y del Estado Español se desconoce esa dimensión y se preocupa de una comunidad local y la fórmula de Ubieto de una Junta Directiva: Presidente, Secretario y Tesorero. Tomar cotizaciones locales y organizar algunas cosas comunes. La solución parece muy simple. ¡Nadie de Valencia puede asumir esto!, ¡nadie! De tal manera que debe ser gente de otros lugares. Propongo un sistema. Como he ido en Florencia, he leído cosas de historia de Florencia. Como se peleaban mucho los florentinos medievales, antes de los güelfos y los gibelinos, a los que ha aludido V. Palomera, había el sistema que se llamaba del Podestá, que era alguien exterior a la ciudad que venía para, un poco lo que estoy haciendo en otros lugares. Pienso que si la Escuela se responsabiliza de Valencia, nombra una Junta Directiva con colegas exteriores, que se comprometen a viajar, una vez cada trimestre, puede ser de Barcelona, que están más cerca, y asumen, permiten decir que hay una comunidad constituida. Después es en el lugar mismo que velan por lo que pueden hacer. A ver si hay colegas que durante dos años pueden ayudar a los valencianos en el nivel de la organización. Me parece que eso permite por lo menos a la Escuela tener una comunidad local en Valencia. Va a permitir, quizás, hacer una publicación. Establecer cotizaciones locales si no se hace una publicación nacional. Garmendía, ¿qué le parece? Una Junta Directiva de tres, sistema podestá florentino.

 

M. Bolinches: Estaba recordando que hemos tenido muchas figuras podestá, en Valencia, empezando por usted, acabando con Gustavo Dessal, literalmente, con lo cual el pobre acabó ya. Me parece que hemos tenido mucha historia medieval.

 

J.-A. Miller: Si hay tanto miedo al Podestá, se pueden quedar en su lugar y dirigir por internet.

 

M. Bolinches: Sí, en efigie.

 

J.-A. Miller: Será una solución formal pero al menos permitiría constituir una comunidad local. Todo eso es un juego. No es nada más que un juego.

 

M. Bolinches: Pero cuando hablaba de hablar, lo decía en serio, no de juego.

 

E. Pascual: Vamos a ver, yo creo que el efecto de la disolución, en Valencia, lo han dicho ya, fue el llevarnos a trabajar de otra manera y a no poner tanta libido en reñir, con lo cual, a mí por ejemplo, me da mucho miedo volver a poner toda la libido en reñir. Yo estoy muy bien ahora como estoy.

 

J.-A. Miller: No tienen que reunirse. Tienen una Junta directiva ad hoc y no tienen que reunirse con quienes no quieran reunirse, sino solo en un café, etc.

 

E. Pascual: Bien, pero se puede volver a dar el problema de quién abre la sede, por ejemplo.

 

J.-A. Miller: ¿Quién abre el local? Pero si no hay local, sin edificio. Es famosa la cuestión de "quién abre el local". Todo el C. F conoce esa historia.

 

M. A. Vázquez: Creo que tampoco habría que dejar de lado la posibilidad, tal como he escuchado, si es así tal cual lo he entendido, de que hay un grupo que quiere constituirse como un grupo, puede que haya un grupo de personas que les gusta trabajar y, creo que no habría que dejar de lado la posibilidad de que hubiera un tipo de vínculo, como los pajaritos de los que usted hablaba, las personas de Andalucía que querían tener vínculo directo con la Escuela, que existiera esa posibilidad de constituirse un grupo, una sede, y la posibilidad de que alguien quiera establecer su vínculo con la Escuela, si es tal cual he oído, un grupo de gente que trabaja y que quiere seguir, respetar esto y al mismo tiempo...

 

J.-A. Miller: Eso sería otra fórmula a buscar. ¿Cómo permitir esta condición? ¿sobre qué base, quién llama a esto? Sería una unidad enfra comunidad local.

 

M. A. Vázquez: Bueno, sería una comunidad local pero...

 

J.-A. Miller: No unificada. Valencia 1/Valencia 2; o Valencia 1/sin Valencia 2; Valencia 1/Valencia 0. No sé.

 

M. A. Vázquez: Bueno hay que renunciar a algo, no sé exactamente qué es renunciable.

 

J.-A. Miller: ¿Margarita Bolinches estaría en la zona organizada? ¿sí?

 

J. Garmendía: Yo si me permiten, estuve encargado junto con H. Casté, de la disolución del GEV, los bienes del GEV pasaron a la EEP-España y están en depósito en la EEP-España, tanto bienes muebles como dinero. Digamos que ese es el resto que queda de la disolución. En ese sentido me parece que quizás no es todavía el momento, me parece que es más interesante constituir la ECF, la nueva Escuela, se llame como se llame, tal como estábamos hablando al principio, y después retomar este tema y tratar de darle una solución que en el marco de la EEP-España no se encontró en ese momento y nos abocó a la disolución. Es verdad que hay una cosa ahí de dinero y de bienes que están en stand by, un poco en parada, pero también es verdad que ahora el tema Valencia, no se si es exactamente algo que permita al resto de la Escuela orientarse del lado de la articulación de lo múltiple y de lo local y de la Escuela Uno, me parece que es algo a retomar cuando la Escuela esté hecha.

 

E. Berenguer: Rápidamente porque quizás ya se ha dicho. Debemos hacer un esfuerzo para pensar que lo local se reconstituye desde la Escuela, entonces, pienso que debemos ver las fórmulas jurídicas, como planteaba Ubieto, porque si no tropezaríamos con paradojas. Si volvemos a reconstituir jurídicamente lo local según fórmulas antiguas nos encontraremos con paradojas. Francamente, creo que eso no sería lo adecuado en este momento, así que ahora hay que estudiar las fórmulas que ahora sugería Ubieto para garantizar que lo hacemos, realmente, de la Escuela hacia abajo.

 

Magda Bosch: Yo pensaba que asumir la lógica de la Escuela Una permite pensar todo lo que se está hablando de otra forma. Tengo la sensación de que nos estamos complicando demasiado ya que a partir de esta lógica los grupos como tales no caben y se trata del uno por uno vinculados por una transferencia de trabajo que incluye la causa. Y más allá de todas estas peculiaridades grupales, incluso nacionales, diría yo, por eso en un momento me estorba la acepción "España", puede ser práctico, puede ser España, Galicia, Catalunya, lo que sea, si bien, lo local seguirán siendo el marco natural de funcionamiento, que nos permitirá nuestro trabajo en la Escuela Una. Pero todo esto me parece como infructuoso que nos lleve otra vez hacia atrás.

 

J.-A. Miller: Se puede decidir si hay siete comunidades locales, la clave, que ha sido mencionada por escrito, por Estela Paskvan, es decir, cada miembro de la Escuela pertenece a una comunidad local, la suya. Si alguien no quiere venir no viene, pero debe pagar la cotización local y si no, no pertenece a la Escuela, es decir, obligar pero es obligar a los pajaritos a entrar en la jaula. Tengo dos versiones. Una es más simple, es la simplificación, pero cuando resiste el objeto pequeño a local, la jaula no va a resistir. O bien, pensar que ahora podemos probar una vez más con toda la fuerza de la Escuela, pero sería para discutir qué va a pasar con Mármol y Herrera, qué va a pasar con el lado izquierdo de la sala, no sé cómo diseñarlo, tengo temor. Tomamos eso sí, la fórmula Ubieto de encima hacia abajo, formamos lo local a partir de la Escuela. Tomamos la fórmula PST: Presidente, Secretario, Tesorero, más tres vocales eventualmente, como principio. Pero es muy abstracto. Hay que ver también cómo, en cada lugar, se asume y cómo se lleva a cabo. De lo contrario vamos a terminar como el Marquez de Seyes, en Francia, que decía que sería más simple dividir Francia en pequeños cuadrados, todos iguales. Entonces, siete comunidades locales. Si tomamos como principio: Cada miembro de la Escuela pertenece a su comunidad local, y hay siete comunidades locales, ya hay una puesta en orden enorme. ¿Es lo que hacemos? Bien, vamos en esta dirección. ¿Conviene, si o no, en Valencia? Si es la decisión de la Escuela, será así; si la gente no participa, no participarán; si no quieren venir a las Asambleas, no vendrán. Pero si no pagan las cotizaciones locales entonces no pertenecerán a la Escuela.

 

Anna Aromí: Esta lógica me parece que funciona a condición de la disolución o de abolición de la EEP-España. Es la condición con la cual podemos operar de esta manera. ¿Por qué es la condición? Porque en la jaula, en cada jaulita, están los que han pedido la entrada y también los que no han pedido la entrada, que es por esto que se está planteando todo esta cuestión de los adherentes, de los suscriptores y todo esto. Estas personas no han pedido la entrada, pero están en la jaula también. Están en la jaula porque se había dicho que los que no pidan la entrada a la Escuela pertenecerán a la EEP-España.

 

J.-A. Miller: No piden la entrada porque no se sienten preparados a pedirla.

 

A. Aromí: Por lo que sea. Pero la condición es transmitir al lado de esto la lógica de que esto implica la disolución de la EEP-España.

 

J. Garmendía: Una cuestión únicamente. Es cierto que hay miembros que no son de la Escuela, que en Madrid pueden ser 16, en otra ciudad pueden ser etc., pero esto es una rémora que se solucionará de una manera u otra. Pero creo que si pensamos un poco en el futuro tendremos que pensar cómo van a hacer la gente que se va acercando que no va a entrar directamente en la Escuela. Creo que pensar en miembros de sede no es tanto por los 12, 14 o 18 que haya ahora, sino que en el futuro tendrá que haber un lugar donde esta gente que se acerca a la Escuela pueda tener una forma de desarrollar una actividad, pagar una cuota, estar y que no van a ser de entrada miembros de la Escuela, entonces, creo que sería importante, si bien vamos a mantener Estatutos internos en cada comunidad, también tener claro lo siguiente: que los miembros son miembros de la Escuela aunque trabajen en una sede, que sea su lugar de trabajo, pero son miembros de la Escuela lacaniana de psicoanálisis, no "miembros de la sede equis de la Escuela" como era hasta ahora. Hasta ahora éramos miembro de la Sección de Madrid de la EEP, miembro de la Sección de... Ahora seríamos "miembros de la Escuela lacaniana de psicoanálisis" y los de la sede, serán los miembros que se van acercando y que en su día podrán ser o no, miembros de la Escuela, pero mantener esta distinción: uno ya no es miembro de la sede tal, sino que es miembro de la Escuela y desarrolla su actividad en esa sede. Si mañana se cambia de ciudad, la desarrollará en otra sede, pero es miembro de la Escuela. La gente que se vaya acercando serán los que podrán pertenecer a la sede y en su día entrarán, o no, en la Escuela.

 

O. Waisman: Es posible solucionar de una manera sencilla que haya un solo Estatuto legal para toda España y que haya reglamentos internos. Por ejemplo: respecto al problema de las finanzas que no tenga que hacerse el conjunto responsable por una parte; pero también hacerse cargo de las minucias de las finanzas locales, hay figuras que se llaman en España, y también en Francia, del administrador. El administrador es el responsable, por lo tanto la Asociación que abarca toda España puede tener un administrador local en la sede que es, legalmente, el responsable de las finanzas locales. Es un administrador que está designado por las instituciones centrales de la asociación y él es el responsable también legal de las finanzas locales. Cosa que podría hacer que se solucionen las finanzas locales, en lo local, sin llevar ese peso al conjunto de la Escuela. Y de esa manera poder mantener algo que todos sentimos como un logro: una sola Escuela con un solo estatuto. La responsabilidad última, legal, es de la persona física del administrador.

 

J.-A. Miller: En una Asociación sin fines de lucro es la Asociación, como entidad, la que es responsable.

 

O. Waisman: Pero en las entidades comerciales es así.

 

J.-A. Miller: En las comerciales sí, pero no las asociativas. La Asociación es la Asociación. Debo decir que el verdadero problema es que si hacemos una vinculación estrecha entre la asociación local y el marco legal común, finalmente, la Escuela será igualmente responsable, de tal manera que quizás es mejor asumirlo y hacer una red administrativa que regulariza, que verifica las cosas. En Francia, es por eso que se ha hecho la Escuela de un lado, y la ACF del otro lado. La ACF es una sola asociación para toda Francia y es responsable de todas las comunidades locales, de tal manera que hay verificaciones, pero por lo menos, hemos hecho otra asociación de manera que si hay un problema, éste se queda en la ACF y no en la ECF.

 

O. Waisman: Hay una diferencia entre ellas.

 

J.-A. Miller: Sí, hay una diferencia legal. Son dos entidades legales distintas. Podríamos hacer la Asociación de las comunidades locales de la Escuela y dentro de eso se haría la verificación. Lo que protegería ya, un poco, a la Escuela como tal de algún problema. Son detalles. La cuestión es si podemos, realmente, pensar un marco legal común y reglamentos internos para Catalunya. Para Madrid, sí, Catalunya también.

 

M. Puig: Yo pienso que cuando se baja con lo de los lugares empieza la complejidad. El espíritu está en que realmente nada de lo que pase en las sedes no esté referido a la Escuela. Esto lo hemos de ver para que esto realmente suceda. Dicho esto, lo más lógico sería el marco común legal y los reglamentos internos. Sin embargo, creo que deberíamos estar atentos para que no hagamos que este Directorio con tres personas no cargue, realmente, con una serie de cuestiones que no le haría ocuparse del marco común que es el de la Escuela. Con lo cual creo que aunque sea paradójico me parece que facilita más las cosas y que sería más ágil hacer un mínimo estatuto legal, en cada una de las comunidades. Creo realmente. La cuestión del relevo de los cargos, es decir, la cuestión de que la información y el trabajo no quede cortado, apoyo la propuesta de J. R. Ubieto, en el sentido de que los que cesan en su cargo en la Asamblea, se comprometan en el transcurso de tres meses a enseñar a los siguientes, para que el relevo de las funciones más precisas esté asegurado y las cosas puedan saberse bien cómo han funcionado. Yo creo que solamente con eso aligeraríamos las juntas directivas locales, sin la pesadez de que un año antes deban ser designados. Simplemente, el compromiso de que esas personas enseñan durante tres meses, así hay un traspaso adecuado de funciones. Respecto a los miembros de sede, yo ahí tengo una cierta reticencia al respecto. Tengo miedo de que nos encontremos dentro de algún tiempo con que tenemos, sin quererlo, una especie de reconstitución de las Secciones. En Barcelona, hasta ahora, con lo que hemos hecho, ¿cómo lo solucionamos? Lo solucionamos con la figura de los suscriptores a la sede y yo pensaría si eso no podría ser generalizado a las otras sedes de la Escuela. Porque me parece que denominarlos "miembros de sede" les da un lugar de pertenencia, que creo que el verdadero lugar de pertenencia debe ser la Escuela. Creo que la cuestión de miembro ha de ser reservado para miembros de la Escuela y que la gente que se acerca, que tiene solamente su ámbito de trabajo con los colegas, de cada uno de los lugares de la Escuela, yo creo que deberían ser suscriptores, es decir, gente que trabaja en el lugar y que apoya y no nombrarlos como miembros. Yo tengo un poco de reticencia de nombrarlos como miembros de sedes, apostaría más como suscriptores de la sede.

 

J.-A. Miller: ¿Cómo corregir esta impresión? -que los miembros son los dueños y los otros están en las puertas. En Madrid, hablan más de una trayectoria; se acercan a la Escuela a través de la Sección. El término suscriptores significa mucha distancia.

 

M. Puig: La verdad es que la experiencia que hemos tenido aquí, en Barcelona, es que cuando se aclaró la cuestión de la sede, había miembros de sede que no habían pedido, en el momento concreto, ser miembros de Escuela y que han pedido ser miembros de Escuela cuando se han visto que estaban en un lugar que era la sede de la Escuela, es decir, cuando la Escuela se acercaba. Yo creo que en este momento, la Escuela se acerca a cada uno de los lugares y sedes. Y yo espero, creo que tendremos la sorpresa de que muchos miembros actuales de Sección, cuando se encuentren estando en la sede de la Escuela van a pedir ser miembros de la Escuela. Y que se puede dejar la categoría de "suscriptores", es decir, de colaboradores de la sede, como un lugar de acercamiento.

 

(Un colega interviene sin micro)

M. Puig: Sí pero es que en Barcelona también se ha encontrado con eso y a esas personas les hemos dicho que podían ser suscriptores de la sede, porque aquí en Barcelona ya habíamos hecho el movimiento de ser sede de la Escuela. A ellos se les ha dicho: "ustedes pueden ser suscriptores de la Sede". Y hasta ahora, que yo sepa, no hemos tenido problemas al respecto sino más bien, decir: "de acuerdo". Es, también, un lugar de inscripción en la Escuela. Han sido pocos casos.

 

B. Garavelli: En Madrid, hay gente que hace 10 años que han sido miembros de Sección.

 

M. Puig: Yo diría más bien, que miremos bien, que no sea que reconstituyamos el basamento de Secciones que no me gustaría.

 

A. Goya: Sólo dos palabras para decir que en Madrid tendríamos un verdadero problema porque no podemos plantear a los que ahora son miembros, que sean suscriptores. Es gente que es miembro de la Sección hace muchísimos años y no les podemos decir: "ahora ya no son miembros, son suscriptores". Muchos se marcharían.

 

J. Eiras: En Galicia tenemos el mismo problema. En Galicia somos ahora 42, de los cuales sólo 12 son de la Escuela. Hay mucha gente que lleva mucho tiempo en la Sección. Luego tenemos, también, el problema de que si pagas, legalmente tienes que tener algún tipo de estatuto. Los suscriptores no pagan.

 

Varios colegas: Pagan una cuota diferente.

 

J. Eiras: Nosotros lo tenemos igual que aquí; igualmente tenemos una biblioteca de dos mil volúmenes. Eso también hay que, de alguna forma, mantenerlo. Es decir, es un valor que hay que saber, legalmente, dónde está. Y el dinero que uno paga tiene que estar legalmente reconocido.

 

J.-A. Miller: Sé que no es muy popular aquí, pero la solución en Francia fueron las ACF. ¿Qué son las ACF? Son lugares donde ya sea uno miembro de la Escuela o no miembro de la Escuela todos se llaman miembros de la ACF. Da un lugar, donde en lugar de tener miembros de la Escuela y adherentes locales todos se llaman miembros de la ACF y esto da una dinámica propia. Eso es una solución, pero parece que no gusta tampoco.

 

M. Marín: Nosotros, por ejemplo, por lo de suscriptores que proponía Montse, tenemos miembros de la EEP que no han pedido su ingreso a la Escuela, son tres o cuatro, más o menos, es una comunidad pequeña.

 

Eugenio Díaz: Yo pensaba que no es lo mismo el estatuto para las personas que se van acercando, personas que están en las Secciones clínicas del Campo Freudiano, con quienes hay menor problema de llamarles suscriptores, que a alguien que lleva mucho tiempo. Por otro lado, me parece que es un poco paradójico, ser miembro de una Sede de la Escuela, sin querer ser miembro de la Escuela. La situación anterior era distinta. Por ejemplo, yo fui adherente y pedí ser miembro de la Sección como una vinculación más a la Escuela, pero querer mantenerse sin estar dentro es poco paradójico.

 

J.-A. Miller: Hay personas, ustedes conocen a la gente, que dicen: "yo soy de Madrid y el resto no me importa, lo que se discute en otros lugares. No tengo internet, etc.". Hay toda una actitud vital de gente a la que le gusta lo vecino. No van a viajar. Eso ocurre. Pueden decir no queremos conocer esto.

 

E. Díaz: Sí, digo sólo que es paradójico.

 

J.-A. Miller: Creo que no vamos a resolver todas las situaciones locales hoy. Debemos tomar grandes líneas, según la fórmula Ubieto, de arriba a abajo. La fórmula PST, más tres vocales. Todos los miembros de la Escuela pertenecen a una comunidad local. Hay siete comunidades locales. Ya es enorme todo eso. Una cuestión más es la de los Estatutos legales locales o sólo reglamentos internos. Debo decir que el hecho de que Madrid, que por un tiempo se ha inscrito en eso, si me disculpan, con algo de hacer valer los rasgos propios de Madrid, es decir, que se ha inscrito con cierto localismo, con el derecho a ser muy localista. El hecho de que Madrid proponga ahora reglamentos internos, es un hecho mayor. Ahora es Catalunya la que está arrinconada, porque ¿Catalunya acepta también un reglamento interno? Si es así, habrá en toda la Escuela sólo un reglamento interno, y eso da una gran fuerza a la Escuela, sin quitarle localmente, puesto que van a tener reconocimiento legal. Los Estatutos ya van a ser legalizados en Barcelona. Y para los otros, en otros lugares, que sea una Escuela nacional, ¿le va a quitar subvenciones? Eiras dice que no. Mónica Marín dice que no sabe.

 

E. Paskvan: Creo que el marco legal, general, es realmente el más apropiado y ya está. Los Estatutos ya están en la Generalitat, luego los podemos volver a modificar, eso no importa, pero ya están. Es decir, que hay un marco legal para toda España. Ahora, hay una cuestión que sí creo que habría que consultar y asesorarnos y que es el problema de las Tesorerías. Lo digo, claramente, porque si hay un solo marco legal, hay una sola tesorería, un solo número de identificación fiscal, y en ese caso, coordinar, absolutamente, todas las tesorerías es armar un aparato administrativo mensual impresionante. Tenemos un solo Consejo pero quiero decir, y lo digo porque la tesorería lo conozco de cerca, nosotros por ejemplo, estamos ya con este marco legal, exentos de I.V.A., para determinadas actividades, para otras no. Entonces se nos podría empezar a armar, me lo estoy imaginando, los problemas. Supongan: Madrid mensualmente, o Galicia, o donde sea, tendrían que enviar sus resúmenes de cuentas, sus facturas, sus ingresos, etc. Segundo: tendríamos también que pagar I.V.A., trimestral por determinadas actividades. Entonces, empezaríamos también a pensar: bueno, ¿cuánto paga de I.V.A. uno, cuánto paga de impuesto el otro? Realmente, es una maquinaria, muy, muy complicada. Es por eso que pienso que tendría que haber un mínimo de cosa legal para esto. Puede ser que exista la solución en otro tipo de estructura, yo la desconozco. Yo propongo que lo averigüemos, eventualmente, si en esta estructura de Colegios, no lo sé.

 

J.-A. Miller: Es un problema técnico de tesorerías.

 

Un colega: Al mismo abogado se le podría consultar.

 

E. Paskvan: Exactamente. Y después, con respecto a los miembros de sede. No es éste el problema inmediato de Catalunya. Pero si tenemos miembros de sede que no sean miembros de Escuela, de todas maneras todos tendrían derecho de votar y de ser elegidos, en la sede.

 

J.-A. Miller: Hay que decir que la palabra miembro es muy difícil de sostener. Para decir miembro, hay que crear una Asociación de derecho, otra asociación.

 

M. Bassols: No, de esa paradoja no se puede salir, es así. Jurídicamente no hay otra manera de plantearlo, me parece.

 

J.-A. Miller: La cuestión es constituir las comunidades locales tipo ACF, en cuyo ámbito no se diferencia miembros de la Escuela y miembros locales, son todos miembros. Pero parece que la gente lo experimenta como un menos.

 

J.-A. Miller: Pero eso ha cambiado. Me parece que una vez el marco general de la Escuela esté planteado, quizás, la forma local se plantea también de otra manera. Habría que ver.

 

J.-A. Miller: Habría que estudiarlo, porque es también algo muy cómodo para recibir nuevas personas. Si hacemos ACF nos da más libertad para acoger miembros de la comunidad local.

 

M. Bassols: Hay varias palabras pedidas. Primero, J. Sosa, Eugenio, Mercedes y Enrique.

 

J. Sosa: Yo también comparto bastante la opinión que planteaba Montse sobre la cuestión de miembros o de suscriptores. Lo que pasa es que hay un punto en que creo que no hay un riesgo, por ejemplo, de que se vuelva a reconstituir una comunidad de los miembros de la Sección y tal. No sé si en este sentido se podría pensar como una etapa transitoria de la Escuela, que se pueda ir en el futuro a un modelo de miembros de la Escuela y suscriptores de las sedes, pero que por el momento hay localidades en las que ha de haber un tiempo en que haya miembros de Sección, porque los hay.

 

J.-A. Miller: Tiene que haber comunidades de miembros para empezar, para seguir hay que decidir en esto su dificultad. No conozco el país suficientemente bien. En Francia, todas las ACF responden a un solo marco legal, sin Estatutos legales locales y funciona bien, pero es Francia, un país muy unificado. Podemos, quizás, adaptarlo a eso, pero no se si hay que obtener la confluencia en la Escuela pero también hay que dar mucha fuerza. La reconquista del Campo freudiano se hace en cada lugar; la orientación general de la reconquista del C. F. se realiza localmente a través de la astucia y del conocimiento de la realidad local de las personas. Entonces, cuál es el mejor instrumento para obtener este efecto. En Madrid, parece que es algo que permite continuar con una calidad de miembro compartida. Puede ser que en Catalunya el mejor instrumento sea distinto. Los suscriptores es una buena composición, no molestarse por ser suscriptores. Quizás ustedes podrían tener más éxito con nuevos miembros si tuvieran algo más abierto. Son sólo preguntas.

 

E. Díaz: Es verdad que están las particularidades y recordaba que aquí, en Catalunya, alguna persona de las que se marchó fue en relación justamente a que no quería...

 

J.-A. Miller: Ser suscriptor.

 

E. Díaz: No, porque entonces todavía no estaba ese término. Recuerdo que alguien dijo: "yo no quiero pertenecer a una Escuela de la que no pido ser miembro". Eso pasó aquí como particularidad. Alguien que en esa tesitura se fue, en Madrid no, y han seguido en las dos condiciones. Es verdad que hay que pensar la particularidad de cada sitio. Lo que yo pensaba que era un problema era la palabra "miembro". Algo como que tiene que ver con el deseo de pertenecer, y me parecía que aquí, en Catalunya, eso había aparecido claro. Es decir, la Sección ha desaparecido y cada uno, uno por uno, ha expresado su deseo de pertenecer a la nueva Escuela. Es verdad que eso es también particular y que no se puede pensar en todos los sitios.

 

J.-A. Miller: Es cierto que la idea de Directorio ampliado, a los presidentes locales o Directores locales, supone toda la Asociación. Es lo que había dicho, una vez, en una carta privada a Mercedes. Se puede integrar a los Presidentes locales si esos presidentes elegidos son miembros de la Escuela.

 

J. Sosa: Eso que usted plantea me parece que define el perfil del miembro de Sección o de suscriptor, como lo que es el suscriptor en Barcelona, es decir, que no elige a la Junta Directiva de la sede, que no vota al Presidente. Entiendo que el miembro es otra cosa.

 

J.-A. Miller: Es así, el miembro de Sección participa en la elección.

 

J. Sosa: Exactamente, y puede ser elegido también.

 

M. de Francisco: Yo por eso estaba de acuerdo. El problema de las ACF que me parece que podría ser una posible solución. Pero, entonces, esto entraría en contradicción con el tema de la votación de la Junta Directiva, de cada lugar, porque si todas las ACF tienen un marco legal y, por tanto, derecho a voto, a elegir a sus representantes, legalmente, asociativamente implica que solamente iba a elegir los miembros de la Escuela y los no miembros de la Escuela que están incluidos en las ACF. Es decir, que el marco legal de las ACF implica que un no miembro de la Escuela podría votar a su Director, a su presidente, o a su coordinador, de la comunidad local.

 

J.-A. Miller: De hacerlo sería para que sea así.

 

M. de Francisco: La propuesta es que una posible salida a este punto problemático de que no se llamen miembros de la sede. Sin embargo, el punto de las ACF no arregla este problema de que solo los miembros de la Escuela pueden votar a sus representantes.

 

J.-A. Miller: No, si hacemos ACF todos los miembros de la ACF, que sean miembros de la Escuela no miembros de la Escuela, eligen a sus representantes.

 

M. de Francisco: Entonces, puede surgir que haya un no miembro de la Escuela elegido por las ACF, que participe del Directorio.

 

J.-A. Miller: ¡Ah no! Del Directorio ampliado no puede ser. Esa es la cuestión.

 

E. Berenguer: Era simplemente una cuestión. J.-A. Miller ha dicho que en una época la gente no quería la fórmula ACF porque querían más, había esta idea de que ACF era menos, pero realmente yo creo que la constitución de la Escuela como tal es un nuevo punto cero, desde el cual podemos reconstruir todo. Y creo que la fórmula ACF, adaptada como sea, realmente ya no se plantea como un menos. Yo realmente no despreciaría esa posibilidad porque creo que en cuanto constituimos entidades locales se reproduce, inmediatamente, una lógica de los derechos de los miembros que tienen que elegir a sus representantes y así no acabamos nunca. Estaremos reproduciendo eso hasta el infinito. Así que, realmente, haría un esfuerzo para ver de qué manera la ACF, que ha cambiado de significación, me parece a mi, puede realmente adaptarse a la realidad española.

 

Amanda Goya: Sí, yo continúo en la línea de Berenguer, estoy totalmente de acuerdo, creo que para Madrid sería muy posible, hacer una ACF, de hecho, somos una asociación legal del Campo Freudiano. Y que, efectivamente, se podría mantener el juego democrático que se ha mantenido hasta ahora, de que todos los miembros pueden votar, en cuanto a lo local. Los miembros que sean de la Escuela pueden participar de la Escuela y los otros no.

 

J.-A. Miller: Se puede imaginar que la Escuela misma crea una ACF, nacional, que tiene el mismo Consejo que la Escuela. Y, en este ACF nacional siete son locales. ¿Claro o no? Hay la Escuela nacional, es una Asociación la que preparamos. Esta Escuela crea ella misma, hace una segunda Escuela, una segunda Asociación, que se llama ACF. Se hace una segunda nacional, que tiene el mismo Consejo que la Escuela y dentro de esa Asociación nacional ACF, vienen a engancharse siete asociaciones locales. Y con esto tenemos algo muy similar a lo que funciona muy bien en Francia, que permite que, localmente en las actividades locales, no se hace diferencia entre miembros de la Escuela y miembros locales. Eso es una buena escalera hacia la Escuela que a la vez, necesita una administración fuerte para controlar las finanzas, porque hay la co-responsabilidad sobre las finanzas. Si lo logramos hacer en Francia se puede hacer aquí también. Y en Francia no hay siete lugares, hay 16. ¿Por qué sería imposible aquí? Y para eso apoyarse en Barcelona: un Comité de gestión que se responsabilizaría de esto.

 

B. Garavelli: ¿Hay autonomía local en las finanzas?

 

J.-A. Miller: Una autonomía total pero con un control, una supervisión de todos. La responsabilidad es de todos, pero luego las Asociaciones fijan sus cuotas y lo gastan como quieren. Pero todo el mundo puede ver si lo gastan bien o mal.

 

Un colega: ¿Quién dirige la Asociación local?

 

J.-A. Miller: Juntas directivas pendientes de asambleas locales.

 

El mismo colega: El presidente del primer cuadro ¿de dónde sale?, ¿quién lo vota?

 

J.-A. Miller: Se lo van a explicar C. Fooz y A. Goya.

 

J. R. Ubieto: No sé si estamos en un cierto impasse en esta discusión. Quizás, lo mejor convendría, una escanción...

 

J.-A. Miller: Estamos en la salida.

 

J. R. Ubieto: No, digo que a lo mejor hay algunas consultas que nos podrían aclarar, porque me parece que la fórmula que usted decía es una posible, pero yo pensaba: estamos de acuerdo en que hay un marco legal común, que es el orientador, que es el de la Escuela, lo tenemos ya, hay que modificar algunos estatutos a partir de lo que hemos ido hablando, respecto a la elección del Presidente, etc. Habría después, parece, –por lo menos mi opinión es esa–, de que debería haber un marco legal local. No reglamentos internos sino un marco legal local mínimo, básico, hay algunas comunidades, parece que todas, menos Catalunya, en las que existe ese marco legal local, y en todo caso, tendríamos ahora que pensarlo. Y tendríamos que buscar la fórmula como se articula la relación de subordinación de lo local a ese marco legal. Esa posibilidad que usted decía es una, por eso digo que quizás habría que hacer alguna consulta, que hay otra fórmula que no implica la creación de un ente nacional, sino que implica una relación de interrelación a través de otro modelo, habría que consultarlo.

 

J.-A. Miller: Pero, ¡¡¡es muy fácil!!! O las siete comunidades locales se enganchan directamente con la Escuela o se enganchan como un clon de la Escuela. En Francia hemos pensado que era más prudente enganchar las 16 comunidades locales con un clon de la Escuela y no directamente con la Escuela. Pero es un clon.

 

J. R. Ubieto: Esta es la cuestión que pienso que habría que aclarar, qué nos interesa más. Porque el tema, por ejemplo, de tesorería creo que se resolvería más fácil engancharlas directamente a la Escuela que no a través del clon.

 

J.-A. Miller: Pero será más peligroso para la Escuela y, en mi opinión, estamos discutiendo casi de técnica; pienso que eso funciona en Francia, desde hace casi 10 años y que se podría aprovechar en España, mutatis mutandi, es decir, con Estatutos legales locales. Es posible que la existencia de Estatutos locales protegería más a la Escuela, en España que en Francia. Pero me parece que con este pequeño juego de tener dos la Escuela está más protegida de cosas que pueden ocurrir en las finanzas locales. De todas maneras, es efectivamente, es algo a consultar con un abogado que dé alguna opinión, otro que dé otra, y nos ponemos a decidir nosotros mismos, al feeling.

 

Toni Viçens: Hay una vía que quizás pudiera resultar práctica para articular estas dos dimensiones. La Escuela lacaniana tiene unos estatutos legales en los que, casi seguro, estoy convencido que puede admitir como miembros, no solamente personas físicas sino también personas jurídicas. Entonces, una vía para articular esto sería que las comunidades locales, a las cuales quizás se les podría imponer la dimensión de las comunidades autónomas, que cada una de estas comunidades locales fuera miembro de la Escuela. De este modo, creo que no habría inconveniente para forzar legalmente a que los miembros de las Juntas locales fueran también miembros de la Escuela.

 

J.-A. Miller: No deseamos eso. Queremos que en lo local, la cuestión tenga la dinámica local. Si damos el nombre de miembros a no miembros de la Escuela, pero miembros de la ACF, con una vigilancia del Consejo hay una cierta dinámica local posible. Hay que ver si eso es concebible. Estamos en un mundo totalmente nuevo. Nunca se ha pensado que se iba a recomponer toda España al nivel local. Es normal que sea difícil concluir.

 

T. Viçens: Entonces, está la primera parte de mi propuesta. Que estas comunidades locales fueran miembros o personas jurídicas de la Asociación que sería la Escuela lacaniana. La ventaja sería que no haría falta el clon. El control que tiene sobre todos los miembros. Entonces, se puede... En fin, no veo cuál es la escapatoria en esto, no veo cuál es la fuga. Pienso que como miembros que son de la Escuela podría reglamentarse su articulación con la Escuela bajo la forma del rendir cuentas, del informar o de lo que fuera. Y estarían sometidos al mismo reglamento.

 

J.-A. Miller: La cuestión es saber si hay una vinculación directa de las asociaciones locales con la Escuela o si utilizamos la misma astucia que en Francia, en articularlas con un clon de la Escuela. Son las dos grandes elecciones. Una alternativa. Y quizás el hecho de que sean en Francia no son legales, locales, aquí quizás cambia el problema. Habría que verlo y estudiarlo jurídicamente.

 

T. Viçens: Creo que podría haber una lista de miembros que fueran las personas jurídicas que forman estas comunidades locales dentro del estatuto.

 

J.-A. Miller: No hay duda. La cuestión es si eso es lo deseable o si hay que hacer una pantalla entre la Escuela y esto. Si no, estoy de acuerdo con usted.

 

Sagrario García: El problema parece ser cómo articular la Escuela con las comunidades locales. Ciertamente, lo de las ACF lo discutimos en los primeros tiempos de la ECFB, entonces, yo me pregunto si tomamos la posibilidad de las ACF o un solo aparato para toda España con Estatutos legales o no, ¿modificaríamos lo de las sedes de la Escuela? Porque es como si tuviéramos que volver a pensar si todas las comunidades locales son sedes de la Escuela, porque entonces habría como dos articulaciones diferentes. Y a mí me da un poco de pena perder lo que parecía que habíamos ganado con hacer de cada comunidad local una sede de la Escuela.

 

J.-A. Miller: Usted misma proponía una asociación local tan light que no podía hacerse nada porque no había Consejo, no había Directorio. Era una Sede angélical, no sé.

 

S. García: ¡¡¡Ah!!!, ¡no!, ¡no!, porque ahí faltaba la articulación con la Escuela.

 

J.-A. Miller: Una articulación mística porque no había ninguna instancia que se pudiera vincular.

 

S. García: Bueno, sí estaba la Junta, no se de cuántos miembros, pero pensaba en tres. Comité de gestión…

 

J.-A. Miller: De una Biblioteca, usted había dicho.

 

S. García: No, no, decía Biblioteca, únicamente, por la cuestión que estamos discutiendo ahora de la inscripción legal. Yo pensaba en una inscripción legal que no necesitara la asamblea. Por eso pensé en la Escuela. Y también por la cuestión de los miembros.

 

J.-A. Miller: Pienso que es muy difícil avanzar mucho más, porque estamos en un paisaje totalmente reformado donde se acepta reconstruir el paisaje del Campo Freudiano en España, de arriba a abajo. Es una novedad total. Después nos corresponde estudiar la técnica para lograr algo lo más cómodo para el momento actual y que preserve, que estimule la expansión por los años que vienen. Pero es nuevo. La disponibilidad de Madrid, de Catalunya, todo eso es nuevo.

Nos queda 40 minutos más o menos. Debemos entrar en más detalles o dar un momento a los temas subjetivos de Barcelona.

 

 

Transcripción realizada por: Rosa Alba Zaidel y Myriam Chang

 


« ACLARACION », por Rosalba Zaidel



Xavier Giner de Valencia hace la siguiene indicación por un error de
reconocimiento en la voz al desgrabar:

« He detectado un error de atribución: una intervención mía es puesta
como de J. Garmendía, es la que hace referencia al proceso de disolución
del GEV y la cuestión de los bienes. Fue en el contexto de la
conversación de la tarde cuando surgió *Valencia*, y es la última de las
intervenciones sobre este
tema. Te reproduzco la secuencia de intervenciones previas:

M. A. Vázquez: Bueno hay que renunciar a algo, no se exactamente que es
renunciable.

J.-A. Miller: ¿Margarita Bolinches estaría en la zona organizada? ¿sí?

J. Garmendía: Yo si me permiten, estuve encargado junto con H. Caste, de
la disolucion del GEV, los bienes del GEV pasaron a la EEP-Espa~a y
están en deposito en la EEP-Espa~a, tanto bienes muebles como dinero.
Digamos que ese es el resto que queda de la disolucion.

Tras esta intervencion mia que es un poco larga interviene E. Berenguer.
»