CONVERSACIÓN DE LA AMP EN CARACAS
La conversación de la AMP en Caracas se llevó a cabo el 12 de
febrero de 2000, con la participación de la mayoría de los miembros, Asociados y
participantes de la ECFC. A la misma asistieron miembros de Colombia y Perú, y como
representantes de la AMP Jacques-Alain Miller y Eduardo León.
El texto que aparece a continuación constituye un resumen de las intervenciones
realizadas durante la misma.
Jacques-Alain Miller agradece la votación unánime de la
Asamblea ratificando la propuesta de venir a conversar y buscar en conjunto una salida a
la situación que presenta la Escuela. Lo toma como un gesto de cortesía y reconocimiento
del papel de la AMP y agradece que esto se haya dado a pesar del escepticismo y
desconfianza formulados por algunos miembros en cuanto a los resultados posibles.
En este sentido cita lo que le han expuesto varios miembros:
Noemí Cinader; expresa recelo, preocupación y temor por los resultados. No ve
claro cómo luego de todo lo ocurrido en la Escuela y que ha ocasionado heridas cuya
cicatrización será lenta y difícil, se pueda propiciar un ambiente que permita el
trabajo comprometido por la causa analítica. Le preocupa que en la conversación de ese
día se diluya la situación ante la presencia de Miller. Confía que su presencia sirva
para que las cartas sean puestas sobre la mesa y no escondidas en la manga para luego
sacarlas de allí una vez que él se vaya.
María Emma Scull; expresa su temor de que esta sea una conversación
superficial y que al irse Miller todo quede igual. Insiste en que esta conversación y el
«cocktail» mismo son eventos de pantalla y que en realidad debajo hay otra cosa que
Miller nunca va a lograr ver o saber. Miller señala esto como la paradoja de María
Emma: si las cosas van mal, hay peleas, etc., esto será malo, pero si las cosas van
bien también será malo.
Alicia Pizani: en su contribución a la lista ecfc-debates (2/2/2000) expresa:
«Escepticismo es la expresión que considero más ajustada para describir
sintéticamente una actitud que me reconozco en los actuales momentos en lo que atañe a
la Escuela». Desarrolla que su escepticismo apunta a la existencia misma de la Escuela,
pero más precisamente hacia los resultados posibles de la conversación. Alicia plantea
en su aporte que «hay una situación de descomposición tal que el irrespeto, los
atentados a un mínimo ordenamiento simbólico, los atentados a la ética de la práctica
psicoanalítica, y las intenciones de sabotear las transferencias de trabajo que algunos
logran generar, es lo que está a la orden del día y es lo que me parece sumamente grave,
difícil de solucionar con simples discusiones, golpes de pecho o declaraciones de mea
culpa, difícil de erradicar decretando cambios, difícil de conseguir el tratamiento
adecuado aún cuando se acuda a la Gran Conversación con Jacques Alain Miller.
Evidentemente la institución recibirá una intervención, una intervención más de un
éxtimo, que bienvenidas son cuando la comunidad de trabajo instituida en Escuela, existe.
¿Pero esta comunidad de trabajo, hoy, existe?. ¿Qué conversaciones puede haber entre
nosotros cuando no solamente se verifica en cada reunión, sino que además,
explícitamente, se propone como medida posible ante las situaciones planteadas, el darle
curso libre a decirse unos a otros, de una vez por todas, todo lo que se quiera... es
decir, darle curso libre a la obscenidad de lo imaginario?»
J-A Miller; una vía de salir de esas paradojas e impasses puede ser la siguiente:
Una Escuela es muchas cosas:
- Es una casa simbólica
- Es una casa en la realidad que nos permite agruparnos
- Es un lugar a donde se dirige la transferencia de trabajo
- Es un lugar inconsciente. Es partícipe de la otra escena, es como una encarnación del
Otro para los analizantes y analistas, es un lugar donde hay juicios, donde las relaciones
de unos con otros están en juego, es el lugar donde cada uno demuestra su relación
con la autoridad y la aceptación o no de la castración, esto se puede ver en el
análisis de cada quien. Hay todo un investimiento que va más allá de una Institución.
- Es un instrumento. Esta perspectiva justifica la existencia de una Escuela. Lacan lo
definió así «un instrumento para el psicoanálisis», cuando decía que había que
saber si el psicoanálisis estaba hecho para la Escuela o si la Escuela estaba hecha para
el psicoanálisis. La finalidad es el psicoanálisis y la Escuela es un medio, un
instrumento para adelantar las finalidades psicoanalíticas. Si bien es importante crear y
mantener Escuelas, estas no se pueden idealizar. Cuando no funcionan hay que disolverlas y
forjar un nuevo instrumento, o corregir el instrumento si las faltas no son tan grandes.
La disolución de la Escuela Freudiana de París por parte de Lacan no fue ninguna
catástrofe histórica, era una invitación a empezar de nuevo con un mejor instrumento
que se trató de crear.
Es difícil precisar los criterios de un buen instrumento Escuela. Algunos de ellos son:
- La producción de analistas: la Escuela debe producir analistas. Esta es la condición
para continuar la transmisión del discurso analítico. Pero se espera algo más que la
producción de analistas.
- La producción de saber: La Escuela debe producir saber, se espera la participación en
el discurso universal y adelantar o poner al día el discurso analítico, esta es una
tarea necesaria. A partir de lo que se ha dicho pareciera haber un consenso en cuanto a
que la ECFC no cumple con este criterio. En la ECFC la producción parece insuficiente y
esto se refleja en las publicaciones que deberían servir para poner la elaboración del
saber al servicio de la Escuela, en tanto en ellas hay un no saber fundamental debajo que
motiva también la investigación del Pase. Los miembros de la ECFC testimonian que hay
una falla en esto, lo que pone en cuestión la adecuación del instrumento Escuela. Esto
es algo objetivo. A partir del e-mail enviado por Alicia Arenas, habría que preguntarse
si no hay algo viciado desde el origen en la ECFC, si el super-yo de la institución no
propicia el trabajo, cuando Lacan ponía al trabajo como la finalidad esencial de una
Escuela.
En cuanto a la propuesta de Noemí Cinader y a María Emma Scull, siempre va a haber
una mesa y siempre hayan cartas sobre la mesa, debajo de la mesa y en la manga.
Esto es una realización del no todo. Sacar las cartas que están debajo de la mesa
daría pie a la obscenidad imaginaria. No se trata de hacer una catarsis, aunque hay algo
de eso. La verdad es un efecto, depende del contexto y se podría dejar de lado. La
cuestión es pasar del patema, de lo patético, al matema: es un poco la vía de salida
ante las paradojas que hay. Bajar un poco la expresión del sufrimiento, hay lugares
para hablar de eso. Lo que hay debajo de la mesa de tal y tal incidente se verá mañana
en pequeño grupo.
Se entiende el escepticismo de Alicia, y la salida a ésto es el matema, pero también el
pragma, la acción, lo pragmático. ¿Por qué no hay una publicación mensual en esta
Escuela? ¿son razones financieras? Si hubiera una publicación mensual, una presencia
constante del trabajo, ya la Escuela existiría más y podría demostrar la importancia
que da a la elaboración de saber de sus miembros. Podemos salir del escepticismo
concentrándonos en pequeñas cosas prácticas que cambiarían profundamente la situación
a largo plazo.
El matema debe permitir ir hacia una combinatoria de opciones. Está la elección y están
las opciones. La elección es la apuesta, es un acto que puede ser personal o colectivo, a
través de la suposición de saber a una colectividad. Como decía Lacan, una votación
ubica el SsS en la colectividad. No va a ser él quien elija en lugar de nosotros. Las
opciones se corresponden con la estructura, y es muy importante estructurar bien las
opciones, entre qué y qué elige uno, porque hay opciones que no permiten muy bien ubicar
una orientación, como por ejemplo la opción de aceptar unánimemente la conversación de
hoy, todos responden que sí, pero esto no impide que haya escepticismo, etc.
Se pueden formula tres opciones:
1. OPCION RADICAL: Volver al no todo. No sentirse más vinculados al pasado de la Escuela.
No somos más miembros de la Escuela. Esto puede indicar disolverla... En esa situación
del uno por uno preguntarse si quieren pactar y sobre qué, porque el pacto anterior está
caduco. Preguntarse hoy si quieren trabajar juntos o no, si las cartas bajo la manga lo
permiten o no, con deseo de producir. Esto implica rehacer una Escuela nueva, pero pudiera
ser que no pactaran todos, y esto no sería ninguna catástrofe. En este caso podrían
surgir grupos y el Campo Freudiano estaría preparado para acoger esto y ver si en unos
años se constituye una Escuela. En la ECFC las acusaciones mutuas sobre falta de ética
son tales que obligan a plantear la solución radical.
2. OPCION CONTINUISTA: Esta opción puede implicar reestructurar, reconstruir, «curar la
enfermedad».
3. OPCION MIXTA: Es una tentativa de tomar un poco de lo radical y un poco de lo
continuista. En esta opción entran algunas de las propuestas que se han hecho, como la de
disolución y refundación inmediata.
Es interesante considerar lo expuesto por Alicia Arenas en un e-mail enviado a
ecfc-debates:
«A mi modo de ver, la ECFC adolece desde su fundación de un adecuado marco simbólico.
Los intentos que hicimos a partir del primer Consejo Estatutario formado por Manuel,
Eduardo, Andrés y yo misma, con la presidencia de una Diana Rabinovich que ya residía en
Bs. Aires y que no participaba en absoluto en el Consejo, sin duda resultaron fallidos. Y
no por falta de trabajo, debate, inflamadas discusiones, largas reflexiones y un enorme
monto de angustia, sino por la dificultad de hacer pasar a la vida institucional este
trabajo. Creo que desde aquel momento se sentaron unas bases que resultaron insuficientes
frente a la resistencia que comenzó a forjarse en el seno de la Escuela ante unos
estatutos cuya interpretación comenzó a ser demasiado divergente y que ningún
reglamento lograba clarificar. Como consecuencia, el principio de autoridad nunca termino
de instalarse en la Escuela. Diana desde Bs. Aires decidió no ejercerlo y dejo de
responder nuestras llamadas de auxilio, hasta borrarse completamente. JAM si lo ejercía
desde Paris siendo de gran ayuda en la discusión de los estatutos provisionales que
debíamos ir convirtiendo en definitivos, asesorándonos en asuntos de institución
totalmente nuevos para nosotros, sin embargo, estaba en Paris. En Caracas, en el día a
día, no solo no contábamos con el apoyo de algunos miembros, sino que teníamos su
franca oposición. Esto creo muchas situaciones de enfrentamiento y dificultad a las que
no se encontraba salida. De esta situación fueron surgiendo los pactos entre individuos,
las alianzas entre pequeñas células (nada podía ser muy grande en una escuela tan
pequeña), la instalación también de rivalidades que se eternizaron, etc. etc. Esto, en
el fondo intentaba sustituir algo que faltaba: un marco simbólico aceptado y sus
consecuentes dispositivos de elaboración. Cada uno por su lado intentaba asegurarse de
una estructura que lo sostuviera ya que no había confianza en la estructura común que
habíamos construido. Esto por supuesto tuvo enormes consecuencias en la transferencia de
trabajo entre los miembros, que también sucedía entre grupúsculos, no como Escuela. No
es casual que la crisis en la Escuela se agudice después de los acontecimientos de
Barcelona - Conversación de Dic. 98 - al fin y al cabo la fisura estuvo en la ECFC desde
el principio, solo que sostenida con scotch tape y no terminada de asumir por
nadie. La ruptura de Barcelona la hizo emerger, ahí estaba, ahora se podía empezar a
hablar y a tomar posiciones, solo que por identificación a otra ruptura, el problema
entonces fue enunciado como o Colette o JAM. Hoy, seguramente por la irrupción de
la noción de Escuela Una, se ha hecho aun mas claro que se trata de un problema interno
que remite a las raíces de la ECFC, al deshacerse algunos pactos que si bien no hay que
negar que fueron útiles para mantener un funcionamiento y que la debacle no surgiera
antes, eran pactos que mantenían las cosas en un lugar fijo, sin permitir el
deslizamiento simbólico, la creación de nuevos significantes, los vínculos con la
comunidad analítica, la invención, en fin, el desarrollo de una Escuela lacaniana en el
marco de la AMP. La ECFC ha sido una Escuela constreñida, con dificultades de crecer y
expandirse por temor a no prever las consecuencias del encuentro con el Otro, que por
lejano y desconocido termino viviéndose como ajeno.
A mi modo de ver, la Escuela Una brinda un nuevo marco simbólico que, como toda
intervención que toca el significante, disuelve aquello que se sostenía en los
enunciados. Con respecto al re... que se decida este fin de semana, creo que
se trata de que los miembros digan si a un nuevo marco simbólico, tal vez eso se
llama disolución, no sé si parcial o total, eso podrá surgir de la discusión.»
A partir de esta introducción hecha por Miller surgieron una serie
de intervenciones:
Noemí Cinader: Cuando se reunieron los «no fundadores» hablaba de que los
efectos que los fundadores habían ocasionado en la Escuela tenían repercusiones sobre
cada uno. Hay cosas que no deben decirse, pero cada uno debe revisar esas cartas bajo la
manga para que no sigan teniendo efectos sobre la Escuela. Apoya la primera proposición
hecha por Miller.
María Emma Scull; para poder ver si se va a pactar, si se va a trabajar en
grupo, etc., hay cosas que tiene que tener claras en relación a todo este conflicto
que ha surgido últimamente, ya que han pasado cosas muy graves. Si eso no se habla todo
seguirá igual.
J-A Miller: hay también un derecho del individuo a su intimidad, y pedir esto es
muy intrusivo. Cada uno aporta a la asamblea lo que quiere aportar. No se puede convertir
la conversación en un tribunal popular.
Lina Katz: se ha apartado de la Escuela porque todo lo que ha venido sucediendo le
han hecho mucho daño. Cada vez que dice algo se burlan y no le prestan atención. ¿Qué
hizo el psicoanálisis con cada uno de nosotros si las fallas éticas son tan graves?.En
las escuelas lacanianas debería haber un comité de ética para sancionar este tipo de
cosas. Igualmente, se debe hacer una revisión de la forma en que se dan los nombramientos
en la Escuela, porque parecieran no corresponderse con el «nivel de análisis» de cada
quien.
J-A. Miller: si en una comunidad hay una división esto se vería en un tribunal de
ética. Normalmente lo que una Escuela debe vigilar es la regulación analítica y esto lo
hace el Consejo, pero en la ECFC el Consejo no está en condición de hacerlo porque está
tomado en las mismas divisiones. No hay ninguna voz que pueda pronunciarse en este
sentido. ¿Quién conformaría esta comisión? Una comisión de ética no funciona
como una máquina y no hay principios éticos de aplicación automática. La ética misma
es conflicto de deberes y conocimiento de los hechos. Eso hace que toda comisión de
ética tenga para un analista algo de ridículo. En la historia del psicoanálisis siempre
se han producido luchas entre analistas, esas son las producciones del psicoanálisis, y
¿cómo una persona analizada puede hacer eso?, precisamente, lo hacen más, son más
malos que los otros, más narcisistas que los otros y eso es prueba de análisis
En el momento en que se le informa de la ruptura entre Kizer y Portillo, Miller empezó
una investigación pidiendo el testimonio de varios colegas implicados en los incidentes y
mañana se realizará una reunión con ellos para discutir los resultados de esta
investigación y buscar una salida ante tales incidentes.
Antonio Pignatiello: Agradece al Delegado General de la AMP su propuesta, ya que de
no haberla hecho el 22 de enero se hubiese dado una permutación más y nada hubiese
pasado. Había que hacer un corte sobre una situación que se le había ido de las manos
particularmente a ciertas personas que tienen la responsabilidad sobre eso. Piensa que se
tienen que sentar las bases de algo en la conversación, su expectativa con respecto a la
misma es que se pueda dar un diálogo, que etimológicamente aludo a atravesar algo con
alguien a través de la palabra. Vamos a dignificar la palabra en esta Escuela. Ante la
pregunta ¿qué es un semáforo? Alguien pudiera responder que es una linda lámpara de
calle que tiene luces de tres colores y uno decide bajo cuál de ellas desea pasar. Otra
respuesta podría ser que un semáforo es un medio para regular la circulación del
tránsito en las calles. Aquí estamos acudiendo a la función de lo simbólico y a la
función del Otro. Hay algo que se ha roto en relación a la regulación simbólica del
colectivo de trabajo y se ha venido planteando el problema de manera errónea cuando se ha
pretendido resolver por la vía de quién tiene que encarnar el lugar de ese Otro. Esta es
una perspectiva primitiva, totémica, pero la sociedad ha avanzado bastante desde los
tiempos totémicos, no necesitamos instituir al tótem ni al Otro feroz para que funcione
lo simbólico. Si un semáforo es un sistema de regulación y funciona es porque todos
hacemos algo que hace que esa función de Otro esté operando. Muchas veces se confunde la
función simbólica del Otro con el padre imaginario, y esto ha traído muchos problemas
en la Escuela en relación al ejercicio de poder y todos los señalamientos que han
apuntado a plantear las distorsiones en esa forma de la legitimación del ejercicio del
poder han sido tomadas como agresiones personales, como intrigas, etc. Plantea que está a
favor de la disolución de la Escuela y la apertura de un proceso que apunte a la
creación de otra cosa donde cada uno sea tomado en cuenta como uno más dentro de la
Escuela.
No se trata de formar unos cuantos grupos en función de las simpatías personales. Se
trata de apostar a que acordemos unas bases mínimas para conversar. No tiene ningún
problema en compartir ese espacio con Ronald Portillo, a quien menciona especialmente
porque le ha atribuido consistentemente a lo largo de la historia de la Escuela mucha
responsabilidad en relación a los problemas de funcionamiento, siempre lo ha señalado y
ha puesto el límite donde ha sido necesario.
La cuestión es ponernos a prueba. ¿Somos capaces todos los que estamos aquí de tomarnos
uno por uno, de aceptarnos las críticas, aceptar que la palabra de uno vale tanto como la
del otro? Si estamos de acuerdo con eso podemos participar en un espacio en donde se
trabajarán muchas cosas, y ese espacio debe ser definido sobre lo simbólico.
Ronald Portillo: solicita que se le diga en qué es responsable de lo que ha pasado
en la Escuela.
Antonio Pignatiello: cuando se le plantea una diferencia a Ronald Portillo este la
toma como un ataque personal o como una intriga que hay detrás de la diferencia. Muchas
personas tienen miedo de hablar, de presentar casos clínicos o carteles y Ronald Portillo
tiene buena parte de responsabilidad en eso. En cuanto al cartel del pase, extiendo la
responsabilidad a todos los integrantes del cartel, ya que después de haber escuchado
todos los cuestionamientos sobre cómo se distribuían los lugares en la Escuela, cómo se
ocupaban los lugares de poder y cómo se hacían las designaciones de lugares e instancias
eligen como más uno a Ronald Portillo, que era ya miembro del Consejo y de la Comisión
de la Garantía. Esa decisión implica que de ocho años de funcionamiento del cartel del
pase íbamos a tener a una sola persona instalada seis años en el cartel. No es casual
que muchos de los problemas de la Escuela, los problemas con la región, con Colombia,
etc., se hayan agravado durante los últimos dos Consejos, en los cuales ha estado Ronald
Portillo, siendo presidente en uno de ellos.
J-A Miller: tal vez desde hace muchos años hubo una vinculación muy fuerte entre
Manuel Kizer y Ronald Portillo. Kizer ha expresado que había apoyado a Portillo durante
muchos años, consideraba que Portillo se había formado en Francia de manera muy seria y
que podía conducir análisis. A partir de lo que Antonio describe, se puede suponer que
existe una situación en la que se acumulan quejas y descontentos hacia Ronald que no han
podido expresarse porque eso ha funcionado como un tapón o protección, y es a partir del
22, cómo eso ahora puede surgir en el agujero producido por la ruptura. Aparte del
cuestionamiento que Antonio plantea, el cual se refiere a lo institucional, ha habido un
cuestionamiento extremadamente ofensivo hacia la ética de Ronald Portillo. Al principio
se hacía pensar que teníamos en Caracas a un transgresor terrible, pero luego al hacer
una cierta investigación de los hechos y recoger los testimonios, se ve que eso se ha
inflado mucho, específicamente el reproche de haber hablado de más de un paciente. Puede
ser que haya algo que reprochar a Ronald pero todo lo que se ha planteado por el lado de
la infamia está fuera de lugar. Son dos vertientes, un cuestionamiento institucional y un
cuestionamiento clínico, y una vez abierto ese agujero no ve de que manera se pueda
sostener la ECFC como era antes. Eran dos pilares y por eso las consecuencias son tan
graves, pues en ese agujero desaparece la ECFC, pero esto es el pasado y la cuestión es
qué vamos a reconstruir para el porvenir. Kizer ha dicho que no considera que Ronald y
él no puedan estar en el mismo espacio y Antonio rechaza la idea de grupos, así que se
ve una disponibilidad a repactar nuevamente todos. Entonces hay dos vertientes, la
institucional y la clínica, y está el pasado y el porvenir. Lo que interesa es el
porvenir.
Trinidad Sanchez-Biezma de Lander: está muy agradecida con la Escuela, hacia la
formación que le brindaron muchas personas, pero en esta oportunidad se pone al lado de
Kizer, no de su lado, sino al lado de la denuncia. Participó en el Cartel del Pase
anterior, en el cual se les quitó la posibilidad de elegir el representante del
Secretariado del Pase que continuaba. Eso lo hizo el Consejo y lo sintió como un
atropello. Hace responsable al Consejo por actuar con el desconocimiento del grupo de la
Escuela que pedía otra cosa y está en capacidad de dar otra cosa. Está por la
disolución y que de allí salga un grupo lo más grande posible que representen los
distintos sectores de la Escuela sin continuar con la segregación. Ese grupo debería
revisar los Estatutos que quedaron caducos, y tendría cuidado con el Pase y la Garantía,
separándolos de la gerencia de la Escuela.
Clara Kizer; ¿qué pasa verdaderamente en la Escuela? ¿cuándo se estableció una
estructura de poder que generó una línea que dominó la Escuela, ocupó los puestos
principales y generó toda esta situación? Antonio estaba equivocado cuando decía
que el 22 hubiéramos tenido una permutación más, porque se estaría negando la región.
Estamos ante una Escuela que está probando en acto lo que es ser una Escuela regional. La
Escuela entera clama por una escuela regional diferente, vía a la Escuela Una y vía
hacia el país del psicoanálisis. El problema es un problema político que determina la
estructuración, la distribución de cargos, la actitud frente a las nuevas generaciones,
y apareció una tyché.
Ronald Portillo; Expresa no desear referirse a los recientes incidentes porque son
cuestiones absolutamente personales, aunque tengan incidencia sobre la Escuela.
Agradece públicamente la presencia de Miller y el esquema que planteó antes en relación
a él y Kizer, ya que expresa que no se daba cuenta dentro de su propia infatuación del
soporte que ha podido darle durante todos estos años Manuel Kizer. Agradece a Antonio
Pignatiello porque hasta ahora absolutamente nadie le ha dicho lo que él le ha dicho.
Expresa que no sabía que él causara miedo en la Escuela, que las intervenciones que él
hacía eran agresivas o destructivas y le agradece porque le permite reubicarse y poder
pensar seriamente sobre esto. En cuanto a las instancias, ha formado parte de muchas
instancias, y nunca ha sido electo por la Asamblea, ha sido designado por las
instancias y quizás haya que modificar algo allí para que haya una mayor participación
del conjunto de la Escuela en esto, pero jamás le ha pedido a nadie nombramientos. Con
relación a los Consejos, expresa que los dos últimos han sido disfuncionantes, pero
siempre se han tomado las decisiones por consenso, por unanimidad luego de debatir y
conversar hasta la saciedad cada punto. Con relación al Cartel del Pase, no sabía cuales
eran las acusaciones graves en relación al Cartel, ahora pareciera que la acusación
grave es que le hayan designado más uno. Se pregunta si es que acaso él es indigno de
ser el más uno del cartel del Pase, si es que no tiene suficientes credenciales,
estatuto, consideración para ser más uno del cartel del Pase. La elección del más uno
estuvo paralizada por tres meses, pero nunca ha preguntado ni nadie le ha dicho que podía
ser un obstáculo. Expresa que tiene su estilo y que sabe que causa irritaciones, molestia
e incomodidades y el primero en querer resolver esto es él. Se da cuenta que ha sido un
factor de obstrucción institucional cuando hasta ahora pensaba que más bien era lo
contrario, que había hecho cosas por la Escuela. ¿A partir de qué se puede pensar el
cartel del Pase como una estructura de poder? Igualmente expresa que él ha ocupado muchas
instancias, pero que hasta ahora los Consejos y Directorios han sufrido para encontrar
gente que pueda trabajar en la Escuela, no se aceptan las designaciones y esto se ha visto
seriadamente en los últimos años.
J-A Miller: Esto ocurre en general cuando la gente percibe que cargos y poder son
dos cosas distintas, y que cargo es trabajo y poder es otra cosa, y a veces esto no es
posible evitarlo. Lacan fue Director de la Escuela desde el 64, año en que creó la
Escuela, hasta el 80 en que la disolvió. No ha dado un ejemplo de permutación y
eso tiene su ventaja porque si él hubiese permutado estando presente en la Escuela el
Director hubiese sido un falso semblante, y fue miembro del Cartel del Pase desde el
inicio hasta el final. La permutación es un esfuerzo para desconectar el poder de la
misma persona, pero eso no se puede hacer totalmente. Cuando la gente percibe que el cargo
nominativo no da ningún poder pero da mucho trabajo no se postulan más. La permutación
es lo que he pensado que se podía utilizar después de Lacan para organizar el grupo
analítico. Esto va con querer la Escuela, no con idealizar la Escuela. Si uno está en la
Escuela debe soportar a sus compañeros; hay una cierta medida de rivalidad, de
insoportabilidad del otro, pero debe haber un grado de solidaridad, la disposición de
hacer cosas juntos, y ésto en una perspectiva ampliada es lo que establece la Escuela
Una. Esta implica establecer una dimensión en la que todos apuntamos a la misma finalidad
con respecto al psicoanálisis. Si hay una disolución a la AMP no le interesa rehacer la
misma Escuela de ahora. Si se sigue con esta Escuela ustedes se manejan. Si se va a la
disolución se debe formar una Escuela de la cual debemos estar orgullosos, de la cual se
va a hablar bien, que va a tener una presencia en los asuntos del Campo Freudiano. Esta
Escuela sería para los que están a favor de la Escuela Una, de la AMP, los que apuestan
al 100%.
Ronald Portillo: Termina con la lógica del no todo. No sólo él ha formado parte
del Cartel del Pase, considera que la carta de Kizer no sólo va dirigida a él. Sobre su
ética expresa que es su práctica la que puede hablar y no él.
Amílcar Gómez; fue miembro del Consejo anterior a éste y da fe de que
efectivamente no había imposiciones, pero pasaban cosas. Durante ese período denunció
lo que a él le parecían violaciones éticas de la privacidad del Consejo. Igualmente
denuncia que recibió un fuerte maltrato verbal por parte del mismo, por los efectos
que produjo el Anuario al llegar a la AMP. Miller aclara que la AMP recibió con
estupefacción el Anuario ya que se menciona a Diana como fundadora, dejando de lado la
labor de la AMP. Igualmente, Amílcar denuncia que pidió hacer el pase y no sólo la
Escuela supo de su petición, sino que se comentó que cómo podía pedir él hacer el
pase si se había analizado con alguien de la IPA. Suscribe igualmente lo que dice Antonio
Pignatiello en relación al maltrato, especialmente durante las presentaciones clínicas,
pero expresa que eso no sólo se lo atribuye a Ronald Portillo, sino también a Gerardo
Réquiz, a Julieta Ravard y a Luigi Luongo. Propone revisar el pacto simbólico, pero no
disolver la Escuela
J-A Miller; Está de acuerdo ya que esto es algo fundamental dentro de la
regulación analítica. Efectivamente el Pase no puede funcionar si no se le garantiza a
los pasantes que el mismo se va a dar dentro de un ámbito totalmente regularizado.
Juan Luis Delmont; retoma el punto de la estructuración de las opciones. La
opción radical es la que surgió a partir de la Asamblea del 22 y está realizada de
hecho hoy en tanto se suspenden los títulos, instancias, etc. Esa opción radical no
supone que cada quien haga su grupo. La idea no es fomentar grupos, lo que es diferente de
hacer grupos. Me parece suficiente con que la conversación se haya dado, pues es lo
contrario de lo que había en la Escuela un progresivo descalabro de la producción y de
la Escuela misma como instrumento, como Escuela de la AMP. Se trata de forjar el
instrumento de la Escuela con los que quieran hacerlo.
Hay una forma de manejar la política de la Escuela que no se puede aceptar. No se puede
confundir la astucia ni el instinto con la inteligencia política que necesitamos para
salir de esto. Se refiere específicamente al uso para manejo de poder de las infamias de
las que se ha hablado. Cuando Ronald se refiere a que el problema originario de la Escuela
es que era como una horda, etc., trata al grupo en base a esa interpretación. Ronald
responde en la lista de debates que ya no es en términos de horda, sino de «bella
encantada» y de nuevo se justifican los manejos que han imperado en la Escuela para
establecer puntos de poder. La pregunta sería entonces ¿el cartel del Pase se transforma
en un instrumento de poder? ¿la gente que es nombrada en el cartel es nombrada en base a
manejos políticos?. Si Ronald no cambia su posición de siempre buscar una
interpretación que considerar como minusválidos políticamente al conjunto de la gente
que trabaja y la concepción de que hay que manejar para orientar, respecto a esto
difícilmente se aceptaría, expresa Juan Luis, trabajar a futuro, hacia la Escuela que
quiere, con una Escuela que funcione así.
Esta fue una de las razones para que no se haya dado lo de la Escuela ampliada a la
región, y no porque era mucha responsabilidad para la Escuela. El Pacto de Caracas es
evidencia de ello, pues se inició con unas relaciones de horizontalidad y no a partir de
alianzas y «tejemanejes» para los nombramientos.
J-A Miller: aclara que no ha dicho que deseaba grupos, pero cuando pensaba que la
ruptura Kizer-Portillo era definitiva vio eso como la única visión política posible. Si
no podían pactar entre ellos para estar en el Campo Freudiano debían formarse grupos
aparte. Posteriormente Manuel expresa que puede reanudar relaciones porque no quiere que
esto sea un obstáculo en el porvenir de la Escuela. Eso cambia las cosas. En relación a
esto Juan Luis dice «hay condiciones», «si Ronald no cambia no pactamos».
Juan Luis Delmont: precisa que su posición no es la de que si Ronald no acepta
cambiar haya que hacer varios grupos, plantea que el grupo que decida hacer la Escuela
debe discutir eso y Ronald tendrá que decidir si acepta trabajar en estas condiciones o
no, si acepta las condiciones de un pacto simbólico nuevo. Y esto se refiere no solamente
a Ronald sino a cada uno.
J-A Miller: son dos criterios diferentes. Uno es el de la declaración de la
Escuela Una y otro es el cambio supuesto de Ronald. Esto es importante para pasar
del patema al matema. La declaración de la Escuela Una es un texto colectivo, una
elaboración colectiva y la propuesta es suscribirse o no a la declaración de la Escuela
Una. El cambio de Portillo está dentro de otro orden. Evaluar este cambio es muy
difícil. Será un acto de fe. E igualmente es muy difícil construir el futuro de una
institución de muchos años sobre el cambio de Portillo. Se deberían buscar cosas más
objetivas. Supuestamente esta Escuela ha sido creada en el marco del Campo Freudiano desde
el inicio. Pensé que se podría dar el nombre de Escuela al grupo de Diana. En su casa se
hizo una reunión de la Garantía para escuchar los informes dados por Diana y como
consecuencia de eso se nombraron los cuatro primeros AME de las Escuela. De allí que no
se pueda sentir exterior a la Escuela, forma parte de las coordenadas simbólicas de la
Escuela a pesar de la distancia geográfica. Mi error es haber considerado a la Escuela de
Caracas por muchos años como una Escuela especial, por la confianza en los que manejaban
la gestión. La AMP no se metía en esto. Fue una sorpresa para Graciela Brodsky el saber
que no había consulta previa para los nombramientos de AME o de miembros aquí, cuando la
EOL consulta todo a la AMP. Ese privilegio ha terminado, no va con los tiempos. Los
excepcionalismos tienen que terminar, incluyendo los de la Escuela de la Causa...
Antonio Pignatiello: tenemos que empezar por lo más básico: carteles, garantía y
pase. La Escuela funciona con un conjunto de gente que se autoexceptúa de la posibilidad
de hacer carteles. Es algo que hay que revisar y discutir. Allí cada uno va a tener que
tomar posiciones y cambiar. Hay que hacer un recorrido por la palabra para acordar qué
entendemos por Escuela.
J-A Miller: Los carteles no se implementan muy bien en América Latina, esto no es
fundamental, ni es discriminante. En cuanto al pase hay un acuerdo general sobre sus
principios y la Garantía es una cuestión de procedimiento. La participación en la
Escuela Una sí es un criterio discriminante. Lo importante es ver uno por uno quien
quiere pactar con la AMP y quien no...
Susana Strozzi: Creí entender, a partir de una de las últimas intervenciones de
Miller, que se banalizaba o se disminuía la importancia en relación al funcionamiento
del cartel y del pase como mecanismos que garantizan la función de la Escuela como
instrumento, y que en cambio la opción y la escogencia por el uno por uno es lo que sí
garantizaría un adecuado funcionamiento. Considera que las fallas son justamente una
expresión del modelo dominante en la Escuela, el discurso del Amo, y que justamente los
mecanismos que garantizan la no caída en el discurso del Amo son el cartel y el pase.
J-A Miller: ningún mecanismo garantiza nada. La cosa es saber qué resultado
podemos esperar de esta conversación. Por supuesto que deben funcionar como deben, pero
eso no es garantía. Estoy tratando de sacar de la conversación lo que puede ser útil en
las tres o cuatro horas que quedan...apunto a la relación de la Escuela con la AMP, con
el conjunto de las otras Escuelas...
Gerardo Réquiz: En cuanto a la relación de las escuelas con la AMP, Miller le
dice que la AMP no puede ser una exterioridad y Gerardo opina lo mismo, que efectivamente
la AMP no puede ser una exterioridad, pero que lo ha sido. ¿qué ha pasado que no supo lo
que estaba pasando en la Escuela? Con la AMP hay que hacer equipo de trabajo. Es una
extimidad donde eso éxtimo es también íntimo... que no sea una regulación del
exterior, sino una tensión necesaria con un Otro... En cuanto a las tres opciones, no
sabe si la disolución va a ayudar. Estaría de acuerdo m s bien con una opción mixta.
Lina Katz: Todo se reduce a una cosa: o nos adherimos o no nos adherimos. No está
de acuerdo con que se le reste importancia a la permutación.
Manuel Kizer: Plantea dos niveles de discusión: el de nuestros problemas, que se
ha centrado principalmente en el problema Portillo-Kizer, y el de la producción. La
producción en psicoan lisis es de saber, pero puede ser también de goce, inclusive de
estrago. Esta Escuela sí produce trabajo y enseñanza, que no se publiquen o que no se
conozcan es otra cosa. Sigo en la dirección de avance de la Escuela en este momento, que
es la dirección de la Escuela Una. Plantea que la ECFC tiene un prestigio a nivel
nacional ganado, bajo el nombre de escuela lacaniana. Hay que pensar en todo esto. ¿si la
propuesta es sí o no, todas las escuelas entran en esto también?
Ayesa Balliache: Est a favor de la disolución, del uno por uno,
entendiéndolo como que cada uno de nosotros estamos movidos por el psicoan lisis de
alguna manera. ¿cómo vamos a hacer eso? Ya veremos. Lo importante es haya una
producción, eso es lo que puede sostener la Escuela. En cuanto a los cambios de las
personas, la gente no cambia. La cosa no va por ahí. Se debe permitir que las cosas
fluyan y medir por el lado de la producción.
Luigi Luongo; Quisiera diferenciarse de Ronald, ya que toda la mañana lo han
asociado con él. Cuando ha estado en alguna instancia de la Escuela ha sido porque la
Asamblea lo ha elegido. No obstante, ahora ve que Ronald no es el malo de la partida, él
también comete errores, pero le hubiera gustado que se lo dijeran antes y no después de
15 años. Se disculpa por haber sido agresivo, pero expresa no haber tenido segundas
intenciones como se le ha dicho. Considera que el pacto es caduco y la Escuela también.
Tenemos que hacer otro pacto, no otra Escuela, son dos cosas diferentes. El modelo Escuela
sigue siendo muy útil para nosotros. Lo importante es seguir trabajando.
J-A Miller: Sería un pacto de semblante. Pactar sería: si pactamos estamos
juntos, si no pactamos no estamos juntos... Son promesas vacías... ¿Si ya estamos en la
Escuela qué significa pactar nuevamente?
Julieta Ravard; La palabra disolución le parece muy fuerte, pero es la que escoge
como proposición porque no ve otra salida. Hay que hacer un pacto, pero ¿con quién
vamos a pactar? ¿qué vamos a pactar? A pesar de que ha habido un corte radical a nivel
personal con Ronald Portillo, ha podido seguir trabajando con él, pero hasta hoy no le
parece que no pudiera hacerlo con algunas reservas que las expuso en el cartel y mañana
serán discutidas. El punto fundamental es cómo lo íntimo se maneja en lo
colectivo. Le preocupa el que se pase de la sospecha a la certeza, sin verificar ni
preguntar a la persona. Eso es terrible. Eso no le interesa. Considera que en esta Escuela
ha habido acto analítico, pero ¿qué ocurre cuando a cada uno de nosotros se nos pueda
ir de las manos lo que es manejar el acto analítico, hacer un acting-out de la
transferencia y del acto analítico? Estoy trabajando sobre eso.
Mario Elkin Ramírez: siguiendo el grafo que hizo J-A Miller en la mañana, expresa
que esos lugares pueden ser ocupados por cualquiera, y que si se hace un nuevo pacto y se
tapona eso que emergió esto no sirvió para nada. Hasta ahora ha aparecido un problema
político, el ejercicio de una autoridad vertical que no permuta, que no produce, que
utiliza la manipulación y que no consulta sus decisiones. El otro problema que ha
aparecido es el de la desconfianza, cuando se utiliza el material clínico para obtener
poder, etc. Eso es lo caduco. Estoy por la opción radical, una disolución y una nueva
Escuela regional lacaniana donde se construya una cosa distinta.
Ruth Hernández: Está de acuerdo con la apuesta del 100%, o es así o no es. Se
tiende a ver el trabajo como una imposición y no como una cuestión de deseo. También
expresa que la Escuela debe aprender de los errores cometidos, retomarlos y discutirlos.
Ha recibido mucha crítica por pertenecer al IADA, pero la Escuela no funciona como
instrumento para las personas que hacen clínica con niños, mientras que el espacio que
brinda IADA sí. Y aunque las críticas generalmente han venido de personas que están en
instancias superiores, expresa que eso no le ha impedido trabajar. Cuando decimos que
Ronald produce temor o inhibición tenemos que ver que eso también lo sostiene uno,
responde a eso de una manera o de otra. En cuanto a los errores cita uno que tuvo efectos
importantes en ella. A la reunión de AME en la que se iba a elegir un miembro del cartel
del pase no fueron invitados todos los AME. ¿por qué? Eso hace pensar verdaderamente que
el cartel del pase de maneja como una estructura de poder y genera desconfianza en el
dispositivo. Está a favor de la disolución, y en una nueva Escuela la asamblea debe ser
el Otro de la Escuela, debe elegir todas las instancias y lugares. Lo que planteaba Ronald
al principio de que «no se consiguen personas para ocupar ciertos lugares» tiene que ver
con que siempre se les pregunta al mismo pequeño grupo, lo que además genera que cada
uno de ellos ocupe varios lugares simultáneamente. Le preguntaron a Luigi si quería
estar en el Consejo porque siempre dice que sí, pero le han podido preguntar a muchos
otros miembros que tienen un recorrido importante y un deseo de trabajar por la Escuela y
por hacer existir el Psicoanálisis en Venezuela y la región.
William Hobaica: Cuando envía su proposición acerca de qué hacer con la
situación de la Escuela, le llamó la atención de que había una serie de elementos en
los cuales no se reconocía un trabajo de Escuela. Pareciera necesario empezar muy abajo.
Al pensar esto sintió una gran libertad, pues se dio cuenta de que podía trabajar por la
orientación analítica desde cualquier punto de vista, en carteles, hacer un grupo de
estudio alrededor de un texto... Pero está un significante: Escuela del Campo Freudiano
de Caracas, que va a desaparecer, y hay muchas realizaciones en relación a él. Piensa
que se haría un gran daño a la orientación lacaniana borrando este significante.
Considera que la disolución es un concepto analítico. Se puede disolver y conservar ese
significante, pero Escuela del Campo Freudiano en formación. El uno por uno implicaría
que vamos de nuevo aplicar toda la causa freudiana. Será necesario que exista acá al
menos una estructura mínima que permita organizar trabajos, publicaciones, validarlos,
etc. ¿esta es la opción radical? ¿desaparece el significante Escuela del Campo
Freudiano de Caracas?
J-A Miller: efectivamente esa es la opción radical. La opción radical tiene su
consistencia: es radical.
William Hobaica: está de acuerdo entonces con la opción radical, empezar desde
cero, asumir las consecuencias y a trabajar si es necesario.
Carmen Navarro: Tendría confianza en que la Escuela se disolviese si eso fuera
necesario, e igualmente el hecho de que no se haya hecho una designación de AE en la
Escuela le da más confianza porque prueba que no hubo ninguna componenda para hacer un
nombramiento. Propone el «renacimiento» de la Escuela, buscar renacer de algo que se
perdió. Vemos como se avanzó en la cultura con el Renacimiento.
J-A Miller: hay que hacer una distinción entre renacer y nacer. Los renacimientos
son imposturas. El Renacimiento de las artes al cual usted alude era una pequeña
impostura. O uno nace o no nace. ¿retomar las condiciones de la creación de la Escuela?
Esto no sería muy apetecible.
Carmen Navarro: la idea de renacimiento implica retomar lo que puede servir. Está
a favor de la disolución.
Gustavo Zapata: En el año 98 ya había propuesto la refundación de la Escuela, y
lo que estaba buscando es lo que se está dando hoy, la efectuación de una comunidad de
trabajo. Este es el primer paso en la vía de una nueva fundación, y es lo verdaderamente
importante. Colocar en el porvenir a la Escuela Una es la forma de avanzar hacia un nuevo
pacto. Está a favor de la opción de la disolución y suscribe la declaración de la
Escuela Una asumiendo la lógica del uno por uno.
Lupe Tobía: a partir del grafo realizado por Miller coloca encima a ------- S
tachado y plantea si no es eso lo que falta en la Escuela. No está de acuerdo con la
disolución a menos que se establezca la diferencia entre la disolución por la vía del
acto o por la vía de no ver algo que nos horroriza y que no queremos ver.
Gustavo Arredondo: ¿Cómo aplicar la frase «mañana es hoy» a lo que está
ocurriendo? Lacan dice que en la formación del analista hay un real, que se instala en la
Escuela, y que es contra ese real que luchamos en la institución, pero también dice que
ese real produce su propio desconocimiento. En las intervenciones hechas hasta ahora hay
una cierta «miopía» del problema. La Escuela para los venezolanos sigue siendo la de
Caracas. Pocas intervenciones integran el deseo de crear una Escuela regional. La Escuela
Una nos acercaría a lo que más se puede parecer a una comunidad científica, donde
cuente poco lo imaginario, los cuerpos, y lo importante sea la producción de un saber. No
parece ser el psicoanálisis lo que causa el deseo de la comunidad analítica de la ECFC.
Debemos colocar nuevamente al psicoanálisis en el lugar de la causa del deseo. La
invención de nuevas formas de funcionamiento nos permitirían combatir ese real y el
desconocimiento que produce. Para ello podemos utilizar la electrónica en este momento.
Clara Kizer: El Directorio debe estar en comunicación permanente con la comunidad
de la Escuela y poder traer esto al Consejo. En la Escuela esto estaba totalmente
fracturado, cada quien funcionaba por su lado. A partir del tres de octubre se abre el
debate. Al mismo tiempo, la Escuela está desvinculada de la sociedad, de la región y de
lo internacional. Este encierro evita la confrontación con otros saberes y ahorra
hacer el esfuerzo de estar al día. Propone un comité de transición para estudiar
los problemas institucionales. En cuanto a las tres propuestas esta se acerca más a la
disolución, pero plantea que debemos considerar nuestras particularidades e ir hacia una
escuela regional.
J-A Miller: las 14 intervenciones permiten tener un panorama de las
posiciones y dado que se ha dado el libre derecho de palabra los silencios son tan
importantes como las tomas de posición. Señala que las personas que no se suscriben a la
declaración de la Escuela Una no se han expresado. Escribió un comunicado hace dos días
al Consejo de la AMP y ha planteado en la conversación que de las tres opciones la
radical le parece la más prudente: retorno al uno por uno, nuevo pacto sobre la base de
la declaración de la Escuela Una y establecimiento de una Escuela en Formación. Gerardo
Réquiz, después de haber descrito terriblemente el estado de la Escuela en ecfc-debates,
termina hoy diciendo «no hay que tocar a la Escuela», «no hay que disolverla», «hay
que hacer un pacto nuevo entre sus miembros». No ve coherencia en esto. Luigi
Luongo ataca y pone en cuestión tantas cosas y termina diciendo no a la opción radical,
hay que reacomodar la Escuela. Manuel Kizer produce la carta bomba y a la vez en su
intervención dice que sería imprudente tocar a la Escuela demasiado, expresa que la
producción de saber avanza en la Escuela, que es muy complicado disolver, que la ECFC
tiene un prestigio nacional de gran importancia, por qué se le pide a la ECFC una
disolución si no se le pide a las otras Escuelas, etc., y William Hobaica, que había
renunciado al Consejo y pensaba que tanto el Consejo como el Directorio debían renunciar,
plantea una restauración. Ve como un retroceso frente al vacío de una discusión.
Amílcar, después de haber planteado que en esta Escuela había infamias horribles, etc.,
concluye en que conservemos la Escuela con todos juntos dentro. Lupe Tobía dice de la
Escuela cosas terribles a veces, pero concluye también en que conservemos la Escuela. Tal
vez han descubierto que quieren la Escuela a pesar de lo que dicen. Plantea que si
queremos vivir hasta el fin de los tiempos con los fundadores y los no fundadores podemos
seguir con esta Escuela, pero que eso es puro semblante. La AMP no reconoce esta
categoría de miembro fundador porque eso cierra el porvenir. La única manera de borrar
para siempre esto es una nueva fundación, donde todos sean fundadores, es decir la AMP
fundadora. Diana Rabinovich no ha sido la fundadora de esta Escuela. Su mérito ha sido
agrupar la gente y trabajar con ellos ocho años para formar a los interesados en
Lacan. Le está agradecido. La Escuela se ha fundado sobre los resultados de su trabajo,
pero la funda el Campo Freudiano. Su confianza en la gente de Caracas lo hacía retroceder
ante la línea de defensa de la ECFC. Pero la AMP no puede sostener ni aceptar una
Escuela en la que se diga hay infamias entre los miembros, no se puede dejar un foco de
epidemia así, porque el día de mañana se va a desbordar y se dirá que es culpa de la
AMP. Esto hace que la validez de los títulos dados en la Escuela sea cuestionable. Por lo
menos, como dice Carmen Navarro, no se ha dado el título de AE, porque es algo que se
verifica por todo el mundo. Conservar el nombre de la Escuela es asegurar la continuación
de fundadores y no fundadores, es proteger los equilibrios medio implícitos de la
Escuela. Parece que esta Escuela le conviene a Luigi, a Gerardo Réquiz, etc. Considera
que hay intereses fuertes a conservar lo que hay actualmente aunque se peleen entre ellos.
Una Escuela es un instrumento para la lucha de la reconquista del Campo Freudiano, en
contra de la IPA y todo lo que ha ocupado el campo freudiano. Pareciera que la verdadera
pasión de Lina Katz no es por el avance del psicoanálisis, sino por ir en contra el
poder interno de la Escuela.
En cuanto al tema del 100% apunta al sí o al no, al principio mismo del binarismo
significante. La Escuela, tanto más en el momento de su creación, no es el lugar de la
división subjetiva. Para eso están el soñar, el analizarse, etc., pero hay momentos en
la vida en que hay que actuar, y hay cosas que solamente se actúan bien solamente al
100%. La AMP es de militantes, militantes del psicoanálisis. Este es el sentido mismo del
Acto de fundación de Lacan. No es la creación de una sociedad de analistas que se
reconocen los unos a los otros, es un agrupamiento para una reconquista, es una base de
operaciones. Si se pierde esa idea de la Escuela como un instrumento de lucha tenemos
entonces un lugar confortable, etc., y hay clubes para eso.
Cuando William habla de perder el significante de la ECFC sería un gran daño a la
orientación lacaniana, le dice que no, que al punto en el que estamos será un alivio
colocar esta Escuela en la historia. Reemplazar esta Escuela por una Escuela nacida en el
siglo XXI, con un nuevo nombre que será la Escuela ampliada nos permitiría cerrar ese
capítulo de la historia. Tener una Escuela de los presentes, de los activos. ¿cómo
pueden decir que van a pactar de nuevo después de todo lo que se ha hablado? Eso es puro
semblante. Los detalles habrá que discutirlos paso a paso. Pero en su opinión si hay que
hacer desaparecer esta Escuela. Vamos a ver cómo evolucionan las cosas en los dos meses
que vienen con la continuación del debate en la lista electrónica. Si se diluye
demasiado el tema y se observan demasiadas cosas en contra, una solución muy simple
sería conservar la ECFC a la búsqueda de su refundación, disolución, nuevo pacto, etc.
, y la AMP crea una Escuela nueva totalmente e invita a los que se reconocen en la
base de la Escuela Una a participar en ella. Así dejamos que la ECFC se disuelva
lentamente con el tiempo. De todas maneras vamos a salir de esta historia, aunque sea con
10 personas comprometidas al 100%. En la conversación ha surgido un bloque inédito pero
que esclarece mucho lo que no venía funcionando, es decir, un acuerdo implícito a pesar
de luchas internas.
Amílcar Gómez: La posición de conservar la Escuela no es conservadora. Se trata
de recordar que hay un pacto. Somos militantes de la causa freudiana. Ha habido
infidencias del acto analítico que deben ser señaladas por el bien de nosotros. Invita a
su analista a hacer comunidad, porque no lo hizo con él.
Evelyne Luchini: Considera que hay una dificultad en la Escuela y en el país para
respetar un pacto simbólico. Pone el ejemplo de la dificultad de la Escuela para aplicar
los estatutos en lo referido a las finanzas. Hay un pacto pero hay excepciones. Después
de planteada la crisis financiera de la Escuela, se logró que el Consejo aceptara aplicar
los estatutos para la fecha de la asamblea, pero todavía hay personas que constituyen
«excepciones» y siguen siendo miembros a pesar de no pagar. Si vamos ha hacer un pacto,
hay que respetarlo, uno por uno, sin excepciones.
J-A Miller: eso es algo esencial. Hay que aplicar el reglamento a la letra. Si se
arma una nueva Escuela, se debe sostener con las cotizaciones de sus miembros. El hecho de
que la Secretaria de Finanzas deba hacer cumplir los Estatutos por el consejo es algo muy
revelador del estado real de la ECFC.
Juan Luis Delmont: Plantea que dar un salto cualitativo es dar un salto, y aquí
hay un vacío. Forjar de nuevo el instrumento implica acabar con el instrumento anterior,
aún si se toman los mismos materiales del instrumento anterior. Que se pierda el
significante ECFC no implica que eso no sea para lograr una mayor representación o un
mejor nombre. Habrá que crear algo sobre la disolución en concreto y cuáles son las
condiciones para ir hacia un nuevo pacto y hacia la fundación de algo nuevo bajo la
égida de la AMP.
J-A Miller: se necesita ahora lo que hemos llamado en Francia una
contraexperiencia.
Ronald Portillo: Hay efectivamente una necesidad de ampliar la Escuela a la
región. Mis compañeros de la región me han señalado que no me pronuncio en relación
al Pacto de Caracas. Tengo que ser honesto y sincero, no he sido el más ferviente
admirador del Pacto de Caracas al comienzo, por el problema de la Escuela. Considera que
primero hay que resolver las cosas en el seno de la Escuela. Pero considera que una vía
de salida a esta situación es la constitución de una nueva Escuela integrando a la
región. Está a favor de la opción radical y expresa su absoluto y total compromiso con
la AMP y con la declaración de la Escuela Una. Está dispuesto a pasar por encima de
todas las denuncias que se han hecho en su contra con el fín de intentar una
contraexperiencia, con el fin de trabajar.
Eduardo León Vivas: No está de acuerdo con algunas de las cosas dichas
previamente. No ha seguido sujeto al significante Diana Rabinovich. Eso forma parte de la
historia. Además, nunca se ha sentido fundador. El haber estado en la fundación de la
Escuela no da ningún derecho a tomar decisiones sobre el futuro de la Escuela. No
queda otro camino que la disolución. Al principio no lo quería aceptar, pero hoy
considera que es el único camino que queda para mantener una Escuela frente a la AMP y la
Escuela Una.
Noemí Cinader: Al hablar de refundación, reconstrucción, etc., sintió mucha
angustia, porque en este momento no cree que estemos en posibilidad de tomar la opción
continuista. Con toda la angustia que se pueda sentir, hay que lanzarse para poder
resolver las cosas. Yo me suscribo en el uno por uno, al 100% y lo que después pueda
venir lo construiremos entre todos.
J-A Miller: De todas maneras no podemos ir de una manera ciega. Si se desprende una
tendencia en esta dirección tendremos que estudiarlo bien porque hay muchas opciones
distintas sobre cómo hacerlo. Lo que tenemos que ver es si vamos en esa tendencia.
Manuel Kizer: Plantea que ha habido un malentendido. Sería para mí muy fácil
agregarme al coro de la disolución porque hace más de dos años y medio vengo pensando
en esta disolución de la Escuela. El malentendido es porque no sé cómo es una
disolución de la Escuela ni cómo hay que elaborarla. Hay que dar algunos pasos. ¿qué
implica eso?¿suspendemos las actividades?
J-A Miller: en el Artículo 41 de los Estatutos, título XVIII, De la disolución
de la Escuela, dice: En caso de plantearse la disolución de la Escuela el procedimiento a
seguir es el mismo que se especifica para la modificación de los Estatutos. La Asamblea
Extraordinaria se pronuncia sobre la disolución de la escuela y la devolución de sus
bienes a una o más Asociaciones que tengan la misma finalidad. Igualmente ratifica el
nombramiento de uno o más comisarios liquidadores que ha sido previamente hecho por el
Consejo Estatutario. La disolución es un acto perfectamente bien regulado por los
estatutos judiciales.
Gerardo Réquiz: Considera no haber sido tratado con justicia por Miller en cuanto
a la interpretación que hizo anteriormente. Cuando habla de pacto simbólico se refiere a
pacto simbólico roto por la obscenidad imaginaria que invadió la Escuela y que no hacía
posible su funcionamiento, el pacto simbólico que hiciera posible el acto de una
Escuela. El verdadero continuismo es el de los vicios que se puedan trasladar a lo que sea
que hagamos. Suscribe la disolución si permite que se de ese pacto, y le gusta la idea de
la Escuela regional.
Inés Lara de Anderson: Considera que por fundar de nuevo la Escuela o utilizar
otro significante no se garantiza que las cosas cambien. Pero yo quiero comprometerme con
lo que decidamos para continuar en esta reconquista del campo freudiano, perteneciendo a
la AMP y en la dirección de la Escuela Una. Yo sí he sentido que existía la Escuela y
no me puedo imaginar mi vida sin Escuela, sin el psicoanálisis.
Luigi Luongo: Considera que no ha sido tratado con justicia por Miller. El hecho de
ser de los continuistas no implica que haya una intención por la cual queremos permanecer
en el mismo lugar por quién sabe que proyecto particular. Me siento maltratado, pero me
siento más maltratado por mis compañeros de Escuela que en todo asintieron. ¿Qué va a
pasar ahora? Estoy asustado, simplemente es el sindrome asustatorio del salto al vacío.
Hace dos años, siendo yo Director, declaramos la crisis en esta Escuela así que no se
puede presumir que tengo uno que otro interés en que las cosas sigan así... Puedo
cambiar de idea, yo quiero que esto vaya hacia delante, pero quiero tener un tiempo para
pensar cómo hacemos este salto al vacío. Tengo la impresión de que el salto al vacío
se hace, el salto al vacío si uno lo piensa no lo hace... Mi compromiso con el
psicoanálisis, con esta Escuela -tenga el nombre que tenga- con la gente que está acá y
con Ud. mismo, es absolutamente inconmovible, no se mueve.
J-A Miller: No es la misma cosa saltar al vacío con el paracaídas que saltar sin
él y es otra cosa también, que el avión esté en el suelo. La cuestión no es saltar al
vacío sin paracaídas; se trata de no quedarse en el avión estando este en el suelo. No
estoy para nada en posición de ir de manera ciega .
Ha sido un gran gesto de la Escuela acoger a colegas de Perú, Colombia, Ecuador, es una
acogida que ya existía y que permitiría una nueva fundación; será la Escuela de todos
que corresponde a este momento. Han sido Uds. quienes han incluido como miembros a
muchos de la región. Yo he sido informado de esas inclusiones, pero el acogerlos ha sido
algo interno de la Escuela. La presencia de ellos en la Escuela ya implica mutaciones,
ya hay una dinámica. El pequeño grupo creado alrededor de la valiosa enseñanza
de Diana Rabinovich , en los años 70' , ya no está a la medida de lo que se trata de
hacer en gran parte de América Latina. Hay que repensar las estructuras, el
funcionamiento, el método interno de recoger las cotizaciones, las publicaciones; es una
renovación; creo que eso necesita una discontinuidad. Con el respeto debido a la Escuela
de Caracas, ella ha sido maltratada por muchos y podemos suscribirla con su dignidad en la
historia.Me disculpo con Luigi si lo he maltratado o no lo he tratado con justicia, fue el
reflejo de mi sorpresa ante lo que dijo, tal como ante Manuel. Parece que hay una
tendencia general en el sentido de la discontinuidad. No veo fuertes argumentos para el
continuismo.
Trinidad de Lander: Considera que la disolución no tendría que invalidar la
producción actual de la Escuela. Necesitamos una gerencia mínima hasta que la solución
de disolución se dé; esa gerencia mínima debería comprender finanzas. Por otro lado
propone que a esta conversación se la podría considerar como primera y que de esta
arranquen otras.
Andrés Molina: También está por la disolución. En Maracaibo la Escuela siempre
ha tenido un valor simbólico, el trabajo que realizamos allá se hace desde la Escuela y
desde la A.M.P. Si la Escuela tiene estos problemas que vemos, creo que es el momento de
disolverla pero no estamos disolviendo en el vacío sino, afortunadamente, con la A.M.P. y
con la declaración de la Escuela Una. Hay unos documentos, unos matemas sobre los cuales
una nueva Escuela se va a proyectar. Propone un Consejo inicial con un miembro de cada
país, con una lista de discusión y una presencia, cada tres meses, en los eventos que
normalmente hay. Me gustaría que en este primer Consejo estuviera el Delegado de la
A.M.P. Los nuevos lineamentos y los nuevos Estatutos creo que se pueden empezar a escribir
desde ya.
J-A Miller: Su intervención me hace pensar en la disolución tal como está
prevista en los Estatutos. Está previsto que en caso de disolución se dan los bienes a
otra Asociación, pero se necesita que esta exista. No hay nada que impida empezar a
pensar la nueva, aunque es mucho más simple crear la nueva que disolver la antigua. Si
vamos en ese sentido podemos tener perspectivas bastante rápidas.
Antonio Pignatiello: Hay dos temas que se han puesto sobre el tapete: uno el lugar
de la E.C.F.C. frente a la sociedad. Pienso que no se pierde nada frente a la sociedad
disolviendo la Escuela; al contrario, si lo sabemos hacer podemos dar una enseñanza a la
sociedad de una Institución que se atreve a revisarse a sí misma. Ciertamente
vivimos en un medio cultural donde hay una particular forma de relación con el pacto
simbólico. Espero que desde la Escuela podamos marcar la posibilidad de hacer las cosas
distintas. La segunda cuestión que me parece importante tener en cuenta. Una caricatura
que se pegó en la cartelera refleja el sentir de los estudiantes del Instituto y que dice
«lo malo es que nosotros, sin quererlo, estamos en la mitad de este pleito». La Escuela
creó un Instituto de Clínica Psicoanalítica y un contrato con un grupo de personas a
las que les ofreció un contrato de trabajo, el vacío no puede ser para ellos; a ellos se
les debe garantizar la continuidad de su plan de trabajo. El vacío es para quienes nos
toca, como tampoco la disolución es para que se cierren los seminarios, ni las
actividades, esto debe quedar claro. El vacío es el vacío simbólico sobre el cual hay
que saber saltar.
En cuanto a una Escuela regional, el Pacto de Caracas lo será desde el momento en que
así como hay analistas que van a Ecuador, Colombia, Perú, a los otros países, de la
misma manera haya analistas de esos países que vengan a Venezuela a dictar seminarios. Si
podemos asumir así al Pacto de Caracas, podemos pensar la Escuela regional como una
Escuela en situación de paridad.
Gustavo Arredondo: Ronald dijo «queremos crear una Escuela que integre la
región» y Luigi: «una Escuela con el grupo de gente que está acá». Debemos construir
un enunciado más preciso hacia el futuro: «la comunidad analítica de la región toma la
decisión de construir una Escuela».
Lil Hernández: Considera que ya ha sido suficientemente debatido el tema de las
ruindades producidas entre los miembros de la Escuela. Considerando la extensión que
ahora tiene la Escuela en relación a la región, ese significante E.C.F.C. que nos es tan
caro, realmente ha quedado caduco. Se inclina por la disolución, aunque eso produzca
disolución o desolación.
Juan Luis Delmont: Resalta que el primer paso se dio con la posibilidad de
conversar; y esto fue posible gracias a la disolución de los pactos políticos. Se trata
de conversar hacia crear una nueva Asociación en donde se pueda seguir conversando. En
este momento la declaración de la Escuela Una ofrece un instrumento de trabajo para
conversar. Pareciera que eso tiene que hacerse con la presencia de toda la región en
condiciones iguales de conversación, la presencia de todos los miembros o ex -miembros en
curso de ser miembros de la Escuela.
Elena Sosnowsky: propone grupos de trabajo en cada país de la región para
proponer estatutos.
J-A Miller: Sigo lamentando que no hayan tomado la palabra los colegas a quienes la
declaración de Escuela Una plantea un problema. ...No quiero irme sin dejar algo asentado
como resultado, sino sería como justificar el escepticismo de Alicia Pizani, sería
justificar las dudas de las cartas bajo la manga, etc. Quiero dejar algo
asentado que a la vez no sea cerrado, que permita la apertura. Distingo dos cosas: lo
antiguo y lo nuevo. Ya hay quienes consideramos la E.C.F.C. como lo antiguo y está la
otra vertiente que consiste en crear lo nuevo. La discontinuidad significa que no estamos
pendientes de lo que pasa en lo antiguo para crear lo nuevo. El continuismo hace depender
el nacimiento de lo nuevo sobre lo que ocurre en la Escuela de Caracas; el discontinuismo
permite hacer nacer lo nuevo de manera distinta a lo que ocurrió antes, en
forma correlativa pero diferente.
Con respecto a lo antiguo está de acuerdo en cuanto hay que simplificar el
funcionamiento. El directorio funciona y se necesita una instancia ejecutiva sin la
cual muchas cosas no se pueden realizar... Con respecto al Consejo es distinto. Juan Luis
Delmont y Ronald Portillo deben permutar, quedan tres personas. No considera necesario
completar este Consejo, pueden reunirse como un Consejo truncado, sin que se complete.
Hay que dar una forma a lo nuevo. Pienso que la Escuela va a tener dificultades para
disolverse porque quizá todos no van a estar de acuerdo con la disolución. Por eso
quiero distinguir la elaboración de la disolución de lo nuevo que se creará. No puedo
decidirlo todo porque tengo un Consejo de la A.M.P. pero en tanto Delegado General tengo
un margen posible de acción, un margen de poder ejecutivo que luego se presentará ante
el Consejo de la A.M.P.
En mi opinión y por lo que escuche hoy me parece adecuado, en tanto que Delegado General
de la A.M.P. crear hoy, 12 de febrero, a las siete menos cuarto (p.m.) en Caracas un
movimiento que propongo llamar la «Iniciativa Nueva Escuela» (INES)... Voy a pedir a
Zapata abrir inmediatamente una lista bajo el significante INES y con INES dar forma a las
esperanza. Primero, pensar el tipo de Escuela que se quiere, si será una Escuela
regional; es decir que tendrá secciones según los países... Vamos a tratar de dar un
contenido al pacto simbólico. ¿Qué significa pacto simbólico? Significa respetar
algunos principios de la ética psicoanalítica, de la ética financiera; cómo no. Vamos
a construir el concepto de la Escuela y después será la creación por la A.M.P. A partir
del momento en que existe el Campo Freudiano y la A.M.P., ésta crea sus propias Escuelas.
Nadie crea Escuelas para la A.M.P ... Esto se hará con todo el tiempo necesario, nadie
les va a imponer los Estatutos, tienen un tiempo para eso y durante ese mismo tiempo la
E.C.F.C. se queda como está, no completa. Vamos a ver lo que va a surgir. Quiero saber
cuántos miembros están a favor de la disolución; no creo que haya
unanimidad...
Podemos continuar con INES para Venezuela, Perú, Colombia, Ecuador y Cuba y pensar el
concepto de la Escuela, por supuesto sobre la base de la declaración de la Escuela Una y
vamos a retomar el compromiso, el militantismo, la orientación de la enseñanza,
la presencia ante la sociedad, son temas a discutir, m s all de los problemas de
disolución que van a ser complejos y dar n lugar a presiones. Puede ser que la nueva
Escuela sea heredera de los bienes... Esta es la perspectiva que les ofrezco: la
creación, hoy de INES y desde París podré solucionar, en el sentido de apoyar tal o
cual forma de organización.
Primero me parece que una adhesión individual a INES sería lo mejor, diciendo que INES,
en la perspectiva de la disolución de la E.C.F.C., quiere elaborar un nuevo pacto de
trabajo, de ética, de clínica, para permitir, sobre la declaración de la Escuela Una,
la fundación de una Escuela de ámbito regional basada en el Pacto de Caracas y bajo la
égida de la A.M.P. Es el lugar de elaboración que podemos empezar desde ahora y
seguir electrónicamente. Los peruanos parece que quieren un punto de autonomía.
María Hortensia Cárdenas; Expresa que los peruanos no quieren un punto de
autonomía en relación a la Escuela. Hay asuntos que pueden ser particulares para cada
una de las regiones, pero creo que en relación a la Escuela eso como que se borra. Hay
una apuesta, creo que por parte de cada uno de los miembros del CIEL en relación con la
Escuela, que hace que eso no sea cierto.